SABADO 8 DE JULIO DE 2000
* Habrá relación fluida para la transmisión de poderes: López Obrador
El PRD, ante el reto de mostrar la inviabilidad de la derecha: Robles
* Rechaza la jefa de Gobierno toda posibilidad de integrarse al gabinete de Vicente Fox
Laura Gómez Flores * La transmisión de poderes en el Gobierno capitalino se realizará sin una comisión formal, pero con una relación fluida, de información, que permita continuar y profundizar las obras realizadas en los últimos años, sin sobresaltos o sorpresas, señaló el mandatario electo, Andrés Manuel López Obrador, luego de reunirse con Rosario Robles Berlanga. La jefa de Gobierno consideró que en este momento político, el PRD tiene el reto de demostrar que en este país un proyecto de derecha no tiene posibilidades, cuando 60 millones de personas están en la pobreza, y erigirse como una alternativa diferente.
El triunfo del PAN fue resultado del voto antipriísta, pero la lucha sigue, no se ha acabado y "creo que nadie debe confundirse, porque no hay aquí ningún cheque en blanco a favor de un proyecto de derecha", precisó.
Tras aclarar que no piensa en ocupar la dirigencia de su partido, Robles dijo que los errores cometidos por el PRD en las pasadas elecciones no se remediarán con el ajuste de cuentas, sino a través de la discusión y la reflexión del papel que jugará la izquierda en el país.
De manera inmediata, manifestó, se deberán fortalecer los trabajos a realizar con miras a las elecciones municipales en Veracruz, Tabasco y Chiapas, así como los próximos comicios para gobernadores.
Robles Berlanga puntualizó que no comparte el nuevo proyecto político nacional de derecha, que buscó aniquilar al PRD, por lo cual no contempla participar en su gabinete. "No estoy buscando chamba, prefiero seguir desde la universidad o desde donde esté, luchando por un México diferente", agregó.
"Cuando empecemos a ver el gabinete y veamos que son los mismos que han conducido la política económica del país en los últimos 12 años, entonces, nos vamos a dar cuenta todos de cuál era el cambio y que nosotros sí representamos una opción diferente y tendremos seis años en la ciudad para demostrarlo", expresó.
En la reunión, que se prolongó por casi una hora, López Obrador y Robles Berlanga intercambiaron puntos de vista sobre el proceso de transferencia de la administración pública y la entrega de información que permita a la nueva gestión concretar planes y programas de trabajo sin contratiempos, así como la integración del presupuesto para 2001, acorde con las necesidades de la ciudad.
A diferencia de gestiones anteriores, en esta ocasión habrá transparencia en el proceso de transición, el cual se realizará sin rupturas ni sobresaltos, por lo que no habrá una comisión formal de entrega, dijo López Obrador, al resumir lo que hará en su gobierno: continuidad y profundidad.
Las gestiones de Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Robles, reconoció, no pudieron avanzar más por el acoso de que fueron objeto, pero se comprometió a impulsar las obras necesarias en beneficio de los capitalinos. "La ciudad es otra, por lo que nadie, por poderoso que sea, se impondrá de manera autoritaria, pues el signo de nuestro tiempo son la autolimitación, los equilibrios, el diálogo y la búsqueda de acuerdos", afirmó.
Acorralado por reporteros, comentó que mantiene comunicación con sus contendientes para recoger sus propuestas, e iniciará nuevas giras de trabajo por la ciudad, de agosto a diciembre, con miras a pulir su plataforma de gobierno y organizar su equipo de trabajo.
Dijo que 50 por ciento de las secretarías serán para mujeres, porque son "más inteligentes, más honradas y más decididas", y reiteró que invitó a integrarse a su gabinete a los secretarios de Desarrollo Social, Clara Jusidman; de Obras, César Buenrostro, y de Seguridad Pública, Alejandro Gertz, así como al procurador capitalino, Samuel del Villar.
Mencionó que el distintivo del próximo gobierno será contar con gente honesta, pero no aclaró si invitará a militantes de otros partidos, aunque advirtió que "el que piense que nos va a bloquear se va a quedar con las ganas; por decirlo de una manera muy coloquial, nos van a hacer lo que el viento a Juárez".
Al salir del edificio de gobierno, López Obrador fue abordado por taxistas que le pidieron atender sus demandas de incremento de tarifa.