JUEVES 6 DE JULIO DE 2000
* La bronca no se apaciguó, se encauzó: Carvajal
Disfrazan priístas su rebelión con el rostro de la unidad
* Labastida participará en la reforma del partido, anuncia Sauri
José Gil Olmos y Enrique Méndez * De la rebelión y la insurrección frente al Ejecutivo, ayer los priístas quisieron presentar una cara distinta, la de la ''revelación y el encauce''. Sin embargo, las diferencias se mantuvieron e incluso dentro de la turbulencia se aclaró que Francisco Labastida Ochoa y un grupo que lo sigue ųen el que están algunos secretarios de Estadoų se distanciaron del presidente Ernesto Zedillo.
A pesar de que este miércoles se cuidaron más las formas, dentro de las oficinas del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) persistieron las disputas, y la guerra se regionalizó. Incluso, la presidenta del partido, Dulce María Sauri, advirtió: ''Habrá disidencias, diferencias de opinión, de criterio; todo se va a debatir a partir de ahora porque estamos en un tiempo nuevo''.
Puesta a definir si el PRI ya se alejó de Zedillo, la dirigente priísta delimitó: ''Yo no mido la distancia o la cercanía con cinta métrica (pero) ya no sé si es distancia corta o distancia larga".
En el tercer día de la crisis priísta luego de la derrota frente a Vicente Fox, la dirigencia ha logrado rescatar apenas la idea de que debe convocarse a la pospuesta 18 asamblea nacional para reformarse, discutir si debe cambiar de nombre e incluso de colores. ''Será fundamental, incluso fundacional'', declaró Sauri. Asimismo, se perfila cada vez con mayor claridad que el partido deberá buscar una alianza estratégica con el PRD en el Congreso para contrarrestar al PAN y al Ejecutivo.
Obligados a acostumbrarse a su nueva condición opositora, en el PRI comenzó a permear la idea de que la relación entre el partido y sus gobernantes debe reglamentarse. ''Ojalá que las reglas no escritas se escriban en este país para que la participación política a todos los niveles de los servidores públicos, incluida la de la Presidencia de la República, se dé en forma transparente y clara''.
Fue más explícita: ''Debemos hacer una reflexión respecto al futuro del partido, con dos elementos: la creación de condiciones de gobernabilidad interna, porque a partir del primero de diciembre el eje fundamental del PRI ya no será el presidente, y qué vamos a hacer con nuestro programa y los compromisos adquiridos en la campaña electoral''.
Fieles a su costumbre de mantener en secreto sus luchas internas, los priístas pretendieron presentarse como un grupo unido, sin diferencias, y asegurar que el único conflicto se originó por la renuncia de Sauri Riancho y que esto fue salvado cuando los consejeros le dieron un voto de confianza para encabezar la transición.
Empero, de sus declaraciones públicas se desprendía la parte de la realidad que quisieron revelar. ''La línea ųaceptó Jesús Murillo Káramų poco a poco se ha ido acabando, con el transcurso de los años''.
ųPero ahora en forma definitiva.
ųBueno, pues ahora es obligatorio, pues ya no tenemos presidente.
Murillo Káram buscó crearse una imagen de político ofendido por las versiones respecto de su pleito con Labastida Ochoa y de su intención de hacerse del partido imponiéndose como presidente del tricolor. ''šEs absolutamente falso! Mi relación con Labastida es excelente. šTambién ese es otro infundio! šEs excelente!''
Incluso, negó ser la carta que el Presidente mostró luego de que el lunes Sauri Riancho se presentó en Los Pinos para ''correr la cortesía'' de informarle a Zedillo que había decidido renunciar al cargo. El mandatario, dijo Murillo visiblemente molesto, se limitó a sugerir una ''reflexión'' porque no era ''prudente'' la dimisión en ese momento.
Murillo Káram salía de su oficina, de una reunión con Gustavo Carvajal Moreno, y se dirigía a otra con Sauri Riancho y el secretario de Elecciones, Carlos Almada. En la radio, los priístas habían reafirmado la lucha intestina. En los pasillos del primer piso del edificio 2 de la sede nacional, el hidalguense buscó el auxilio del diputado electo por Veracruz y lo puso como testigo de que él no buscó deponer a Sauri para sustituirla.
ųGustavo, ahí estaba él; ven, ven, Ƒverdad Gustavo?
El veracruzano acudió a su llamado y sostuvo: ''Los ex presidentes cuando planteamos la no salida (de Sauri), él ųy señaló a Murilloų fue el primero en decir que no se fuera''.
Empero, Carvajal más tarde aceptó en corto: ''Lo único que pedimos es que se quede Dulce, no todo el CEN''.
ųQue se vayan Emilio, Esteban, José Guadarrama...
ųšLos que no sirven, los que nos cerraron las puertas en el PRI!
ųƑEntonces no se apaciguó la bronca?
ųNo, se ha encauzado.
