SABADO 8 DE JULIO DE 2000
* El Fisgón, Helguera y Hernández son autores de El sexenio me da pena
Prevalece en México una severa crisis de congruencia política
* Los caricaturistas ofrecen en su libro un recuento de la gestión del presidente Ernesto Zedillo
* Nos da gusto la derrota del PRI, pero si Fox lo hace fatal, lo echaremos dentro de 6 años, dicen
Arturo Jiménez * Como un péndulo, lo mismo razonan con seriedad que ríen y arman un verdadero desmadre o, más aún, mediante sus monos, se detienen en el punto medio fusionando ambos extremos: por un lado, la crítica, la reflexión, la lucidez, por otro, el sarcasmo, la risa, el humor, casi siempre negro.
Son herederos del mejor periodismo crítico que tiene su raíz en el México del siglo pasado y, a la vez, forman parte importante de la vanguardia actual de la caricatura política del país.
Se trata de Rafael Barajas, El Fisgón, Antonio Helguera y José Hernández, chamucos los tres ųaunque no por mucho tiempo, pues han anunciado la desaparición de su revistaų, caricaturistas de La Jornada y de otros medios.
El sí supo cómo hacerlo
Y entre sus aflicciones de estos últimos seis años (El sexenio me da pena es su reciente libro y motivo de esta charla) y sus espantos por lo que viene (El sexenio me da miedo, previenen que podría llamarse el recuento sexenal que harían en el 2006), se definen: ''Tenemos la sensación de que somos unos náufragos en una isla, aventando un mensajito dentro de una botella", y advierten que en México ''existe una crisis de congruencia política verdaderamente lamentable".
Continuación de El sexenio me da risa, que hace un recuento del gobierno de Carlos Salinas, El sexenio me da pena (Grijalbo) aborda ahora la gestión del presidente Ernesto Zedillo, a punto de concluir. Pese a que este último libro aún no se presenta de manera formal a la opinión pública, la primera edición ya se agotó y aprisa se preparan ya dos reimpresiones.
ųEstá por terminar este gobierno y se hace necesaria una evaluación, por ejemplo, Ƒél sí supo cómo hacerlo? ųse les pregunta.
Helguera mira con asombro la grabadora, convertida de pronto en seductor objeto fálico, y termina por ceder la palabra a El Fisgón, quien responde.
ųEl sí supo cómo hacerlo y nos la hizo. El problema no es de Zedillo ni de sus publicistas, sino de los millones de mexicanos que entendieron otra cosa. Cuando nos decían que él sí sabía cómo hacerlo, se referían a las transas financieras como la del Fobaproa...
ųY al financiamiento de su campaña con recursos que fueron a dar a ese fondo ųagrega Hernández.
ųY hay que aceptar que él también supo hacer los errores de diciembre ųretoma El Fisgónų. Nadie jamás había hecho unos errores tan maravillosos como ésos.
El sexenio me da pena incluye una introducción dramatizada con los monos la Beba Toloache y el Charro Machorro, un repaso al origen y desarrollo del partido de Estado (o ''partido detestado"), una síntesis del sexenio de Salinas y de ahí se arranca con el sexenio zedillista.
Pero el volumen remata con el epílogo de Carlos Monsiváis ''No traigo cash, o el presidente que contaba chistes" y una antología de chistoretes dichos por el titular del Ejecutivo, realizada por Alejandro Almazán y Jacinto Munguía.
''Cuando el propio Zedillo quiso hacerse chistoso y ponerle humor a sus palabras, fue algo patético y profundamente insensible y torpe, y eso se puede ver en el epílogo de Monsiváis", dice Helguera y agrega:
''El peor de sus chistes fue cuando le dijo a una vendedora indígena 'no traigo cash'. Ese comentario y la escena de la mujer vendiéndole una baratija es el retrato de todo su sexenio y, más aún, el retrato de la tecnocracia y del país, y de cómo no hablan el mismo idioma."
El Fisgón: ''Dicen que el libro es duro, muy agresivo, violento, pero la verdad creo que se queda corto en relación con el daño que estos señores le han hecho al país".
Hernández: ''Y nos faltaron muchos temas por tocar por falta de espacio. Además, la realidad fue más terrible que los monitos que la reflejan, con sucesos como los de Acteal, Aguas Blancas, los vacíos de poder que se fueron llenando por los caciques locales, el narco, la derecha, el clero".
ųƑCuál fue la intención de este recuento, no es un tanto una actitud masoquista?
ųEs que queríamos que nos entrevistaran ųdice muy serio Helguera.
ųEsa era la razón central ųinterviene El Fisgónų, pero hay otras. Este texto sobre Zedillo es una especie de continuación lógica del libro hecho sobre Salinas.
ųƑComo una película de terror en diferentes partes? ųse les sugiere.
