MIERCOLES 28 DE JUNIO DE 2000
* La medida no modifica el bloqueo, sino que lo hace peor: La Habana
Acuerdo en EU para permitir venta de alimentos y medicinas a Cuba
* Triunfó la presión de agricultores y empresarios sobre el Congreso estadunidense, dicen analistas
Afp, Ap, Reuters y Pl, Washington, 27 de junio * Por primera vez en cuatro décadas, la presión de agricultores y empresarios estadunidenses logró que los líderes republicanos del Congreso alcanzaran esta madrugada, tras una maratónica sesión y varias semanas de negociaciones, un histórico acuerdo para permitir la venta de alimentos y medicinas a Cuba.
Sin embargo, en una primera reacción oficial ante el proyecto, que aún debe ser redactado y votado por ambas cámaras pero que ya recibió el visto bueno de la Casa Blanca, Cuba consideró que la medida "no modifica el bloqueo, sino que lo hace peor" al poner estrictas condiciones a las ventas.
Así, Cuba deberá pagar al contado los alimentos o medicinas y no podrá obtener ningún tipo de financiamiento público o privado por parte de Estados Unidos. Tampoco se permitirá el sistema de trueque de productos cubanos por estadunidenses.
La Casa Blanca afirmó, a través de su portavoz Joe Lockhart, que "no nos oponemos a permitir la exportación de productos alimenticios o farmacéuticos, a condición que ello beneficie al pueblo cubano y no a Fidel Castro".
El jefe de la mayoría en la Cámara, Dick Armey, quien durante mucho tiempo se opuso a cualquier medida para normalizar el comercio con Cuba, admitió hoy que los simpatizantes de la propuesta legislación de flexibilización del bloqueo tienen los votos suficientes para aprobarla.
Los legisladores podrían adjuntarla a una ley de construcciones militares que debe someterse a votación esta misma semana, para sacarla antes del receso de las festividades del 4 de julio y de agosto.
"Esta es una victoria para los agricultores, que podrán tener ahora acceso a los cinco mercados que se les habían cerrado", dijo George Nethercutt, representante republicano por el estado de Washington y principal motor de la medida, que también alivia los embargos unilaterales contra Corea del Norte, Sudán, Libia e Irán, aunque estos países no tendrán tantas restricciones como Cuba para la compra de alimentos y medicinas a Estados Unidos.
Nethercutt fue la punta de lanza de un grupo bipartidista de legisladores de estados agrícolas que fue creciendo hasta pasar el centenar.
Su insistencia en los últimos tres años logró finalmente quebrar la influencia ejercida por el lobby anticastrista de la poderosa Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), con sede en Miami, sobre el sector duro republicano y algunos representantes demócratas contrarios a Castro.
La oposición al acuerdo fue encabezada por Dan Burton, uno de los autores de la llamada ley Helms-Burton, que endureció el embargo impuesto a Cuba en 1960 con el intento de derrocar a Fidel Castro.
Los dos legisladores republicanos de origen cubano, Ileana Ros-Lehtinen y Lincoln Díaz Balart, reconocidos anticastristas, tuvieron una actitud "constructiva", según dijo Nethercutt.
Pero Ros-Lehtinen aclaró que la legislación "hará tan difícil como resulte posible" que las ventas a Cuba "se concreten", por eso la aprobó.
Para muchos analistas locales, esta medida de apertura hacia Cuba fue posible porque el caso del niño balsero Elián González redujo la influencia política de los cubanos-estadunidenses hostiles a todo acercamiento a La Habana.
Otros, como el profesor universitario Antonio Jorge, consideraron que fueron decisivas las presiones de los agricultores.
Pero la mayoría coincidió en que el acuerdo no aportará beneficios económicos a Cuba, que además perdería el argumento de que el embargo es la causa de la escasez de alimentos y medicinas.
En Miami, el anticastrista Movimiento Democracia se mostró moderado, aunque se pronunció contra un levantamiento del bloqueo, mientras que la FNCA no se pronunció hasta el momento.
En La Habana, el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, declaró a la televisión estatal que el acuerdo en realidad "empeora el bloqueo" por sus duras condiciones a la ventas de alimentos y medicinas y sus restricciones a los viajes de estadunidenses a la isla.
Destacó además que los estadunidenses "hablan de acuerdo, pero nadie puede enseñarlo, no hay texto".
En las calles, algunos cubanos dieron la bienvenida al acuerdo, aunque manifestaron sus dudas de que tenga un efecto inmediato en sus vidas debido a las restricciones que impone.
De hecho, la noticia se vio casi opacada por un reporte aparecido en el diario Granma sobre planes oficiales para reducir en 5 por ciento el consumo de combustibles en el país, debido al alza en los precios internacionales del petróleo y a una baja en mercado mundial del azúcar.