MARTES 27 DE JUNIO DE 2000

En cuarentena...

 

* Marco Rascón *

El viejo régimen se mueve nervioso, pero confiado. Sabe que el 2 de julio se acaba --afortunadamente-- el tiempo de los candidatos y empieza el de los partidos. Estos, a su vez, se aprestan a la gran negociación, pues saben que luego de la elección hay cambio de terreno, por lo que la plaza y los candidatos pasan a segundo término; desaparecen como protagonistas centrales y surge la realidad de las posiciones y las prerrogativas.

El viejo régimen tiene confianza en los instintos de la clase política mexicana y en el viejo oficio de los operadores de la oposición oficiosa. Sabe que imponiendo al PRI se conserva toda la cañería del sistema de partidos, que se organiza desde Los Pinos, y mantiene su propio control de las directivas partidarias, independientemente de los candidatos. El viejo régimen conoce el arte ingenieril de repartir las cargas, para que el PRI no caiga de la montura y siga siendo el centro único de la política y los destinos nacionales. Labastida confía en que su estrategia de llamar a todos los partidos a formar un gabinete "plural" será aceptada y que su debilidad porcentual al no alcanzar 50 por ciento se convertirá en fortaleza. A escala internacional a los globalizadores de México les interesan los negocios, no la democracia.

El 2 de julio, Fox se declarará vencedor por lo que el régimen se prepara con encuestas de salida, medios y alianzas con partidos. Luego Labastida "lo alcanzará" y "lo rebasará" y los medios lo declararán ganador, primeramente lo hará Tv Azteca, la "aliada" de Fox que deberá traicionarlo para ganarse la confianza del priísmo y su concesión. Luego vendrá la expectativa en el PRD y el PAN sobre quién será el triunfador en el Distrito Federal, pues si bien la ciudad de México no es la gran manzana como Nueva York, sí es la gran zanahoria de la negociación del régimen para su legitimación.

Sin embargo, en la extraña elección de la capital, donde los candidatos callaron y aceptaron, los complots desaparecieron y el triunfalismo se volvió paralizante, podría haber sorpresa, pues el PAN espera negociar a Fox por el Distrito Federal.

Fondo de esta cuarentena en tercios es la guerra de Tv Azteca contra el procurador del Distrito Federal, Samuel del Villar, luego de la extraña imprudencia del candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador, quien entregó a los adversarios el nombre del procurador, anunciando su ratificación previa a la elección y soltando una de las informaciones más sensibles y valiosas para las mafias que ha enfrentado el actual gobierno (1997-2000) y que, al parecer, no tendrá continuidad programática en el siguiente.

ƑPor qué exponer a Del Villar? ƑLa idea era vetarlo o ratificarlo? ƑLópez Obrador también hará un gabinete con el PRI y el PAN, como el que ofrece Labastida al PAN y el PRD? ƑEsa es la transición pactada?

El viejo régimen tiene confianza en que el PRD le quitó a Fox los tres puntos porcentuales de la discordia con los que cree poder ganar. Labastida ruge chillón sobre sus escenarios antiAburtos que le han diseñado para que todos lo vean, pero nadie lo toque: manotea desesperado por sus pasarelas usando ahora la estrategia golpeadora de Roberto Madrazo a quien él mismo "derrotó" en las internas.

Fox pone en crisis al régimen publicando encuestas ganadoras, mientras el PAN y Diego Fernández de Cevallos toman distancia y se preparan para la negociación del voto y su candidato.

Cuauhtémoc Cárdenas logró reagrupar el voto duro, pese al pragmatismo, el aliancismo confuso y la paralización e ineptitud de la dirección del partido. El respeto al voto y la decisión popular deberán ser definición central, pues una nueva defraudación, convertida en nueva usurpación del nuevo PRI, significará la bancarrota moral del país y haría prevalecer el mismo esquema de partidos que impiden la democracia.

A unos días de la elección, existe la posibilidad de un cambio histórico con la derrota del PRI o de una gran tragedia, si se conserva y se frustran las intenciones de cambio. El imperio del voto debe decidir por encima de negociaciones y componendas.

Para modificar el curso de los acontecimientos, la movilización ciudadana deberá hacerse por encima de la estructura de todos los partidos, pues ésta ya no es parte de la solución de los problemas políticos del país, sino que se ha convertido en uno de los principales conflictos. Cárdenas repuntó, no obstante, sin ellos. Es la hora de un nuevo proyecto de izquierda desde abajo, con principios e independencia. *

 

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