DOMINGO 25 DE JUNIO DE 2000
* José Antonio Rojas Nieto *
La banda de precios del petróleo
La incertidumbre es y seguirá siendo un aspecto inevitable de nuestra vida económica, social y política. Nunca serán ociosos los ánimos y las actividades orientados a enfrentarla, y encontraremos esfuerzos serios y responsables para hacer menos incierto el futuro, mezclados con charlatanería y chantaje. Adelantar los escenarios posibles de una realidad específica no es ųnunca lo ha sidoų sencillo. Y aunque se trata de algo muy complejo nunca resulta inútil. Menos aún cuando se intenta transformar esa realidad en beneficio de la sociedad. Sin embargo, pretender una descripción mecánica del futuro puede conducirnos no sólo a sorpresas, sino a terribles fracasos. Los años no pasan en balde. Los productores de la OPEP han adoptado un mecanismo de ajuste de su producción, la famosa banda de precios, que conduce a elevar producción en 500 mil barriles cuando el precio promedio de 20 días sobrepase los 28 dólares y a disminuirla en esos mismos 500 mil barriles cuando ese promedio de 20 días descienda por debajo de los 22 dólares por barril. Y no es que nunca antes se hubiera ocurrido mecanismo similar. Sólo que hoy, ante las agresiones a su producto por parte de los grandes consumidores y especuladores que se vinculan con ellos, han reaccionado y tienden a hacer un frente común. La OPEP hace grandes esfuerzos por lograr la recuperación paulatina de su participación en el mercado petrolero internacional (53 por ciento en 1974, 29 por ciento en 1985 y 42 por ciento actualmente) y muestra un ánimo renovado para evitar guerras de precios y ataques especulativos al crudo. No obstante, existen dudas sobre la eficacia de la banda de precios.
El debate está abierto, no sólo al interior de la OPEP, pues en todo el mundo se ha intensificado la discusión sobre la conveniencia o inconveniencia de este tipo de mecanismos, análogo al manejo del tipo de cambio. En el caso de la paridad, por ejemplo, hay momentos en los que se ha defendido el tipo de cambio fijo; en otros se ha argumentado a favor del flexible. Pero también se ha impulsado una banda de control. ƑQué hacer en el caso del petróleo? A pesar de que sea limitada la capacidad para almacenar petróleo en los grandes inventarios mundiales, es cierto que los especuladores pueden esperar que el precio baje y comprar petróleo más barato para venderlo una vez que, recortadas las plataformas de producción, el precio haya subido de nuevo. Y tienden a liberar grandes cantidades de petróleo cuando el precio sube para venderlo caro un poco antes de que los productores amplíen sus plataformas para hacer descender el precio. Y siempre contarán con la especificación de los límites de precios ųen este caso de 22 y 28 dólares por barril- y el aviso de las condiciones de su producción y los márgenes de su capacidad. Hay, además, un aviso continuo sobre el comportamiento estacional de la demanda y su evolución estructural.
El panorama es harto propicio a la especulación. Y aunque no exista una banda específica, es cierto que al llegar los marcadores a los 30 dólares, los grandes consumidores reaccionan como si la tuvieran y se mueven y pelean por bajar precios. Con banda o sin ella, la lógica económica ordena que en el largo plazo el costo marginal de producción será el determinante del nivel del precio.
Y mientras se necesite el petróleo ųsatisfactor de casi la mitad de las necesidades de energía en el mundo- eso será así. Pero los movimientos cotidianos diarios, mensuales, trimestrales, semestrales y anuales, estarán sujetos a muchos elementos más: la dinámica económica de la coyuntura, el clima de la estación, el manejo de los inventarios, todos ellos elementos inciertos. En este contexto es que deberemos discutir la ventaja o no de la banda OPEP, sin menospreciar los grandes esfuerzos que se hacen por defender cotidianamente el petróleo.