Pinochet: "por razones de salud"

 


* Luis T. Díaz Müller *

El inicio del gobierno del presidente Ricardo Lagos, el pasado 11 de marzo, devolvió las esperanzas sobre la justicia en Chile. Ciertamente, no se está en presencia de un asunto ni de eficacia ni de razones humanitarias. El asunto central consistía y consiste en el tema del "perdón y olvido" a las cúpulas militares involucradas en violaciones a los derechos humanos: Caravana de la Muerte, Operación Cóndor, asesinato de dirigentes opositores.

La Corte de Apelaciones de Santiago concedió la petición de desafuero con más de 110 querellas, dando paso al juzgamiento del general-senador. Inmediatamente, el abogado Rivadeneira y la Fundación Pinochet interpusieron, como era de esperarse, el recurso ante la Corte Suprema, sentencia final que se espera para el mes de julio.

El nudo del asunto reside en el pacto con que, en principio, ha terminado la mesa de diálogo. Con un plazo de seis meses, renovables, se ha forjado un acuerdo entre la cúpula militar, ciertos abogados de derechos humanos y el gobierno, para otorgar un plazo para la aparición de los detenidos-desaparecidos. Si esto fuera así, la figura del delito de secuestro permanente entraría a desaparecer.

Paradojas de la vida, esto vendría a significar que en el hipotético caso de que aparecieran las víctimas de la dictadura, desaparecería uno de los delitos interpuestos contra el general ųsenador. Una encuesta del lunes 19 de este mes, revela que 63 por ciento de los chilenos estima que las investigaciones culminarán en punto muerto.

Está por verse. La idea gobiernista y de la cúpula militar consistiría en hacer tabla rasa de las investigaciones por crímenes contra la humanidad. Con un nuevo gabinete, el país andino se ha sumido en un esquema de eficacia con desigualdad. La deuda social está pendiente: la crisis de la educación, de la salud y del empleo constituyen metas postergadas, al cumplir cien días el gobierno del presidente Lagos.

Por lo tanto, ni la discusión sobre la educación superior, la discutida reforma del Estado o la distribución del ingreso pueden plantearse como temas absolutamente prioritarios de este momento, estando pendiente la resolución de las investigaciones sobre derechos humanos; justicia no es administración.

Especialmente, porque el tema de la justicia y los derechos humanos aparece como la primera cuestión ética que debe resolverse en un país que empieza a despertar de un sueño faústico y autoritario, para recomponer la cultura, la solidaridad social, el empleo, sin olvidar un pasado ni tan lejano ni tan remoto.

Diría, por tanto, Ernesto Sábato: no hay nada peor para la salud, que las enfermedades del general.

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