ųExacto, es una saga ųindica El Fisgón.
ųSon La guerra de las falacias, El imperio la contracaga y El regreso del ojei ųprecisa un cinéfilo Hernández, quien describe este recuento sexenal como un ejercicio de la memoria.
Helguera abunda: ''Finalmente, es un libro contra el pragmatismo y la inmoralidad, que es lo que prevalece. Eso gana terreno cada día y es apabullante. Y aunque nos sintamos aislados, estamos contentos con no entrarle a ese rollo".
Fin al pacto social posrevolucionario
Durante este sexenio se acabó de desmontar el pacto social que alguna vez tuvieron los regímenes posrevolucionarios, sostienen los caricaturistas.
''Mientras Salinas sustituyó el viejo pacto social del PRI por Solidaridad, Zedillo remplazó ese pacto y Solidaridad por nada. Eso es lo que caracteriza este sexenio: una especie de vacío que tiene mucho que ver con la personalidad del Presidente".
El Fisgón: ''Zedillo gobernó poco, pero esto tiene que ver con la lógica de la ortodoxia neoliberal, cuyos señores buscan reducir el Estado al mínimo posible para que gobierne el capital. Y lo paradójico es que el mínimo posible es Zedillo".
ųMientras Díaz Ordaz llegó a decir que su mayor error había sido dejar la Presidencia a Echeverría, en el libro se apunta que la mayor perversión de Salinas es haber dejado a Zedillo ųse les recuerda.
Responde Helguera: ''En realidad, fue un acierto empresarial; se redujo la administración al mínimo, se rescató a los bancos, a los empresarios que le entraron a las carreteras, se pagaron los intereses de la deuda externa, se vendieron los bancos a extranjeros. Creo que hizo bien la tarea.
ųAbordar tantas catástrofes mediante lo cómico, Ƒno termina por convertir este tipo de libros en compendios de humor negro?
ųSí, pero además la única forma de abordarlas es con humor. Por ejemplo, los filmes Pulp fiction y Amores perros no se soportarían si no hubiera humor de por medio ųdice El Fisgón, y en otro momento apunta:
''Queremos que El sexenio me da pena sea un ejercicio de congruencia. Nos han criticado cosas curiosas, como que en nuestros cartones tomamos posición política.
''Parece un chiste, pero son cosas que nos critican. Es inevitable que al hacer comentarios políticos, se tome posición política. No le creería a quien dijera que no lo hace.
''Y también nos han criticado cosas coyunturales. Por ejemplo, grupos del CGH, en su momento, nos dijeron que habíamos sido cómplices de la represión. Pero nuestros cartones demuestran que tuvimos una posición crítica contra Barnés, el aumento de cuotas y en favor del movimiento. Y por supuesto que empezamos a criticar a los señores del CGH cuando vimos que llevaban el movimiento a la debacle."
Helguera dice sobre la izquierda: ''El PRD es un partido que pierde congruencia y ha dejado de enarbolar ciertas cosas que tendría que enarbolar".
El Fisgón agrega: ''Se nos acusa de ser filoperredistas, sin embargo, uno de los capítulos más duros del libro es el dedicado a ese partido: las críticas a Cárdenas, a la dirigencia, al fraude en las elecciones internas. Y, cosa curiosa, está basado en cartones hechos cuando ocurrían las cosas".
Hernández rubrica: ''Este es un libro interactivo y multimedia, pues trae ųen la contraportadaų un bonito Zedillo para recortar, con tres vestuarios para diversas ocasiones". Helguera indica en broma: ''Quiero decir que El milenio me da güeva lo vamos a sacar pronto".
Y El Fisgón observa: ''Si se juntan El sexenio me da risa y el El sexenio me da pena se observa cómo, poco a poco, se le ha ido perdiendo respeto a la figura presidencial. Es uno de los escasos logros de los últimos años gracias a la prensa, la sociedad y los lectores. Ambos son una larga crónica del deterioro de la imagen presidencial".
ųSi el anterior sexenio les dio risa y este les da pena, Ƒqué les provoca el que viene?
ųNos da mucho miedo ųdice Hernández.
Y Helguera prevé: ''Lamentablemente, al parecer estamos condenados a sacar un librito de estos cada seis años, hasta que, ya viejitos, tengamos que hacer el compendio El sexagenio nos dejó sin pensiones".
Aunque la recta final del proceso electoral y el triunfo de Vicente Fox no alcanzaron a incluirse en el libro ųlo cual ofrecen incorporar en siguientes edicionesų advierten:
''Nos da gusto que por fin el PRI se vaya al demonio; eso hay que celebrarlo sin reparos. Tampoco es para festejar que Fox sea presidente. Pero, por lo menos, se abren varias posibilidades, como la alternancia en el poder. Y si Fox lo hace fatal, pues ya lo echaremos dentro de seis años."