DOMINGO 2 DE JULIO DE 2000
* Liberaría al Estado de garantizar estudios de calidad, advierten
Resultaría negativo para México el ''bono para la educación'': expertos
* La Coparmex y Alianza por el Cambio, a favor; estimularía la competencia entre escuelas, dicen
Gabriela Fonseca * Descentralizar la educación pública y generar competencia entre escuelas de gobierno y privadas para optimar la enseñanza es la postura que el neoliberalismo ha adoptado en muchos países ante el reto de garantizar una educación pública de calidad. En México, tanto el candidato presidencial de la Alianza por el Cambio, Vicente Fox Quesada, como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) han sugerido un sistema que en otros países se llama voucher o ''bono para la educación''.
Sin embargo, expertos en educación familiarizados con este sistema han dictaminado que el voucher para la educación ha arrojado resultados negativos, desde el punto de vista pedagógico, en los lugares en los que se ha implementado de manera experimental. En varias ciudades estadunidenses, de Gran Bretaña y en Chile, sostienen, el sistema ha servido sólo para favorecer a familias con recursos que ya tenían posibilidades para enviar a sus hijos a escuelas privadas, además de reducir los recursos para escuelas públicas. Asimismo, sostienen que el voucher no implica ninguna nueva opción para familias de escasos recursos que terminan por "elegir" la escuela más cercana.
Peor aún, este sistema liberaría al Estado de garantizar educación pública de calidad, y reduciría el margen de control que las autoridades educativas tienen sobre programas de estudio, pues se estaría permitiendo que cada escuela adoptara las medidas que juzgue convenientes para aumentar su número de alumnos.
Resulta paradójico que en la mayoría de los lugares donde se ha experimentado con este sistema, los resultados han sido severamente criticados por los pedagogos, pero además, han degenerado en caos administrativos debido a complejas regulaciones que deben implementarse para evitar manejos corruptos. Sin embargo, aun en lugares donde el sistema fracasó, como en el estado estadunidense de Texas, sus promotores siguen defendiéndolo y prometen seguir luchando para implementarlo.
Privatización y calidad
Según el discurso neoliberal, el sistema del voucher para la educación lograría las ventajas de una privatización de la educación pública, en cuanto a la generación de competencia, pero sin atentar contra el concepto constitucional de una educación básica de calidad, aportada de manera gratuita por el Estado.
El sistema consiste en que las autoridades educativas calculan el costo que implica la enseñanza de un estudiante en un año escolar de primaria, en una escuela pública o privada. Entonces se hace un voucher por esta cantidad, que se entrega a los padres de familia, quienes pagarán así la educación de sus hijos, en la escuela que ellos elijan, independientemente de que ésta sea pública o privada.
Defensores del sistema sostienen que de esta forma, a los padres de familia se les da la oportunidad de realmente elegir la escuela que ofrece a sus hijos la educación que va acorde con sus expectativas y valores, sin importar el costo. De esta manera, el Estado subsidiará a las escuelas según su plantilla de alumnos y se promete, así, dar más recursos a aquellos planteles que de esta forma demuestren su mejor desempeño.
Según la Coparmex, este sistema va encaminado a ''subsidiar la educación de distinta manera, de modo que se estimule la competencia y mejoramiento de las escuelas, entregando (el subsidio) directamente a los demandantes del servicio educativo; dando mayor participación y poder de decisión a los padres de familia; otorgando a las escuelas mayor autonomía para que puedan ser responsables de los resultados que ofrecen" (Tomado de las conclusiones del Tercer Foro de Educación para el Siglo XXI "La Revolución Educativa que México Necesita", del 14 de mayo del año 2000)
La educación como producto
El profesor de la Universidad de Columbia, Michael W. Apple, especializado en estudios de política educativa y currículum, publicó en 1998 el artículo Conocimiento, pedagogía: la alianza conservadora, en el que analiza especialmente el modelo del voucher para la educación en un marco que él identifica como la tendencia conservadora y neoliberal de tratar a la educación como un ''bien de consumo'' y a los niños en edad escolar y a sus familias como ''consumidores o clientes'' con libertad de elegir y crear así la demanda que determinará los mercados.
Apple recuerda que el secretario británico de educación durante el gobierno de la primera ministra Margaret Thatcher, afirmó sin empacho que ''la era del igualitarismo ha terminado'', y habló de una ''modernización conservadora'' del modelo educativo, para defender la implementación de subsidios con base en bonos para las escuelas concedidos a las familias.
El científico sostiene que ''el proyecto del neoliberalismo está vinculado a un proceso mayor dedicado a echarle la culpa a los sectores pobres de la población por los resultados de decisiones que fueron tomadas por las clases dominantes'', y señala que por esto, no es de extrañar que en gobiernos como el de Thatcher y otros en los que se ha propuesto el sistema del voucher, se haya acusado a las escuelas públicas de ser pozos sin fondo que fracasan en su misión educativa sin importar cuántos recursos se les concedan.
Apple afirma que, en la práctica, la supuesta ''libertad de elección'' que el voucher está dando a los padres de familia no existe, pues en zonas pobres y con deficientes medios de transporte, donde además están las escuelas de menos recursos, las familias enviarán a sus hijos a la escuela más cercana, la cual seguramente tendrá menos subsidios pues a ella asisten sólo aquellos niños sin posibilidad de trasladarse.
Apple, al igual que Albert Cortez, autor del estudio Estudiantes en venta: El uso de dinero público para financiar escuelas privadas, sostienen que un programa de vouchers por fondos estatales, invariablemente empobrecerá a las escuelas públicas, pues están condenadas a perder en ''la competencia'' con las escuelas privadas, puesto que captarán menos financiamiento, y estarán cada vez más en peores condiciones para ''competir''.
El estudio sostiene también que en ninguno de los lugares en los que el sistema se ha implementado experimentalmente, existe ''evidencia que permita asegurar que la competencia entre escuelas creada por el sistema de los vouchers mejoró en algo la calidad de la educación impartida en escuelas públicas''.
En el estudio Descentralización de la educación: Financiamiento basado en la demanda, de Harry Anthony Patrinos, editado por el Banco Mundial, los resultados que se obtuvieron al implementar variantes de un modelo en que se promueve la competencia entre las escuelas experimentadas en varios países del mundo: un sistema de becas en Bangladesh, financiamiento comunitario en Chad, subvenciones específicas en China y México, el ''bono educativo'' en Colombia, asistencia a escuelas privadas que admitían a niños pobres en República Dominicana y Pakistán, y créditos en Jamaica.
El estudio concluye que el éxito de estos proyectos depende de que en ellos se involucren por igual los padres de familia, las autoridades educativas, maestros y la iniciativa privada. También depende de que haya una absoluta transparencia en el traslado y utilización de fondos.
Se dictaminó, sin embargo, que el financiamiento estatal con base en la demanda ''no benefició por igual a todos los miembros de la sociedad, y no hubo ventaja alguna especialmente para los indígenas, minorías étnicas, niñas, y los pobres en general''.