EL TONTO DEL PUEBLO Ť Jaime Avilés
Fue Zedillo
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Téllez: atentado electoral. Quienes le dispararon el jueves por la noche al convoy de dos automóviles en que viajaba la locutora de Tv Azteca Lilly Téllez en ningún momento abrieron fuego con la intención explícita de matarla. Según peritos, los exámenes de balística confirmaron que los tiros fueron hechos de arriba abajo, pero nunca a la cabeza de las víctimas. Pese a que tenían todas las ventajas de su parte -la sorpresa, la oscuridad, la superioridad numérica y la facilidad de moverse a su antojo-, los agresores se limitaron a neutralizar tanto a los dos escoltas que iban en el segundo vehículo, como al chofer de la joven lectora de noticias. Pero, una vez logrado el objetivo de abatir a sus defensas, le perdonaron la vida porque, sin duda, cumplían instrucciones precisas de no eliminarla.
Por lo tanto, el supuesto atentado mortal no fue sino un golpe político, ejecutado por gatilleros profesionales, muy probablemente al servicio del "gobierno" federal, con cuatro intenciones tan burdas como predecibles: a) crear en el imaginario colectivo la impresión de que Samuel del Villar, procurador capitalino, ordenó el fallido asesinato, en aparente venganza por los frecuentes ataques "periodísticos" de Lilly Téllez; b) involucrar al gobierno de Rosario Robles Berlanga en un espectacular intento de homicidio; c) restarle votos al PRD en la ciudad donde ese partido obtendrá el mayor porcentaje electoral el 2 de julio; d) frenar el desmesurado crecimiento de las preferencias a favor de Cuauhtémoc Cárdenas en todo el país, ahora que el michoacano se ha metido de lleno a la lucha por la Presidencia de la República.
Pero si usted no lo cree así, veamos entonces las cosas de otro modo. ƑUsted piensa que al PRD le interesa promover hechos de sangre que inhiban la participación electoral de los ciudadanos? No, señor; no, señora: al que más le conviene que la gente se asuste y no salga a votar el 2 de julio es al PRI. La balacera del jueves por la noche insinúa algo tétrico: los expertos del régimen empiezan a convencerse de que el volumen del fraude no les alcanzará para ganar las elecciones y, por lo mismo, necesitan fomentar el terror a fin de alejar a la gente de las casillas.
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Fraude mágico y misterioso: segunda edición. El 21 de agosto de 1994, Ernesto Zedillo recibió 17 millones de votos en una elección en la que, por primera vez en la historia de México, no se reportaron grandes robos de urnas, ni la constante fueron los "taqueos", los "ratones locos" ni otras viejas maniobras de esa oscura índole. En apariencia, la población se volcó masiva y espontáneamente a otorgar su apoyo al abanderado del PRI. Sin embargo, meses después, durante un viaje al extranjero, Zedillo reconoció que su victoria fue lograda en forma injusta y desventajosa para sus contendientes.
El de hace apenas seis años fue un fraude mágico y misterioso, en la medida que nadie pudo percatarse de cómo ocurrió. Sólo con el tiempo la oposición descubriría que toda la maquinaria del Estado actuó bajo la coordinación directa del presidente Salinas de Gortari en una operación de tres fases: a) compra indiscriminada de votos en todo el país; b) coacción y amenazas a los empleados del sector público y a los campesinos más empobrecidos; c) acarreo de votantes a las casillas el día de los comicios.
Hoy, pese a los altisonantes discursos que el presidente Zedillo ha recitado a lo largo de esta semana para asegurarnos que esta vez el proceso habrá de ser "limpio", la sociedad cuenta ya con abrumadoras pruebas para documentar que el régimen está repitiendo la misma fórmula y que, en sus primeras dos fases, el fraude electoral a favor de Francisco Labastida Ochoa, coordinado por el propio titular del Ejecutivo federal, es un hecho incontestable y quizá irreversible.
