VIERNES 30 DE JUNIO DE 2000

* Los sonidos del color, retrospectiva del artista en la Galería Tonalli


Pintura y música son fieles aliados en la vida de René Villanueva

* Siempre queda la necesidad de ofrecer todo lo que uno es capaz de conseguir, señala

* Sin erigirse en un trabajo anecdótico, mi plástica sí narra una historia, confiesa

César Güemes * Está lleno de ánimo y feliz y acompañado. Acaba de librar una fuerte batalla en favor de la salud, de la cual salió victorioso, regenerado, con los mismos deseos de comerse el mundo que ha tenido siempre. Lo encuentro en su estudio de pintor, trabajando sobre el bosquejo de un Zapata.

La pintura y la música han sido los fieles aliados de René Villanueva. Artista plástico de academia, combina casi a partes iguales sus labores dentro del grupo Los Folkloristas con su oficio de pintor. Ahora ofrece una retrospectiva de su trabajo, Los sonidos del color, en la Galería Tonalli, del Centro Cultural Ollin Yoliztli.

La influencia de José Clemente Orozco

ųƑPor qué no te ganó la pintura?, Ƒla has dejado por periodos?

ųAsí es. Hubo un lapso de diez años en el que no trabajé sobre los cuadros. Eso tuvo que ver con mi vida personal, la compañera que tenía entonces se incomodaba con mi trabajo. Dejé de pintar, pero regresé una tarde, en cuanto abrí el tubo de óleo.

ųƑDibujaste en esa etapa, hiciste ejercicios para no perder habilidad?

ųNada. Absolutamente nada. Pero todo fue acercarme de nuevo a mis cuadros y ponerme a pintar automáticamente. En esa década logré sin saberlo una acumulación maravillosa de ideas y de formas. Claro, hoy las cosas son un poco distintas. Cuando salí de San Carlos tenía unas capacidades que se fueron quedando en algún sitio.

''No sé si podré recuperarlas al ciento por ciento. Me conformaría con alcanzar la mitad de esa técnica que tuve, con eso me basta por el momento.

''El caso es que siempre te queda la necesidad de brindar todo lo que uno sabe que puede conseguir. Muy adentro sé que debo recuperarme al ciento por ciento en este oficio, como supongo que ocurrirá con la música.

ųHas pasado por etapas similares, pero diferenciables, como se puede ver en Los sonidos del color.

ųTuve una muy marcada influencia de José Clemente Orozco, que fue determinante. Y se reforzó con un sueño que tuve. Soñé que iba a una exposición de él, en la cual los personajes de sus cuadros tenían cuerpo humano pero los ojos, manos y cabezas estaban fuera del sitio natural. Eran muy expresivos.

''Bien, pues ya despierto busqué esas obras, que yo pensaba que eran de él. Y Orozco nunca las había pintado. Era un invento mío.

''De ese modo me metí un par de meses a trabajar bajo ese tenor. Y de manera similar se me fueron dando otras posibilidades. Ahora han aparecido nuevas técnicas, aunque lo cierto es que me fascinan las viejas formas.''

Labor silenciosa

ųƑVes alguna relación entre la pintura y la música que has hecho?

ųClaro, como me gusta mucho pintar al óleo, me quedaba tiempo. A esa técnica le debo mi iniciación como intérprete. Trabajé mucho, por ejemplo, a las veladuras. Como necesitaba esperar a que secara una capa de veladura, podía tocar la quena mientras tanto. Siento que me descubro a mí mismo frente a los demás como artista plástico.

ųCiertamente, no es una labor tan conocida como la musical.

ųEs silenciosa. Pinto para mí y para los demás, pero sólo en las exposiciones que he organizado en sitios distintos a las galerías de arte. Muy al principio sí hice el esfuerzo para exhibir y vender de ese modo, pero tuve la suerte de que quien me promovió quería ofrecerle a su público comprador más de lo mismo. Me lo pidió, incluso. Salí corriendo a las primeras de cambio.

''Por eso expongo ya sea en el aeropuerto de la ciudad de México o en las estaciones del Metro. Es decir, donde las personas no van a ver pintura, sino que están ahí de paso. Si se detienen a ver los cuadros es porque les gustan y si no se siguen de largo. A mí me parece maravilloso escuchar lo que ese público dice cuando pasa.

ųTu estilo es muy directo, seguramente llama la atención y crea empatía con cierta facilidad.

ųPues no es una pintura hermética. Dice lo que dice, independientemente del título que le ponga. Así que sin que resulte un trabajo anecdótico, sí narra una historia, engloba sentimientos y emociones, lo que me parece un recurso perfectamente válido.