DOMINGO 25 DE JUNIO DE 2000
* Cuentos vertiginosos *
El dinosaurio
* Augusto Monterroso *
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
El dinosaurio
* Pablo Urbanyi *
Cuando despertó, suspiró aliviado: el dinosaurio ya no estaba allí.
Indigna continuación de un cuento de Monterroso
* Marcelo Báez *
Y cuando despertó, el dinosaurio seguía allí. Rondaba tras la ventana tal y como sucedía en el sueño. Ya había arrasado con toda la ciudad, menos con la casa del hombre que recién despertaba entre maravillado y asustado. ƑCómo podía esa enorme bestia destruir el hogar de su creador, de la persona que le había dado una existencia concreta? La creatura no estaba conforme con la realidad en la que estaba, prefería su hábitat natural: las películas, las láminas de las enciclopedias, los museos... Prefería ese reino donde los demás contemplaban y él se dejaba estar, ser, soñar.
Y cuando el dinosaurio despertó, el hombre ya no seguía allí.
La culta dama
* José de la Colina *
Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado ''El dinosaurio".
ųAh, es una delicia ųme respondióų, ya estoy leyéndolo.
Las sirenas
* José de la Colina *
Otra versión de la Odisea cuenta que la tripulación se perdió porque Ulises había ordenado a sus compañeros que se taparan los oídos para no oír el pérfido si bien dulce canto de las sirenas, pero olvidó indicarles que cerraran los ojos, y como además las sirenas, de formas generosas, sabían danzar...
Las nubes
* Eduardo Galeano *
Nube dejó caer una gota de lluvia sobre el cuerpo de una mujer. A los nueves meses, ella tuvo mellizos.
Cuando crecieron, quisieron saber quién era su padre.
ųMañana por la mañana ųdijo ellaų, miren hacia el oriente. Allá lo verán, erguido en el cielo como una torre.
A través de la tierra y del cielo, los mellizos caminaron en busca de su padre.
Nube desconfió y exigió:
ųDemuestren que son mis hijos.
Uno de los mellizos envío a la tierra un relámpago. El otro, un trueno. Como Nube todavía dudaba, atravesaron una inundación y salieron intactos.
Entonces Nube les hizo un lugar a su lado, entre sus muchos hermanos y sobrinos.
El Rayo que cayó dos veces en el mismo sitio
* Augusto Monterroso *
Hubo una vez un Rayo que cayó dos veces en el mismo sitio; pero encontró que ya la primera había hecho suficiente daño, que ya no era necesario, y se deprimió mucho.
Sueño # 92 La mujer
* Ana María Shua *
Un hombre sueña que ama a una mujer. La mujer huye. El hombre envía en su persecución los perros de su deseo. La mujer cruza un puente sobre un río, atraviesa un muro, se eleva sobre una montaña. Los perros atraviesan el río a nado, saltan el muro y al pie de la montaña se detienen jadeando. El hombre sabe, en su sueño, que jamás en su sueño podrá alcanzarla. Cuando despierta, la mujer está a su lado y el hombre descubre, decepcionado, que ya es suya.
Sueño # 117 Naufragio
* Ana María Shua *
šArriad el foque!, ordena el capitán. šArriad el foque!, repite el segundo. šOrzad a estribor!, grita el capitán. šOrzad a estribor!, repite el segundo. šCuidado con el bauprés!, grita el capitán. šEl bauprés!, repite el segundo. šAbatid el palo de mesana!, grita el capitán. šEl palo de mesana!, repite el segundo. Entretanto, la tormenta arrecia y los marineros corremos de un lado a otro de la cubierta, desconcertados. Si no encontramos pronto un diccionario, nos vamos a pique sin remedio.
Sueño # 240 Disparos
* Ana María Shua *
Los hombres salen del saloon y se enfrentan en la calle polvorienta, bajo el sol pesado, sus manos muy cerca de las pistoleras. En el velocísimo instante de las armas, la cámara retrocede para mostrar el equipo de filmación, pero ya es tarde: uno de los disparos ha alcanzado a un espectador que muere silencioso en su butaca.
Sueño # 250 Manzana
* Ana María Shua *
La flecha disparada por la ballesta precisa de Guilermo Tell parte en dos la manzana que está a punto de caer sobre la cabeza de Newton. Eva toma una mitad y le ofrece la otra a su consorte para regocijo de la serpiente. Es así como nunca llega a formularse la ley de gravedad.
Este tipo es una mina
* Luisa Valenzuela *
No sabemos si fue a causa de su corazón de oro, de su salud de hierro, de su temple de acero o de sus cabellos de plata. El hecho es que finalmente lo expropió el gobierno y lo está explotando. Como a todos nosotros.
El engaño
* Marcial Fernández *
La conoció en un bar y en el hotel le arrancó la blusa provocativa, la falda entallada, los zapatos de tacón alto, las medias de seda, los ligueros, las pulseras y los collares, el corsé, el maquillaje, y al quitarle los lentes negros se quedó completamente solo.
El melómano
* Eusebio Ruvalcaba *
Compra discos, lee biografías de músicos, colecciona programas de mano. Por sus venas circula música. Y muchas veces ama aún más la música que los propios músicos. Pero llora en vez de tocar.
Lingüistas
* Mario Benedetti *
Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del Congreso Internacional de Lingüística y Afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y papeles y se dirigió hacia la salida abriéndose paso entre un centenar de lingüistas, filólogos, semiólogos, críticos estructuralistas y desconstruccionistas, todos los cuales siguieron su garboso desplazamiento con una admiración rayana en la glosemática.
De pronto las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:
ųšQué sintagma!
ųšQué polisemia!
ųšQué significante!
ųšQué diacronía!
ųšQué exemplar ceterorum!
ųšQué Zungenspitze!
ųšQué morfema!
La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonemas.
Sólo se la vio sonreír, halagada y tal vez vulnerable, cuando el joven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: ''Cosita linda".