MIERCOLES 28 DE JUNIO DE 2000
* Ricard Salvat i Ferré, dramaturgo catalán
El franquismo sólo permitía el teatro de alpargata y peineta
* ''Durante esa época nos quedamos huérfanos y sin maestros''
César Güemes * Es el inventor del teatro catalán contemporáneo y se llama Ricard Salvat i Ferré. Durante el franquismo y pese a él fundó y dirigió de 1960 a 1975 la Escola d'Art Dramatic Adrià Gual y fue de 1977 al 86 titular del Festival Internacional de Teatro de Sitges y a partir de entonces responsable de historia de las artes escénicas en la Universidad de Barcelona.
Hoy es un clásico disciplinado y laborioso reconocido con premios como el Federico García Lorca, el Imre Madach o el Nacional de Teatro de la Generalitat de Cataluña, pero que no olvida el pasado porque no puede ni quiere:
''Ha sido duro, sobre todo en la dimensión catalana. Pensemos que el público se tuvo que restructurar. Intentamos un repertorio, finalmente, porque una de las normas del franquismo era primero prohibir el teatro catalán, y luego aceptarlo siempre y cuando fuera de temática popular en el peor sentido, teatro de alpargata y peineta, con inocentes personajes del siglo XIX.
''Ya cuando la cosa empezaba a tener más dimensión, no era posible realizarlo. Sobre todo, no se aceptaban las traducciones. Una de mis tareas fue crear una compañía, pese a que no había subvención alguna."
Tradición teatral desbaratada
Estamos en Jalapa, ciudad que conoce desde el 74, cuando acudió con una compañía italiana como actor y director. Y aunque no hay rastro de amargura en su voz, explica parte de la realidad teatral catalana: ''Ahora los jóvenes se quejan de no tener apoyo y no los entiendo, porque en mi generación no sólo teníamos al estado de cosas en contra sino que jamás contamos con apoyo. Lo importante era crear un repertorio base con Pirandello, Sartre, Handke. Eso se pudo hacer desde 1965, cuando el ministro de Cultura quiso abrir un poco las ventanas; luego todo volvió para atrás."
ųHa hecho del teatro una profesión y una manera de vida. Hablamos de 47 años de actividad en ese terreno.
ųAsí es. Pero insisto en que hago teatro desde Cataluña, donde el idioma juega un papel importantísimo. Hace 47 años el teatro catalán era perseguido aún, luego de que se prohibiera. Por entonces todos los grandes autores se vinieron a México o a Chile. Es más, durante los años cuarenta, desde España se sabía que la capital del teatro castellano era Buenos Aires y la del catalán, México. Así que en esa época quedamos huérfanos y faltos de maestros.
''La tradición teatral, que apenas se estaba construyendo en idioma catalán, se vio desbaratada. La tarea de las personas que comenzamos a hacer teatro en los años cincuenta fue retomar el diálogo con los dramaturgos en el exilio y reconstruirlo todo: crear escuelas, revistas y editoriales de teatro. Más que por vocación uno tuvo que hacer de todo para llenar huecos.''
Iniciación precoz en el mundo del teatro
La presencia de Salvat i Ferré en la escena, la historia y la crítica de teatro son indispensables, pero antes fue preciso desbrozar el camino. Recuerda Salvat:
''Me puse como hito que el teatro alcanzara la universidad. No conseguí que la unversidad española aceptara crear un departamento de drama, pero logramos que haya algunas cátedras de teoría e historia del teatro, y algunas titularidades.
''Ahora tienen titularidad y cátedra sitios como Barcelona, Palma de Mallorca, Valencia, Alcalá de Henares y Murcia. Eso es lo que se ha logrado. Y es posible crear una licenciatura en artes del espectáculo, pero no es aceptada burocráticamente por las universidades españolas. Esa ha sido la lucha.''
ųPareciera que nació para dirigir, maestro, de esa parte del teatro es de donde le ha venido buena parte de su reconocimiento.
ųAl menos en mi caso parece que así es, aunque sea una explicación poco científica. He mirado a lo largo y ancho de mi familia y no hay antecedente alguno. Comencé a dirigir de muy joven, casi niño. A los once años formé una pequeña compañía con un teatrito editado por Seix Barral. Nosotros nos saltábamos los muñecos y los guiones que venían ahí y creábamos por cuenta propia. Lo que me llevó a eso es un poco un misterio, aunque ahora que lo hablamos pienso que cuando comienza la Guerra Civil yo tenía dos años.
''De esa edad hasta los cinco años no conocí amigos de mi edad, ni tuve juguetes. Estábamos alejados en las montañas. Me acuerdo que con una caja hacía una especie de escenarios y ponía dentro de ellos a los personajes. Pero la verdad es que a los 11 años comencé más o menos en serio. Más tarde, en la universidad, a los 19 años dirigí el primero grupo profesional.''
Borrón y cuenta nueva en España
ųTiene usted también antecedentes en la novela, Ƒpor qué la dejó?
ųPara centrarme en el teatro. Pensé que era necesario que Cataluña tuviera personas de teatro. Novelistas había muchos. Incluso quise hacer cine en algún momento, no fue sencillo y por ello no insistí mucho.
Ricard Salvat ha realizado su labor en Alemania, Hungría, Italia, Grecia y varios países de América Latina. Hoy, como siempre, vive en Barcelona y antes de despedirse hace un señalamiento cultural que vale el viaje y la visita para hablar con él:
ųLa democracia en España no ha traído ningún tipo de justicia para las generaciones que vivimos bajo el franquismo; no ha sido generosa ni respetado a los exiliados; no hay una recuperación de los que luchamos contra el franquismo. Se hizo borrón y cuenta nueva. A los jóvenes esto les encanta, y aún así se quejan, pero lo cierto es que hoy gozan de unas condiciones que casi nadie tuvo en España. Vamos, Alfonso Sastre sigue sin estrenar, para dar un ejemplo canónico y extremo.''