JUEVES 6 DE JULIO DE 2000

En retrospectiva

 

* Octavio Rodríguez Araujo *

Vicente Fox ganó porque era la opción posible contra el PRI. Su triunfo hubiera sido con más ventaja si la oposición hubiera presentado un frente amplio. Este no se dio, pero de todos modos ganó el voto útil acaparado por Fox, quien entendió, mejor que Cárdenas, el momento que vive México y la importancia de los medios para hacer propaganda. La gente, como está de moda decir para referirse al pueblo, vio en Fox, más que en el PAN, a alguien que quería sacar al PRI de Los Pinos. Nada más. Y esta campaña de medios, en una época en que los medios influyen más que los mensajes en la plaza pública (que congrega más a simpatizantes que a curiosos), coincidió con un sentimiento generalizado: que el bienestar para las familias prometido por Zedillo no sólo no se cumplió sino que el pueblo se ve más pobre ahora que hace 6, 12 y 18 años.

Los cardenistas, que por lo visto no son todos los militantes del PRD, adujeron razones de principios, aunque López Obrador llegó a decir en Tabasco, sobre la alianza opositora con el PAN: ''Tenemos diferencias, pero la democracia es primero; nada ha dañado más a México que la antidemocracia'' (La Jornada, 16/08/99). Y Cárdenas, después de la intervención de López Obrador, decía que elegir al candidato de la coalición significaba elegir al próximo presidente de la República. No hubo coalición, primero porque no se pusieron de acuerdo en cómo hacerla (elecciones primarias o encuestas); luego porque Fox no estuvo de acuerdo en formar un gobierno de coalición: el candidato de la gran alianza, de triunfar, ''debe contar con amplia libertad para definir su gabinete, las medidas políticas y las acciones de gobierno...'' (Citado por Lourdes Galaz, La Jornada, 4/08/99). Y, finalmente, ya en abril de este año, porque Fox, según le dijo Cárdenas al hijo de Heberto Castillo, era la reacción y la antipatria (Ƒantes no lo era?).

De las anteriores citas se desprenden dos lecciones: a) que los principios fueron descubiertos (o cambiados) por el PRD después de fracasar la idea original de Cárdenas de una coalición con el PAN, y b) que Fox no tenía intención de formar un gobierno plural ni de llevar a cabo acciones de gobierno derivadas de consensos con las fuerzas políticas y sociales que existen en México, y que probablemente tampoco tenga esa intención ahora que ha triunfado.

A juicio de Cárdenas y sus compañeros de la Corriente Democrática (1987), el PRI ya no cumplía con ''la cabal realización de los objetivos y programas que sustentan (sus) documentos básicos'', ni con su papel de ''vanguardia política'' (C. Cárdenas, ''El liderazgo del PRI ante los retos del México contemporáneo''). Antes de estas últimas elecciones, menos. El PRI era un partido a vencer, pues ya no representaba los principios del ''nacionalismo revolucionario'' de los años 70. El PRD aspiró a ser la alternativa, pero su votación resultó ser ligeramente más baja que en 1994, año en que también obtuvo el tercer lugar. El PAN, en cambio, pasó de segunda fuerza electoral a primera, y el PRI fue derrotado al igual que quienes le quisieron devolver, en 1987, su papel de vanguardia. El PRD, quiero insistir, es por comparación con el PRI y con el PAN, la izquierda moderada mayoritaria en el México de hoy, pero sólo por comparación, pues aceptarlo querría decir que el PRI de los 70 era de izquierda o sería de izquierda hoy si mantuviera las posiciones de entonces, lo cual ya es mucho pedir. Pero el PRD no pudo convencer a la mayor parte de los ciudadanos para que fuera este partido el que sacara al PRI de Los Pinos y no la derecha foxista.

Los pueblos se equivocan, dicen con frecuencia los partidos que pierden las elecciones. Y sí, en efecto, a veces los pueblos se equivocan y votan por sus enemigos. Los pueblos también pueden ser manipulados, sobre todo si la cultura política es elemental e influida por los medios masivos de comunicación. Pero, nos gusten o no las preferencias de los pueblos, es con éstos con los que se ganan y se pierden las elecciones, y si un partido no toma en cuenta esta realidad, mal para el partido y no le echen la culpa a los pueblos.

Antes, el Partido Revolucionario Institucional y el gobierno votaban por el pueblo, especialmente en 1988, ahora el pueblo votó cobrándole al PRI esa larga cadena de agravios, y se fue por quien podría derrotar al viejo partido. Este es el análisis, en apretada síntesis, que hicimos varios de los que defendimos la idea del ''voto útil'', y no apoyar a Fox. Personalmente fui invitado a apoyar a Fox y no lo hice. Es más, preferí no votar que traicionar mis convicciones. *