JUEVES 29 DE JUNIO DE 2000

* El drama, por la búsqueda del sueño americano


El caso Elián, saga de siete meses y 2 millones de dólares

* El menor, centro de una disputa entre La Habana y anticastristas

Sobreviviente de un naufragio de balseros cubanos en el que vio morir a su madre y a otras 10 personas, Elián González se convirtió en un ícono para los cubanos de las dos orillas del estrecho de Florida.

La vida de este hijo único de un custodio de un parque y de una camarera de hotel, quienes se habían separado amigablemente y compartían la custodia de Elián, transcurría normalmente en el poblado de Cárdenas, a 150 kilómetros de La Habana, hasta que su madre, Elisabeth, lo retirara el 19 de noviembre de la escuela para que pasase el fin de semana con ella.

En lugar de regresarlo al padre el lunes, se embarca con su nuevo compañero en busca del sueño americano, pero la pequeña y frágil embarcación se va a pique a pocos kilómetros de las costas estadunidenses, donde los cubanos esperaban acogerse a la ley de ajuste, que les otorga permiso de trabajo y residencia.

Once personas mueren y tres sobreviven, dos adultos y Elián, quien es encontrado por dos pescadores el 25 de noviembre de 1999 aferrado a un neumático. Un día después, el Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN) de Estados Unidos lo entrega en custodia temporal a su tío abuelo, Lázaro González, residente en Miami.

El 28 de noviembre, el padre de Elián, Juan Miguel González, pide al gobierno de Washington la devolución de su hijo a Cuba, pero entonces Lázaro anuncia que luchará por la custodia del pequeño para respetar lo que él considera sería la última voluntad de la madre: que el pequeño crezca "en libertad".

Entre tanto, se imprimen camisetas con la efigie de Elián y las televisoras comienzan a mostrarlo casi a diario, jugando en el jardín de la modesta casa de Lázaro en la Pequeña Habana, en brazos de Marisleysis, su prima de 21 años que se autocalifica como una "madre postiza", en un paseo a Disney World, o cuando es aclamado por grupos anticastristas.

Pero el gobierno de Fidel Castro también comienza a movilizarse, y el 6 de diciembre comienzan una serie de multitudinarias movilizaciones en la isla caribeña para exigir el retorno del pequeño, para quien los parientes de Miami ya han solicitado una audiencia de asilo.

El 5 enero de 2000, el SIN dictamina que Juan Miguel González es el único que tiene derecho a hablar por el niño, y que el menor debe estar de regreso a más tardar el 14 de ese mes, pero los abogados de Lázaro González acuden entonces a un tribunal familiar de Florida y, aunque la fiscal general Janet Reno desconoce la jurisdicción de esa corte, da oportunidad a los parientes de Miami de acudir a un tribunal federal para exponer su caso.

Ante las demoras del caso, el 21 de enero las abuelas materna y paterna de Elián viajan a Nueva York para empezar una campaña por el regreso de su nieto, a quien pueden ver durante menos de dos horas, en un encuentro concertado por el SIN en casa de una religiosa.

Los enfrentamientos entre los González llegan al punto en que Lázaro presenta una demanda judicial contra una de las abuelas por abuso, y la prensa estadunidense revela entonces los antecedentes penales de los González de Miami.

En febrero el caso continúa estancado, luego que el juez federal de distrito William Hoelever es hospitalizado y pasa entonces a mano de su colega Michel Moore, y no es sino hasta el 22 de marzo que éste se pronuncia, desestimando la querella de los parientes de Miami.

El presidente Bill Clinton dice entonces que Lázaro González debe "respetar lo que dicta la ley", pero su vicepresidente Al Gore, empeñado en la lucha de ganar votos para su alicaída candidatura a la Casa Blanca, se pronuncia por la permanencia del pequeño en Estados Unidos.

A principios de abril el gobierno concede visas de entrada a Juan Miguel González, su esposa y su bebé, y entonces los anticastristas se preparan para resistir, rodeando la casa de Lázaro González.

El 7 de abril Juan Miguel se reúne con Janet Reno, a quien reitera su voluntad de regresar a Cuba. Para entonces, Lázaro González logra que un tribunal falle a su favor, cuando ordena que el pequeño se quede en Estados Unidos hasta que se agoten todos los recursos judiciales.

El tío abuelo retira a Elián de la escuela por temor a que el gobierno federal se lo lleve, lo que ocurre finalmente la madrugada del 22 de abril, cuando un operativo relámpago saca al niño por la fuerza y lo traslada a Washington, donde lo espera su padre.

Dos fotografías publicadas con sólo horas de diferencia muestran al pequeño llorando aterrado ante un agente armado que irrumpe en la casa de Miami, y sonriente luego en los brazos de su padre.

En mayo, Juan Miguel González pide a la corte de Atlanta que rechace el pedido de apelación presentado por Lázaro González, y a finales de ese mes se muda con su familia a Washington.

El primero de junio, un fallo de tres magistrados de ese tribunal deniega a los parientes de Miami pedir asilo político en nombre del pequeño, aunque mantiene la prohibición de que regrese a Cuba.

Aunque Lázaro González apela ese fallo, el pleno del tribunal confirma el día 23 su veredicto, y anuncia que Elián podrá salir de Estados Unidos el 28 de junio.

A los abogados del tío abuelo sólo les queda un último recurso, y lo utilizan, al apelar el pasado lunes ante la Corte Suprema de Justicia, que rechaza el pedido, lo que permite así este miércoles el retorno del balserito a Cuba.

Así llega a su fin un caso que le costó al contribuyente estadunidense casi 2 millones de dólares, en viajes para funcionarios de inmigración, alguaciles, abogados, mediadores, horas extras para la policía, pasajes aéreos, gastos médicos y de alojamiento. (Afp y Reuters)