MIERCOLES 12 DE JULIO DE 2000
* Llama el Nobel a valorar el poder del voto
Saramago: evitar que AN se vuelva nueva versión del PRI
* Resolver el conflicto en Chiapas, reclama el escritor
Armando G. Tejeda, corresponsal, Madrid, 11 de julio * El Nobel de Literatura, José Saramago, hizo una pequeña interrupción en la escritura de su próxima novela para hablar de México y de la llamada transición política que llega. Saramago, para quien referirse a México es "una obligación que siempre acepto", asume las palabras de Carlos Fuentes, cuando lo presentó en una ocasión en nuestro país: "el escritor portugués y mexicano".
Desde esa nacionalidad compartida, Saramago habló con La Jornada sobre Vicente Fox, los nuevos retos de México y de la vigilancia que deben aplicar todos los ciudadanos del mundo para que el respeto a los derechos humanos sea una realidad y no una mera carta de intenciones.
Interrogado sobre el proceso electoral que significó el primer relevo político en México, después de 71 años de poder priísta, el Nobel señaló que "ante la alternancia política en México no puedo añadir nada nuevo a lo que tantos analistas han dicho: me sumo al coro de quienes felicitan a los mexicanos por haber sido capaces, finalmente, de liberarse de ese peso que los aplastaba. A partir de ahora conviene que no se duerman, y que este periodo de valorización del poder del voto, que es el poder de los ciudadanos, se siga ejercitando; que no vaya a ser que estemos asistiendo a la inauguración de otro periodo donde el peso de los aparatos gubernamentales y del partido, junto a las presiones del poder financiero, acaben convirtiendo al PAN en una versión actualizada del PRI.
"El nuevo gobierno debería ser democrático, es decir, gobernar para el pueblo, incluidos y, sobre todo, esos 40 millones de pobres que habitan en México. Democrático, transparente, eficaz en la lucha contra la corrupción y contra la pobreza. Un gobierno que gobierne pensando en el pueblo y no en el beneficio propio. Que explique sus propuestas, sus logros y sus fracasos. Que respete a la gente que le ha votado y a los que no le han votado, pues si antes era la opción de algunos, ahora es el gobierno de todos", señaló Saramago, para acto seguido acotar:
"Pero no soy ingenuo: el gobierno de México, ni de ningún lugar, harán nada de esto si los ciudadanos no están atentos, exigiendo, pidiendo cuentas, aprobando iniciativas, respaldando o censurando. Se dice que la democracia es el mejor sistema que se conoce. Yo añado que, además, si es de verdad democracia, es trabajoso, porque exige mucha atención y participación".
Sobre la frase de campaña de Vicente Fox, en la que señalaba que en 15 minutos arreglaba el conflicto chiapaneco, Saramago le habló directamente al virtual presidente electo: "Fox dijo que arreglaba el conflicto de Chiapas en 15 minutos. Quizá ese tiempo parezca poco, pero vamos a hacer la cuenta de cuánto tiempo se tarda en dar las siguientes órdenes: que se retire el Ejército de Chiapas, ya que es una vergüenza que un territorio del propio país esté ocupado militarmente; que se controle a los paramilitares que violan e intimidan todos los días; que mientras se establecen otros contactos, se ponga en marcha el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés, que el anterior gobierno firmó y, para su deshonra, no cumplió; que haga una declaración de respeto por la identidad del 'otro', en este caso de las comunidades indígenas, donde está, y de esto no tengo dudas, mucho de lo mejor de México, de donde tantos tenemos que aprender. Hablo de personas, pero también de pueblos. El concepto de respeto por uno mismo y por el otro, por ejemplo. Dígame usted cuánto se tarda en anunciar estas decisiones. De los 15 sobran 10 minutos", señaló.
Sobre la llegada de la derecha al poder, el autor de Ensayo sobre la ceguera explicó que "el PAN ha sufrido mucho con algunas acciones, incluso acciones criminales, del PRI, a lo largo de la historia. Estoy pensando en aquel ametrallamiento de los cuarenta, por citar un caso extremo. Creo que habrá aprendido a respetar las leyes y los derechos declarados humanos. Es verdad que siempre surgirán pequeños caudillos con tentaciones autoritarias. Se han visto casos así en gobiernos locales, pero Fox no debe permitir que ningún reyezuelo se escape del control democrático, y los mexicanos, todos, desde el parlamento, la calle, los medios de comunicación, los intelectuales o los sindicatos, deben evitar que quien caiga en la tentación de mutilar las libertades sea el propio presidente. Siempre llegamos al mismo punto: los garantes de la democracia no son los políticos o el ejército, son, somos, los ciudadanos ejerciendo nuestros derechos. Si nos convenciéramos de esto, otro sería el mundo y, sin duda, mucho mejor.
En cuanto al enfoque neoliberal de la economía, que según todos los indicios será el mismo con el nuevo gobierno de Fox, Saramago apuntó: "La ruta del neoliberalismo no es una opción de igualdad. O quizá sí, quizá nivele a los muy ricos, que serán homologables en todos los continentes, y a los pobres, la inmensa mayoría, que pasará las mismas hambres y las mismas calamidades en toda la Tierra que, recuerdo esta obviedad, también les pertenece. El neoliberalismo, que parece un nombre tan bonito, es una apuesta económica, apoyada filosóficamente, que condena a una parte importantísima de la humanidad a la desesperación. Esto lo sabemos todos, pero nos hacemos los distraídos, tal vez porque no queramos aceptar que no hemos sido capaces de proponer alternativas viables a esto que se da en llamar, rimbombantemente, neoliberalismo, y que yo llamo, sin ninguna prevención, capitalismo autoritario".
Sobre las opciones, afirma: "Yo soy un pobre escritor que observa lo que pasa. Ojalá estuviera en disposición de dar recetas, pero no lo estoy. Ahora bien, sé que no vamos por el buen camino y sé que el mejor instrumento que tenemos para defendernos del poder multinacional, que es el hegemónico en el mundo, es la Declaración Universal de los Derechos Humanos, firmada por todos los gobiernos y cantados en todos los idiomas. Creo que a esto debemos agarrarnos: al cumplimiento de los derechos humanos. No veo mejor programa para hacer del mundo algo más serio que esta mala comedia que los financieros, con la complicidad de algunos gobiernos, nos han escrito. Pero como no soy un iluso, también veo que el gato de la globalización se comerá al ratón de los derechos humanos. Debemos intentar que no sea así, pero ellos están preparados y tienen instrumentos de todo tipo, desde los económicos a los militares, a su disposición. En fin, pero no hay que rendirse".