LUNES 10 DE JULIO DE 2000
Ť Shass abandona la coalición, a 48 horas de la cumbre con Palestina auspiciada por EU
Crisis en el gobierno israelí; pierde Barak mayoría en el Parlamento
Ť El primer ministro insiste en acudir a la reunión; no aceptaremos acuerdos parciales: palestinos
Afp, Ap, Dpa y Reuters, Jerusalén, 9 de julio Ť A menos de 48 horas de la cumbre israelí-palestina que se celebrará en Campo David, bajo auspicio del gobierno del presidente Bill Clinton, el primer ministro de Israel, Ehud Barak, perdió su mayoría parlamentaria luego de que el partido ultraorto- doxo Shass se retiró de la coalición gubernamental y el ministro del Interior israelí, Nathan Sharansky, renunció al cargo.
Además, el canciller israelí, David Levy, anunció que no asistiría a la cumbre que se celebrará en Estados Unidos en señal de protesta. El partido derechista Likud, al que Levy perteneció el pasado gobierno, instó al canciller a reintegrarse a sus filas. Mientras tanto, el Partido Nacional Religioso, también de la coalición de gobierno, mantenía hoy su amenaza de abandonar la alianza tan pronto comience la cumbre, el próximo martes.
Barak postergó durante unas horas su partida a Campo David, pero reiteró su intención de participar en el encuentro, pese a todas las presiones en su contra.
El primer ministro dijo tener muchas esperanzas en la cumbre, pese a que los palestinos no han ocultado su pesimismo debido a que, para evitar la ruptura de su coalición, el primer ministro israelí prometió que llevaría a la cumbre cinco "puntos no negociables".
Así, Barak afirmó que en un documento que resultara de la cumbre, no incluiría la negociación del estatuto de la ciudad de Jerusalén, y se rechazaría el retroceso de Israel a las fronteras de 1967 que exigen los palestinos.
Asimismo, prometió que quedaría claro que Israel no asumirá ninguna responsabilidad por los refugiados palestinos en Estados árabes, y que la gran mayoría de los asentamientos judíos en los territorios autónomos se mantendrían bajo soberanía israelí, al tiempo que su gobierno exigiría la total desmilitarización del valle del Jordán.
Todo esto elimina los principales reclamos de los palestinos, y cualquier posibilidad de declarar un Estado independiente en el contexto de un acuerdo de paz. Sin embargo, los partidos de derecha y religiosos de la coalición de Barak, que además representan a la mayoría de los colonos judíos en territorios palestinos, sostienen que el primer ministro ya prometió al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, que le cederá el control sobre 80 por ciento de la superficie de Cisjordania.
Así, Sharansky, jefe del partido de los inmigrantes rusos Be Alia, dijo dudar de los puntos no negociables citados por Barak para la cumbre, y afirmó: "Intenté todo para influenciar al proceso de paz desde adentro, ahora dejo el gobierno y actuaré desde afuera". Agregó que él estaba de acuerdo con formar un gobierno de unidad nacional con el Likud.
Asimismo, el vocero de Shass, Yitzhak Soudri, había declarado que todos sus ministros se retirarían de la coalición. Hace unas semanas, Barak logró que este partido no abandonara al gobierno, en un pacto que implicó que el partido izquierdista Meretz, socio natural de los laboristas de Barak, se saliera de la coalición.
Por la noche, el Partido Nacional Religioso anunció formalmente su salida de la coalición de gobierno lo cual deja a Barak con el apoyo de sólo 32 de los 120 diputados del Parlamento, aunque se prevé que partidos como Meretz votarían en favor de un eventual acuerdo con los palestinos.
Por su lado, el ministro palestino de Información, Yasser Abed Rabbo, advirtió este domingo que sólo aceptarán, como resultado de la cumbre de Campo David, un acuerdo en el que se prevea la intervención de las fuerzas de la ONU como parte de una solución definitiva al conflicto medioriental. "No aceptaremos ningún acuerdo parcial o un nuevo periodo transitorio".
Añadió que aunque Barak ya haya desechado esos temas de las negociaciones, la delegación palestina exigirá que "todos los problemas sean resueltos, particularmente el de Jerusalén, el de los refugiados y la retirada israelí hasta la frontera del 4 de julio de 1967".
En una carta que publicará el lunes el semanario Newsweek, Clinton anticipó las dificultades de las negociaciones y destacó el riesgo de que se derramen "más sangre y lágrimas" si fracasa la cumbre, y exhortó: "Si las partes no aprovechan este momento para progresar hacia la paz, habrá más hostilidad, amargura y violencia".