SABADO 8 DE JULIO DE 2000
* Otras dos formaciones políticas se irían si Barak hace concesiones a Arafat
Amenaza el partido religioso Shass con abandonar el gobierno israelí
* La mayoría, por lograr un acuerdo de paz con palestinos, estima el primer ministro de Tel Aviv
Afp, Dpa y Reuters, Jerusalén, 7 de julio * El partido religioso Shass, el segundo en importancia dentro de la coalición gubernamental israelí del primer ministro Ehud Barak, amenazó hoy con retirarse del gobierno si éste no fija nuevos "puntos no negociables" antes de partir hacia Estados Unidos, donde el próximo martes participará en una cumbre tripartita que busca llegar a un acuerdo con los palestinos.
Otros dos partidos han amenazado con abandonar la coalición de gobierno por considerar que Barak está decidido a hacer demasiadas concesiones territoriales a la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
En respuesta a estas presiones, Barak aseveró que la mayoría de los israelíes quieren lograr un acuerdo de paz con los palestinos, por lo que hará lo que esté de su parte para lograr un convenio que permita "establecer relaciones de buena vecindad con los árabes, poner fin al conflicto con los palestinos y reforzar nuestra seguridad".
Sin embargo, el pasado jueves el primer ministro advirtió sobre "las líneas rojas", es decir, los puntos que no piensa discutir en la cumbre de Campo David que se realizará bajo auspicio de Washington.
Barak afirmó que en un eventual acuerdo, exigirá la desmilitarización del valle Jordán y que la "gran mayoría" de las colonias judías en territorios palestinos permanecerá bajo soberanía israelí.
También afirmó que no habrá discusión alguna sobre el estatuto de la ciudad de Jerusalén, que tanto israelíes como palestinos reclaman como su capital, y que Israel no retrocederá "a las fronteras de 1967", ni asumirá ninguna responsabilidad por los refugiados palestinos en el exterior.
Con esto, Israel eliminó de las conversaciones los principales reclamos palestinos, así como la posibilidad de que se erija un Estado palestino independiente.
Pese a esto, el Consejo de los Sabios de la Tora, principal órgano de Shass, consideró que Barak debe marcar nuevas "líneas rojas" aceptables, pues de lo contrario "no podremos aceptar ninguna responsabilidad por un plan de paz que podría contener desarrollos que acarreen daño irreversible".
Hace menos de un mes, Shass se alió con la oposición del partido derechista Likud, al exigir que Barak disolviera el Parlamento y convocara a nuevas elecciones.
El primer ministro, en un principio, amenazó con expulsar del gabinete a los miembros de Shass, pero no logró formar una coalición con otros partidos y acabó perdonando al partido religioso, que aceptó quedarse en la coalición sólo cuando el partido de izquierda Meretz decidió salirse de la misma, y de esta forma Barak perdió a su único aliado real dentro de la coalición.
La víspera, el partido de los inmigrantes rusos, Be Alia, y el Partido Nacional Religioso afirmaron que abandonarán la coalición en protesta porque Barak no informó con suficiente anticipación la celebración de la cumbre en Campo David, y exigieron al primer ministro crear un gobierno de "unidad nacional" que incluya a Likud.
Ambos partidos, además, aseguran que Barak ya prometió secretamente al presidente de la ANP, Yasser Arafat, que devolverá el control a los palestinos sobre 90 por ciento del territorio de Cisjordania.
La salida de Shass, Be Alia y el Partido Nacional Religioso dejaría a Barak con el apoyo de sólo un tercio de los 120 diputados, y su única oportunidad para aprobar un acuerdo de paz sería que otros partidos, como Meretz, votaran a favor de él.
Mientras que los partidos renegados consideran "insuficientes" las líneas rojas que Barak sentó para la cumbre, palestinos de izquierda han cuestionado la participación de Arafat en la reunión.
"El gobierno israelí no ha dado indicio alguno de que aceptará las resoluciones internacionales (del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas)" respecto de los palestinos, señaló Abul Alí Mustafá, segundo en el liderazgo del Frente Popular para la Liberación de Palestina.
Voceros de Washington han afirmado en los últimos días que "nunca antes" ha habido tantas oportunidades para lograr un acuerdo de paz como en la cumbre del martes, y que probablemente se han logrado muchos avances en las posturas israelí y palestina en negociaciones secretas.
Sin embargo, hace dos semanas la secretaria de Estado, Madeleine Albright, y el enviado estadunidense, Dennis Ross, rehusaron preparar una cumbre tripartita porque no habría posibilidades de éxito.
Analistas creen que la realización de esta cumbre se precipitó porque Arafat amenazó con declarar unilateralmente el Estado palestino en septiembre, pero también porque el presidente Bill Clinton aún sueña con cerrar su presidencia con la firma de un acuerdo de paz israelí-palestino.