Después de la confrontación, los dirigentes priístas entraron en una dinámica de presentarse mesurados y de conjurar los síntomas de resquebrajamiento observados desde la misma noche del 2 de julio y confirmados la mañana del lunes cuando tres grupos se disputaron el control del partido.
Murillo Káram, uno de los primeros que contribuyeron a la ruptura, ahora intentó corregir: ''En este momento hablar de un relevo nos puede producir una falta de unidad. Yo le diría que ahorita sólo pienso en la unidad del partido. Y si la unidad reclama que se tengan que hacer atrás los intereses personales, pues que se hagan atrás, porque lo fundamental es un partido unido porque tiene una misión histórica qué cumplir''.
La influencia de Labastida
En estos dos días, Francisco Labastida Ochoa prefirió mantenerse al margen del golpeteo de los grupos. Así, optó por no presentarse a la reunión privada del Comité Ejecutivo Nacional, pero nunca dejó sus oficinas en el piso 2, desde donde se mantuvo atento y en contacto con su equipo cohesionado en torno a Dulce María Sauri ųa excepción de Emilio Gamboaų, quien lo defendió durante una entrevista.
Al hablar de la integración de la comisión de la transición ųque será convocada para conformarse la próxima semanaų, Sauri informó que se invitará al candidato presidencial a participar en la reforma del partido.
''El es un muy importante activo del partido, consiguió 13 millones y medio de votos, estará permanentemente invitado a la realización de las actividades de este instituto político'', afirmó.
ųƑDentro de la comisión?
ųEn lo que sea necesario. Bueno, primero vamos a reunirnos, vamos a hablar entre nosotros, pero no quisiera ni excluir ni incluir a nadie porque parte de esta nueva situación del partido es que todo se debata.
Durante todo el día, Sauri Riancho se abrió a los medios y ofreció distintas entrevistas en las cuales buscó matizar la nueva condición entre el PRI y Zedillo.
ųƑHay rebelión?
ųNo hay rebelión, es revelación. A partir de ahora en la vida interna del partido se acabó el silencio y también hacia afuera.
ųSi no hubo rebelión, Ƒentonces cómo entender lo que Bartlett llamó abandono del presidente Zedillo?
ųEl Presidente ha sido un hombre respetuoso del PRI y de la legalidad y nuestra legalidad marca una serie de pautas para intervenir en la actividad política partidista.
ųSin embargo un amplio sector de su partido se sintió traicionado por el Presidente. ƑComparte esta opinión?
ųNo, no la comparto. La respeto e insisto en que estamos en un periodo en que se están expresando, de muy diversas maneras, los sentimientos de dolor, de desánimo, de incertidumbre, pero yo no comparto esa opinión.
''Todo se lo llevó la chingada''
A pesar de los esfuerzos de la dirigencia por salvar la tormenta y poner a resguardo la nave priísta ųdías antes de la elección Sauri dijo que el Pritanic nunca se hundiríaų, los militantes y corrientes del partido continuaron expresando su ira.
''Desde hace tres sexenios el partido no quiso darse cuenta de que deberíamos democratizarnos, reformarnos, y dejaron todo en manos de los tecnócratas. Y el resultado fue que el 2 de julio todo se lo llevó la chingada'', afirmó el secretario de Acción Política de la Corriente Crítica, Juan Carlos Grajeda, a la que la dirigencia marginó e incluso desde hace meses le ha negado hasta un espacio para dar sus conferencias de prensa.
También la denominada Corriente Democracia Nueva presentó sus propias conclusiones de la derrota. En un comunicado exigieron la renuncia de Sauri y del secretario general, Esteban Moctezuma Barragán, ''por dignidad, madurez política y convicción partidaria''. Atribuyeron parte de la derrota a una campaña electoral ''simulada en bonitos números'' y al ''desdén que se tuvo a las bases militantes, movimientos y corrientes internas de opinión''.
Asimismo, desde que llegó al partido el diputado federal Carlos Jiménez Macías ųa quien se sacó de la jugada por una senaduríaų ofreció distintas entrevistas en las que la constante fue: ''Zedillo creció como estadista, pero perdió su liderazgo en el PRI''.
También envalentonado Efrén Enríquez, diputado federal, se fue contra la clase que gobierna: ''šEn 18 años los tecnócratas pulverizaron al PRI, desde José López Portillo, ya sabemos qué hizo Carlos Salinas y ahora Zedillo! Todos ellos acabaron con el sistema político mexicano''.
Así, en el tercer día de la debacle del priísmo, tras su derrota el 2 de julio, en la antesala de las oficinas de Sauri Riancho, a contra corriente de la base, Murillo Káram negaba el riesgo de que su partido se vaya definitivamente a pique: ''No, ya no. Salimos muy bien librados''.
Su visión distaba mucho de la de César Augusto Santiago ųdurante muchos años operador político de cepaų, quien sin ninguna reserva acusó al presidente Zedillo de haber contribuido a ''desmantelar al PRI''.