MIERCOLES 12 DE JULIO DE 2000
* Autora de Ultimas noticias del paraíso, galardonada con el Alfaguara 2000
Todo escritor merecería un premio, incluso como castigo: Clara Sánchez
* La adolescencia me seduce sobremanera, quizá porque no he superado la mía, confiesa
* ''Nuestra generación busca y se hace consciente de que somos algo ínfimo''
César Güemes * Mantiene la calma, pese a tres meses de incesante movimiento desde que ganó el Premio Alfaguara de Novela 2000, el pasado marzo: ''No he parado, ni tenido tiempo de reposo, pero trato de estar tranquila al menos interiormente".
Tiene razón. Da un sorbo a su leche con un espíritu de café y se dispone a la plática antes de salir rumbo a una conferencia de prensa y luego a una comida y después a una reunión y luego a lo que dicte la agenda. Clara Sánchez está en México a fin de acompañar la salida de su novela Ultimas noticias del paraíso, que le valiera el galardón citado y cuyo antecedente fueron Piedras preciosas, No es distinta la noche, El palacio varado, Desde el mirador y El misterio de todos los días.
No podemos decir que el reconocimiento acaba de llegarle a la prosista española. Al parecer, sin embargo, este reciente premio viene a reforzar su camino literario: ''Me siento consolidada y con una proyección a un número de lectores muy difícil conseguir sin un reconocimiento como éste, que tiene una dimensión en Latinoamérica como ningún otro. Hablamos de 400 millones potenciales de lectores. Esa cifra, por muy potencial que sea, te hace vibrar".
Fran y la ensoñación
ųNadie entra a un concurso para perder, pero Ƒse escribe para ganar además de satisfacer las propias necesidades narrativas?
ųNo hice esta novela para presentarla a un concurso porque no ha sido ésa mi tónica. Empecé mi carrera en la escritura en comunicación directa con las editoriales. Y no porque menosprecie los premios, sino porque no me veía en capacidad de sufrir las decepciones que conlleva el no obtener lo que se busca. Lo que pasa ahora es que me pareció que el Alfaguara era un certamen muy prestigioso, muy literario, además de que si lo ganaba no me iba a exigir que dejara de ser el tipo de escritora que soy. Presenté la obra porque había terminado de escribirla, estaba dentro del plazo y decidí concursar. Pero no se me pasaba por la cabeza que la novela estuviera destinada a obtener algo más que su lectura.
ųƑQué relación guardas con Fran, el personaje central de esta historia? ƑAmistosa, de amor-odio, fraternal?
ųSabía perfectamente, cuando la voz narrativa se decantó en una voz masculina y de chico joven, que corría el riesgo de que me iba a deshacer en explicaciones con todo mundo. Uno tiene que ser fiel a lo que hace y atravesar los peligros. Esta novela sólo podía contarse con la voz de Fran. El impulso que me llevó a escribirla fue el estado de incertidumbre en el que vivía, y eso no lo puede sentir nadie mejor que un adolescente, un varón joven. El lo cuenta de una forma natural, espontánea. Yo como adulta no podría ver el mundo como él, porque estoy llena de prejuicios, de ganas de juzgar, de crítica y de años de experiencia. La mirada joven de Fran me devolvía el mundo como si lo viera por primera vez, con la tranquilidad de alguien que ha crecido en el medio que describo y quien no se plantea si está bien o mal, sino que su tarea está volcada a instalarse en ese medio y observarlo. Por eso es un personaje joven, la adolescencia me seduce de una manera tremenda quizá porque no he superado la mía, soy una eterna inmadura. Mi adolescencia siempre está presente, no fue una etapa de gran brillantez y por eso me gustaría vivirla de otra manera. Me podrás decir que Fran no es un joven maravilla, pero es un joven natural, que vive en cierta libertad y hace lo que puede.
ųEl ''joven maravilla" era Robin, un personaje de doble ficción. Fran pisa la tierra, digamos.
ųEso, además de que yo necesitaba cierta lejanía para narrar. Tenía que ser un poco distante para analizar los hechos desde su mente y reflexionar. El que fuera un varón me daba esa distancia. Fran es joven y hombre, lo cual ha supuesto un filtro narrativo a través del cual pasa ese mundo que conozco pero aquí se ve de primera mano, sin la carga vital que tengo encima. La decisión de que apareciera este personaje obedeció a esas razones, no fue nada alocado. Rompí unas cien páginas antes de que la novela cuajara, pese a que la tenía casi terminada. Sólo tomó cuerpo cuando me deshice de esas páginas y vi que la voz narrativa con la que me sentía bien era la de él. Fran es muy yo, tiene mi carga de incertidumbre, de inseguridad, de indecisión, de ensoñación, de persona que se enfrenta a una vida que no ofrece las respuestas que quisiera.
ųƑSerán respuestas que están en los diversos epígrafes tomados del libro de Salmos que citas?
ųPuede ser, sólo que esos también son preguntas. Leo de vez en vez la Biblia porque es un libro bellísimo y tremendo. Cuando estaba en Salmos y leí el que ahora arropa a la novela, me percaté que ahí estaba resumido lo que yo quería decir de la inestabilidad. Ese es un rasgo de los hombres y mujeres actuales. La novela, me parece, es tremendamente contemporánea porque no me gusta escribir sobre otra cosa. Nuestra generación busca y se hace consciente de que somos algo ínfimo. Eso nos hace diferentes de otros que no tenían nuestra visión del cosmos y no sabían, como nosotros, que la verdad no entendemos nada.
ųAunque hay distancia con el personaje y es posible hacer reflexiones en torno de la juventud, la novela no se mira a sí misma, avanza, se mueve.
ųSi bien está narrada por un joven, no es de adolescentes. No se trata de contar la existencia juvenil de Fran con absoluto detalle. No quise ofrecer una novela costumbrista de la forma de vivir de los jóvenes hoy. Eso aparece a retazos en la obra. Lo que me propuse es hablar del mundo actual, de las maneras que tenemos ahora de abordar el amor, las relaciones, el tiempo, por medio de los ojos de este chico que recibe la vida perpleja, tierna e irónicamente.
ųLa noticia del premio ha pasado. ƑCómo lo ves a la distancia de estos meses, qué te deja?
ųNo lo he podido analizar con serenidad pese a que ya ha transcurrido un tiempo desde que se falló. Pero pienso que todo escritor se merecería tener su premio, incluso como castigo.