LUNES 10 DE JULIO DE 2000
Ť Estalló coche-bomba en el centro del Ulster; no hubo víctimas
Tenso, pero pacífico desfile de la Orden de Orange
Afp, Dpa y Reuters, Portadown, Irlanda del Norte, 9 de julio Ť Unos 3 mil miembros de la protestante Orden de Orange desfilaron frente a barricadas que los separaban de los barrios católicos de esta localidad, durante uno de sus polémicos desfiles anuales. Los orangistas entregaron hoy una protesta a las autoridades locales que les prohibieron recorrer sectores católicos, e insistieron en rezar ante la valla de metal detrás de la cual se encontraban varios cientos de policías y soldados británicos, así como pobladores católicos que los insultaban.
El tenso, aunque pacífico desfile, tuvo lugar horas después de que un coche-bomba estalló la noche del sábado al domingo frente a la comisaría policial de Stewartstown, en el centro del Ulster, en lo que se cree fue una represalia de los protestantes contra la disposición policial de prohibir que los orangistas recorrieran los sectores católicos. La explosión causó algunos daños materiales pero ninguna víctima.
Fuentes policiales dijeron sospechar que grupos paramilitares cercanos a los unionistas del Ulster, quienes oficialmente están en tregua de sus acciones, fueron los autores del atentado con bomba. También se cree que estos grupos proporcionaron armas a protestantes que en días pasados se enfrentaron con los católicos y con la policía en graves disturbios, consecuencia de la prohibición a los orangistas de desfilar por barrios católicos.
Sin embargo, fuentes protestantes atribuyeron el ataque al grupo disidente del Ejército Revolucionario Irlandés (ERI), el autoproclamado ERI Auténtico, que no se sumó a la tregua que mantienen todos los grupos armados norirlandeses, en el acuerdo de paz de 1998.
Los miembros de la Orden de Orange, con su atuendo tradicional compuesto por bombines negros y bandas de seda anaranjada, y acompañados por bandas de acordeones, desfilaron por la ruta alternativa que les impuso la policía, en la que recorrieron barrios mayoritariamente protestantes. Algunos portaron, además, pancartas alusivas a la prohibición.
Sin embargo, corresponsales en el lugar comprobaron que hubo violencia verbal en el acto, pues durante todo el recorrido los orangistas intercambiaron insultos y amenazas con los católicos que se reunieron tras las vallas de alambre de púas y los soldados y policías británicos que vigilaban que nadie cruzara. "Lo que tú necesitas es una bala", gritó una mujer protestante al vocero de la comunidad católica Portadown, Brendan MacCionnaith.
Por la noche, y horas después de concluido el desfile, cientos de unionistas permanecían al pie del puente de Drumcree, en las afueras de Portadown, esperando a que las vallas y los policías fueran retirados y poder "concluir" su desfile, recorriendo su ruta tradicional. Decenas de policías y soldados británicos permanecieron en sus puestos impidiendo el paso a los protestantes, armados con escudos y bastones.