LUNES 10 DE JULIO DE 2000

Ť Presentó Antología 2


Negro Ojeda refrenda su sencillez y calidad musical, en el Cenart

Guido Peña Ť El representante de la música popular mexicana Salvador Negro Ojeda refrendó su sencillez y calidad interpretativa, en un concierto que ofreció en el Centro Nacional de las Artes, la tarde de ayer, y que constó de 12 temas extraídos de sus álbumes El necio, Antología 1. 50 años y Antología 2. Las raíces.

El intérprete de origen defeño y corazón veracruzano aprovechó la aparición de su disco Antología 2. Las raíces, que contiene materiales grabados por él entre 1971 y 1986, para interpretar ante 200 personas, la mayoría de edad madura, piezas del son jarocho, la trova y la música vernácula.

El recital comenzó cinco minutos antes de las dos de la tarde, casi una hora después de la hora fijada. Negro Ojeda apareció con su característica sonrisa, ataviado con un pantalón y camisa grises y suéter morado. El impredecible tiempo (en momentos lloviznó y en otros el sol cayó a plomo) no impidió que sus seguidores se mantuvieran atentos y disfrutaran de su músico, quien estuvo acompañado por su tribu, como definió a Celso Duarte, Santiago Ojeda, Chupo Mendoza (cuerdas) y Víctor López Cámara (percusiones).

Durante 70 minutos, el trovador emprendió la persecución de las sirenas, como dice Eduardo Langagne, con temas como La prieta linda, Xochimilco, Llorona, Piénsalo bien mulata, El guajiro de Cunagua y, por supuesto, El necio, entre otras, interpretadas con diversos matices vocales y adaptaciones personales, que le dieron al programa ese carácter íntimo que Negro Ojeda siempre consigue en sus presentaciones.

Sencillo, aprovechaba los intermedios entre canción y canción para charlar con el público o ''pasar lista a los cuadernos''. En una de sus intervenciones preguntó a los asistentes por qué se veían tan felices. ''Hasta parece que ganamos'', comentó, lo que produjo risas y aplausos.

Cuando ya había agotado los números del programa, el jaranero invitó a Ricardo Gallardo, del trío Tambuco, para interpretar un par de sones jarochos y de esa forma concluir con el concierto.

Al final del recital, Negro Ojeda, cuyo mote es apellido (también Langagne dixit), atendió, paciente, a los asistentes. Conversó con ellos, autografió discos y se tomó fotos.

Responde a Oscar Chávez

Antes de que concluyera el concierto, el trovador respondió con una décima al soneto que Oscar Chávez le dedicó y que se publicó en este espacio. El representante del lirismo popular mexicano quería leerlo ante el intérprete de Por ti, pero éste nunca llegó:

Ya hace un chingo me dijiste/ que me habías ''colocado''/ un soneto que tú hiciste no tan pinche y tan mal sonado/ Tres años esperaré en el viento la pinchona que me enviaste/por eso, aunque pase el tiempo/ yo te sabré perdonar/ que habiendo tan buen correo/ šcómo la veniste a enviar!''