Espejo en Estados Unidos
México, D.F. lunes 26 de junio de 2000
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Editorial

NOGALES: LA MIGRA MEXICANA

SOL En el contexto de la brutal persecución sufrida por trabajadores mexicanos y de otras nacionalidades en el sur de Estados Unidos, tarea en la que participan tanto las fuerzas policiales del país vecino como grupos civiles armados dedicados a cazar inmigrantes, y que produce numerosas muertes entre quienes intentan ingresar al país vecino, llama la atención la conformación de un grupo ųhasta ahora, pequeño-- de la Policía Federal Preventiva (PFP) encargado de patrullar la frontera común con el propósito de "arrestar a los contrabandistas de personas", tal y como lo aseguró el comandante de esa agrupación en Nogales, Ricardo Bustamante.

A decir del mismo funcionario, ese objetivo no se ha conseguido. Como se sabe, los operativos de vigilancia policial de nuestro lado de la frontera tampoco han contribuido a salvar así fuera algunas de las vidas que se han perdido en los cruces de la delimitación. Los logros de la PFP en materia de vigilancia migratoria en esa región consisten, hasta ahora, en centenares de arrestos ųy deportacionesų de inmigrantes no mexicanos que buscaban llegar a Estados Unidos por nuestro territorio.

Más allá de la evidente necesidad de contar con instrumentos que permitan aplicar la política migratoria nacional en nuestro propio territorio, resulta inquietante constatar que los operativos referidos por parte de las autoridades mexicanas no han dado seguridad a los connacionales y que, en cambio, al interceptar en nuestro país a inmigrantes de otras nacionalidades que buscan llegar a la nación vecina, han venido facilitando y aligerando, en los hechos, la tarea de la migra estadunidense.

Ante su falta de resultados, las acciones de combate a las bandas que trafican con seres humanos, y cuyos ejecutores son popularmente conocidos como polleros, parecen una mera coartada para detener y deportar a extranjeros que transitan por nuestro territorio ųy que proceden, en su inmensa mayoría, de otros países latinoamericanosų antes de que logren su objetivo de internarse en Estados Unidos. Ello implicaría una grave distorsión de la política migratoria, de la procuración de justicia y de la soberanía.

Ante esta perspectiva, resulta clara la necesidad de reorientar los operativos policiales referidos para atacar a las mafias de polleros y no a sus víctimas.


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