LUNES 10 DE JULIO DE 2000

* Enfrentan las 4 empresas más grandes del sector crisis recurrentes desde 1995


En riesgo, el empleo de 42 mil 555 trabajadores de la construcción

* Obligadas a restructurar finanzas y a vender activos para seguir en el mercado: Quintana Isaac

Víctor Cardoso * Las recurrentes crisis de la industria de la construcción y en particular la que sufre desde 1995, ha puesto en riesgo la fuente de empleo de por lo menos 42 mil 555 trabajadores del ramo, empleados por las cuatro empresas más grandes del país.

Esas crisis, la reducción en los recursos públicos y privados para la construcción, la vigencia de leyes y reglamentos caducos, así como la apertura a la competencia extranjera, ha provocado en empresas como Ingenieros Civiles Asociados (ICA), Triturados Basálticos y Derivados (Tribasa), Bufete Industrial y Grupo Mexicano de Desarrollo (GMD), entre otras, severos problemas económicos que en los dos últimos casos llevaron ya a la suspensión de pagos y a todas a buscar una restructuración financiera que incluye la venta de importantes activos para mantenerse en el mercado.

Esos cuatro grupos, cuya supervivencia se encuentra en la "cuerda floja" representan 16.7 por ciento del total de plazas que genera la industria formal de la construcción, que en 1994 llegó a em plear cerca de 400 mil trabajadores y que actualmente sólo cuenta con 254 mil plazas.

El caso ICA

Para el presidente de ICA, Bernardo Quintana Isaac, para recuperar su rentabilidad, se mantendrá el programa de desinversión de activos no estratégicos y ajustarán las estructuras y los gastos en todas sus unidades de negocios para ser más competitivos.

En una carta que dirigió a los accionistas de la empresa a principios de este año, el empresario manifestó que "en contraste con el comportamiento de la economía nacional, la industria de la construcción no se ha podido recuperar entre otras causas por la disminución de la inversión pública en infraestructura y la política gubernamental de pulverizar los proyectos. También la han afectado los altos costos financieros, el aumento en los costos de producción y la reducción real de los precios de venta.

"El rezago en las reformas a la ley han impedido una mayor participación del sector privado en el desarrollo de la petroquímica y en la generación de energía eléctrica. Adicionalmente, en las licitaciones más importantes del programa de reconfiguración de refinerías, se privilegió la postura más baja aun cuando contara con subsidios encubiertos. Esto dificultó la competencia de las empresas mexicanas y facilitó la asignación de las cuatro refinerías licitadas a empresas coreanas".

GMD, primera víctima de la inflación

Pero el caso más drástico de la crisis en la industria de la construcción fue el de GMD, la primera víctima de la sustancial elevación en los índices de inflación, las altas tasas de interés y la inestabilidad económica a partir de 1995. Esta empresa, fundada por Crescencio Ballesteros, uno de los empresarios más prominentes del país, no resistió el peso de la deuda contraída para construir diversas carreteras que le fueron concesionadas en el sexenio pasado.

Desde principios de 1998 la empresa comenzó a sufrir los efectos de su elevado endeudamiento y de hecho cayó en la quiebra técnica, problema que motivó incluso la suspensión de la cotización de sus acciones en la Bolsa Mexicana de Valores. Fundada en 1959, GMD se mantuvo como una empresa constructora mediana, pero llegó a ocupar el tercer sitio en tamaño dentro de la industria de la construcción. Su mayor auge lo tuvo durante el sexenio salinista, cuando ganó la concesión para construir y operar la Autopista del Sol (Cuernavaca-Acapulco, que por el monto de la inversión necesaria tuvo que subcontratar a ICA y Tribasa), entre otrascarreteras; obras para Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad, así como para el tratamiento de aguas residuales y estacionamientos.

De ser la tercera empresa constructora del país, sólo se quedó con una planta laboral de 37 funcionarios, 260 empleados y 297 obreros.

Tribasa redefine estrategias

En franca expansión, Tribasa por su parte redefinió su estrategia de negocios para incursionar en los mercados internacionales, pero incurrió casi en el mismo error que GMD: recurrió al excesivo endeudamiento para financiar proyectos de infraestructura tanto en México como en otros países.

Esta empresa, cuyo presidente aún es David Peñaloza Sandoval, representa la fuente de empleo para 10 mil 714 empleados, obreros y funcionarios.

A tiempo inició un agresivo programa de reducción de gastos, deuda y la venta de activos no estratégicos por 546 millones de dólares para el pago de préstamos. Además el programa contempló la negociación para recalenndarizar el pago de 140 millones de dólares y la inyección de casi 200 millones de dólares.

Pero no fue suficiente. La empresa Enron Corp., la más importante constructora de proyectos de energía en el mundo y que ya había participado con Tribasa en algunos proyectos, capitalizó un préstamo por 27 millones de dólares y se convirtió en socio de la constructora. También fue insuficiente, porque a principios de 1999 incurrió en una suspensión de pagos de un crédito por 7 mil 200 millones de pesos (unos 766 millones de dólares).

Ante los problemas, Peñaloza Sandoval decidió compartir su empresa con sus socios Advent International y OHL (Obrascón, Huarte y Laín) a cambio de recibir capital por 150 millones de dólares, pero el proceso aún no concluye.

Bufete Industrial

Aunque de menos tamaño, pues sólo genera 5 mil 111 empleos, Bufete Industrial, de José Mendoza Fernández, también enfrenta problemas económicos, mismos que ya provocaron la suspensión de pagos de su filial Bufete Industrial Construcciones, porque algunos de sus acreedores (con quienes ya había establecido un acuerdo para no ejercer acciones legales) se impacientaron y comenzaron a embargar bienes de la empresa por temor a no poder recuperar lo que se les adeudaba.

Para detener la voracidad de los acreedores, el 16 de julio del año pasado, la empresa solicitó a la Bolsa Mexicana de Valores y al New York Stock Exchange (NYSE) la suspensión temporal de sus acciones, mientras examinaba alternativas que le permitieran superar "la actual crisis de liquidez".

Con 53 años en el mercado, ICA también enfrenta problemas a pesar de la solidez que alcanzó y aúnque se mantiene como la primera constructora del país con 25 mil 336 trabajadores contratados. Entre otros, la empresa ha tenido que desprenderse de su cadena de hoteles (Paraiso Radisson), terrenos y hasta su participación en el Ferrocarril Pacífico-Norte.

De manera adicional tuvo que renegociar dos líneas de crédito que tenía con Banamex e Inbursa por mil 100 millones de pesos. En lugar de pagarlo ese préstamo a un año, logró que se le concediera un plazo de 24 meses. De manera adicional la empresa tiene planeado reducir su deuda que al cierre de 1999 ascendía a 15 mil 487.42 millones de pesos.