* Savater: la tv emplea el recurso de que a más vulgaridad mayor audiencia
Descerebradas, las recreaciones en el Gran Hermano
Patricia Landino, especial para La Jornada, Madrid * Lo que más preocupa de un programa como el Gran Hermano ųen el que un grupo de jóvenes viven encerrados en una casa y vigilados por múltiples cámaras y micrófonos, interprentando una falsa realidadų es que ''representaciones tan pobres, huecas y descerebradas sean las favoritas del mayor número de espectadores. Se prefiere algo masticado, antes de cualquier esfuerzo mental", opina el filósofo y escritor español Fernando Savater, sobre el programa que cambió los patrones de preferencia de la audiencia española y captado el mayor número de espectadores en la historia de la televisión de este país, sólo superada por el futbol.
''Es la relación de a más vulgaridad mayor audiencia, a la que recurren las cadenas televisoras para superar el número de espectadores, no sólo en España o México, sino en Alemania, Holanda, Estados Unidos o Inglaterra, lo que inquieta'', dice Savater a La Jornada. ''Tanto las cadenas públicas como las privadas compiten por la vulgaridad y contenidos bajísimos. Se busca el nivel más bajo, y a ver si hay otro peor", comenta respecto de ese programa, que en sus mejores días ha logrado atraer la atención de casi diez millones de españoles. ''No hay el mínimo asomo de arte o de inteligencia que lleve a la reflexión".
Algunos han reprochado la falta de ética por violar la intimidad de los participantes en el Gran Hermano. No es ese ''antiguo afán de mirar por el agujero, para ver cómo la vecina se va al retrete, de lo cual se puede hacer una reflexión y un arte, como lo hizo Flaubert con Madame Bovary", lo que se cuestiona.
Savater cree que aquí ''la intimidad no tiene nada que ver. Son actores, aunque muy malos. Fingen que viven una realidad. Representan una cotidianidad hueca. Pleitos, chismes... el mal gusto no puede ser perseguido".
Internet, Ƒherramienta o gran bazar?
El meollo del asunto es que en una sociedad donde cada vez hay mayor información y posibilidades de conocimiento y de cultura el público elija los productos con los contenidos más fáciles. ''Nos dan cosas tan masticadas, sólo orientadas a la ganancia económica. Lo que menos le haga pensar al espectador", recalca.
Eso contrasta con una era en la que se abren puertas de conocimiento no imaginadas, pero que las sociedades siguen sin aprovechar. ''Internet puede ser una gran herramienta para el conocimiento, también un gran bazar. Hay más posibilidades de alcance pero la preferencias se orientan hacia la indigencia de contenidos," comenta.
''Cada quien es responsable por sí mismo de buscar otro tipo de contenidos más elevados. La televisión en general es así, hueca, pero existe por ejemplo la televisión digital, en la que la programación es más rica en contenidos. Aunque la vea una minoría, la opción está ahí. Es cuestión de que cada quien se interese".
Al filósofo, quien ahora viaja por el mundo en busca de carreras de caballos que utilizará como metáfora en su próximo libro, le molesta la pasividad y el escepticismo del público ante la posibilidad de revertir las tendencias.
''Ser ciudadano en una democracia no es sólo ir a votar, sino implicarse en los problemas. Presionar. Discutir. Pero la mayoría tiene pereza de pensar, de leer, o de cualquier mínimo trabajo reflexivo que necesite algún esfuerzo mental. Todos vivimos un poco el Gran Hermano, esperando que el voto de otros decida nuestro destino", alerta Savater.
Por su parte, a la vicepresidenta de la Academia de las Ciencias y Artes Televisivas española, Blanca Álvarez, opina que hay algunas contradicciones entre quienes critican la ética del programa Gran Hermano, sólo porque algunas de sus concursantes han sido acusadas de ser prostitutas. ''Son hipócritas", expresa, ''porque son medios de comunicación que tampoco tienen algún planteamiento moral en sus contenidos".