SABADO 8 DE JULIO DE 2000

* También acusa a Francia, Bélgica y el Consejo de Seguridad de la ONU


Washington, culpable del genocidio en Ruanda: OUA

Afp, Ap y Dpa, Nueva York, 7 de julio * Estados Unidos, Francia, Bélgica y el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) son los responsables del genocidio ocurrido en Ruanda en 1994, en el que murieron unas 800 mil personas, porque no lo evitaron y tampoco lo detuvieron, de acuerdo con un informe de la comisión independiente de investigación de la Organización de la Unidad Africana (OUA) dado a conocer hoy.

El documento de 318 páginas, denominado El genocidio evitable, establece entonces que Ruanda tiene derecho a reparaciones financieras por parte de la comunidad internacional, y también señala la responsabilidad de las iglesias católica y anglicana porque no utilizaron su posición moral entre la población predominantemente cristiana "para denunciar el odio étnico y los abusos de los derechos humanos".

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, saludó el resultado de las investigaciones porque son "un importante aporte a los esfuerzos por arrojar luz sobre la tragedia que ocurrió en Ruanda", mientras el embajador ruandés ante el organismo mundial, Joseph Mataboba, declaró que "por primera vez hemos escuchado lo que sabíamos que era verdad, y se ha dicho en palabras muy crudas"

Entre abril y julio de 1994 extremistas de la mayoría étnica hutu lanzaron una campaña armada contra la minoría tutsi y hutus moderados y asesinaron a entre 500 mil y 800 mil personas, indica la comisión de la OUA encabezada por Ketumile Masier, ex presidente de Botswana.

El grupo investigador, creado en 1998, estableció que el genocidio tiene su origen en la época de colonización de Alemania y Bélgica, que, junto con los misioneros católicos, hicieron surgir la creencia de que los tutsis eran superiores a los hutus.

La comisión señala como el principal responsable de las matanzas de 1994 al Consejo de Seguridad de la ONU, ya que pudo enviar una fuerza militar a Ruanda para poner fin a los crímenes.

Dentro del Consejo de Seguridad, Estados Unidos tiene la mayor culpa porque se aseguró de que no fueran enviados efectivos militares "a pesar de que se sabía, sin lugar a dudas, que una de las mayores tragedias del siglo XX estaba desarrollándose" en el país africano.

Cuando finalmente se autorizó una nueva misión, Washington se aseguró de que "ni un soldado, ni una pieza de equipos adicionales llegaran a Ruanda antes de que terminara el genocidio".

Stephen Lewis, ex embajador de Canadá ante la ONU, quien también participa en la comisión de investigación, resaltó que el papel estadunidense "es una vergüenza indeleble... No sé cómo Madeleine Albright puede vivir con eso".

Albright, actual secretaria de Estado, se desempeñaba en ese entonces como embajadora ante Naciones Unidas.

La responsabilidad de Bélgica se deriva de que después de la muerte de 10 de sus soldados apoyó la reducción de las fuerzas de la ONU en la región, que pasaron de 2 mil 500 a 270 en las primeras dos semanas después del comienzo del genocidio.

Respecto de Francia, el informe señala que sus tropas permitieron que líderes políticos y militares de Ruanda que participaron en las matanzas escaparan a través de la frontera con Zaire.