SABADO 8 DE JULIO DE 2000

Crónica de una encuesta de salida

 

* Enrique Calderón Alzati *

Domingo, 17 horas. El último reporte de nuestra encuesta de salida nos indica que Fox mantiene una ventaja de catorce puntos sobre Labastida; su triunfo nos parece ya fuera de duda, porque las tendencias se han mantenido así a lo largo del día; los reportes recibidos de nuestros observadores cubren ya 60 por ciento de la muestra y sus datos son bastante homogéneos, aunque sobrepasan las expectativas del triunfo de Fox, que suponíamos de diez puntos sobre Labastida, de acuerdo con encuestas que habíamos realizado en mayo y a principios de junio.

Domingo, 18 horas. Empezamos a preparar la conferencia de prensa de las 8 p.m. Antes haremos una grabación para Canal 40 y la Red de Televisoras Estatales; decidimos hacer un corte a las 19:20 y generar con él los resultados que haremos públicos. A lo largo del día hemos estado en contacto con Amalia García, con sus colaboradores y con López Obrador; nuestros reportes les han sido enviados cada hora por Internet, también han sido enviados a la casa de campaña de Cárdenas, aunque de sus estrategas no te-nemos noticias, seguramente no creen en nuestros resultados, como no nos creyeron cuando les entregamos un reporte de nuestro sondeo de mayo; ellos pensaban que Labastida estaba adelante, me imagino que sus fuentes de información eran las encuestas del periódico Reforma.

Domingo, 19:25 horas. Dentro de unos segundos inicia la grabación para la televisión. En la oficina nos acompañan Pablo González Casanova, José Agustín Ortiz Pinchetti, Daniel Cazés y Miguel Concha. Los resultados que daremos a conocer son: Fox, 46.39 por ciento; Labastida, 31.10 por ciento, y Cárdenas, 18.36 por ciento. Me siento seguro de ellos; nuestro equipo de correspon-sales y observadores es muy bueno, lo hemos venido integrando desde hace dos años, en los que hemos realizado más de 50 encuestas, diez de ellas de salida en ocasión de elecciones estatales. Pienso en el ingeniero Cárdenas, en su lucha heroica, en su entusiasmo para recorrer el país, en las plazas llenas, en su discurso y en su optimismo. Desde seis semanas atrás sabía que estaba en tercer lugar, 20 puntos abajo de Fox; su lucha no era ya por la Presidencia, sino la defensa de sus ideales, de sus principios sociales y de la dignidad nacional, difícilmente entendibles para quienes prefieren la subcultura de los eslogans comerciales. "Bienvenidos a Marlboro Country", diría luego Milenio en el pie de una foto maravillosa.

Domingo, 23:10 horas. Zedillo, ha reconocido la victoria de Fox, todo ha sido rápido, sin tropiezos; la alta competitividad anunciada ha quedado atrás hecha añicos, parecemos un país realmente moderno. Labastida, con ojos llorosos, ha aceptado su derrota. Hace unas horas estaba seguro de su triunfo, su equipo de campaña se había negado a creer a quienes les mostraron los resultados de otra encuesta que, como la nuestra, le daba a Fox una ventaja de diez puntos. Cárdenas da también un mensaje a la nación, acepta los resultados y anuncia su decisión de continuar en su lucha por sus ideas y en defensa del pueblo de México, reivindica también el triunfo de López Obrador. Recuerdo entonces a Bertolt Brecht: "Hay quienes luchan un día y son buenos, los hay que luchan un año y son mejores, pero los hay también que luchan toda la vida; esos son los insustituibles".

Lunes, 3:30 a.m. El último cómputo del PREP dado a conocer coincide totalmente con los resultados que dimos a las 19:30 del domingo. Me siento satisfecho: el modelo que habíamos utilizado para calcular los resultados del domingo había sido ajustado para simular la elección de 1997, con un nivel de error de un centésimo de punto de-cimal (un punto en diez mil), y luego probado a nivel estatal con las elecciones de 1994 y 1997, pasando ambas pruebas con niveles de error de 0.3 por ciento. El modelo era perfecto, incluso luego de algunos cambios de secciones que en el terreno habían resultado inadecuadas por falta de infraestructura de comunicaciones. Difícilmente podría fallar ahora.

Lunes, 16 horas. Los nuevos resultados del IFE difieren de los nuestros, dándole entre cuatro y cinco puntos más al PRI, los cuales aparecían reducidos a Fox y a Cárdenas; el razonamiento se presenta en forma inmediata: la diferencia marca el número de votos comprados y acarreados, que fueron logrados por el tricolor en las casillas rurales; puedo estimar incluso que se trata de entre 1.6 y 2 millones de votos, ya que cada punto porcentual es equivalente a 400 mil votos en términos generales.

Una llamada de Amalia confirma mi hipótesis; todos los estados en los que la encuesta de salida mostraba competencias muy cerradas para el Senado, reportan casos de acarreos masivos de votantes y compra de votos: Baja California Sur, Campeche, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Quintana Roo y Veracruz. Luego sabría del éxito de la operación que le redituó al PRI más de diez senadores y seguramente muchísimos diputados, mediante una actuación brillante, rápida y efectiva.

Lunes, 20 horas. Una duda surge en mi mente: Ƒpor qué el diario Reforma, reconocido por la precisión de sus encuestas, se había equivocado tan rotundamente, al mostrar siempre a Labastida arriba de Fox? A la pregunta siguió de inmediato la respuesta. El Reforma no se equi-vocó, simplemente formaba parte de la estrategia de Fox, para bajar la presión que habría recibido en caso de conocerse su ventaja. Adicionalmente, manejar una imagen de competidor uno o dos puntos debajo de Labastida, era el mejor acicate para que un buen número de ingenuos decidiera su voto útil ante los llamados de auxilio del mismo Fox. Una estrategia inteligente y válida, ante la cual poco se pudo o se quiso hacer del otro lado.

Lunes, 22 horas. Pero si el Reforma sabía bien cómo estaban las cosas, así como Fox, al igual que Cárdenas, pues no se requiere mayor inteligencia para suponer que Zedillo también lo sabía bien y, desde semanas antes, su equipo de asesores en estos asuntos es el mismo de Salinas, y es muy bueno. Claro que el Presidente poco podía hacer para cambiar las cosas, pero quizá tampoco quería, porque, después de todo, el proyecto que Fox representa es bastante parecido al suyo propio; además, el PRI puede parecerles un aparato inservible y derruido, en parte debido ciertamente a él mismo. Lo que hoy se trasluce de la crisis de ese partido, es que la información del Presidente no fue compartida ni con el candidato ni con el partido.

Vista así, la jornada electoral se antoja el final de una obra de teatro, en la que todos fuimos actores, y en la que unos poquitos sabían lo que estaba pasando, otros no querían saberlo y la inmensa mayoría ignoraba el libreto.

Lunes, 11:30 p.m. El sueño me impide seguir des-variando. *