La noche del pasado miércoles, Alianza Cívica entregó a esta plana un documento de 18 páginas a renglón seguido en el que se detallan acciones de compra y coacción del voto en el Distrito Federal y en los estados de México, Hidalgo, Tabasco, Chiapas, Veracruz, Nuevo León, Jalisco, Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Yucatán, Querétaro, Aguascalientes, Campeche y Coahuila, es decir, en 16 de las 32 entidades federativas del país.
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Pruebas, pruebas, pruebas. En Villahermosa, Tabasco, durante la asamblea de la Alianza Nacional Democrática de Trabajadores Petroleros, se denunció que José Zamudio Aguilera, líder de la sección 44 del sindicato de Pemex, ordenó a cada uno de los agremiados presentar una lista con los nombres de 30 personas, entre familiares y amigos, que se comprometen a votar por el PRI. Quien no cumpla, se dijo, sería despedido. Por su parte, Marcos Zermeño, dirigente de la sección 35, afirmó que el secretario general del mismo sindicato, Carlos Romero Deschamps, donó 20 millones de pesos para la campaña de Labastida, aunque la cifra podría ascender a 350 millones.
El 15 de mayo, en el Distrito Federal, los empleados del DIF fueron obligados a presentarse en el Colegio de Ingenieros a una reunión con Labastida. Aquí, la instrucción fue que cada quien entregara una lista de 200 personas comprometidas a votar por el sinaloense. Mientras, en el estado de México, en las colonias Independencia, El Triunfo y Avándaro, del municipio de Chalco, presionan a taxistas, locatarios y vecinos, a quienes amenazan con quitarles los permisos de trabajo y las becas de los niños si no entregan los datos de su credencial de elector y firman una hoja en que se comprometan a votar por el PRI.
En Hidalgo, en los municipios de Huejutla, Ahuacatitla, Tepeji del Río y Xochiatipan, el DIF y personal del ayuntamiento aseguran a los campesinos que les retirarán los beneficios del Progresa si no se comprometen a votar por el PRI. Y en La Cuesta de Mezcala, municipio de Poncitlán, Jalisco, Armando Castellanos, empleado del ayuntamiento, reparte becas y dinero de Procampo sólo a quienes manifiestan ser simpatizantes del PRI.
En Izúcar de Matamoros, Puebla, y en 27 municipios más del distrito 14, el PRI ofrece muebles, becas, pavimento y Progresa a todos los que se comprometan a votar por Labastida. En las localidades de Santa Ana, La Consentida, Acatepec y Jocotepec, Oaxaca, las autoridades priístas intimidan a los indígenas diciéndoles que "los van a estar vigilando el día de la elección" y que si pierde Labastida habrá "represalias".
En la zona de Matamoros y otros municipios de la sierra de Querétaro, los del PRI reiteran: "Si gana el PAN se acaba el Progresa y habrá golpe de Estado". Algo semejante se reporta en el ejido Mora Villalobos y poblaciones aledañas del municipio de Culiacán, Sinaloa, donde la advertencia es la misma: "Si pierde Labastida se quedan sin Progresa". Y en Macuspana, de nuevo en Tabasco, enviados del "gobernador" Roberto Madrazo obligaron a los inquilinos de la unidad habitacional Vernet segunda sección a retirar de sus fachadas la propaganda del PRD pues, de no hacerlo, "tendremos que quitarles las casas".
En Veracruz, en los municipios de Santiago Tuxtla y Tepezintla, les recogieron la credencial de elector a los peones que trabajan en una carretera vecinal, diciéndoles que únicamente les van a pagar si el PRI gana las elecciones. Y así por el estilo...
En diversas colonias de la delegación Venustiano Carranza del DF, en los municipios de Chalco y Naucalpan del Edomex, en comunidades del municipio de San Pedro Tututepec, Oaxaca, en Cuetzalan, Puebla, en El Lobo, Sierra Gorda de Querétaro, en Plátano y Cacao, Tabasco, y en los municipios de Calvillo, Asientos y San Francisco, Aguascalientes, los priístas van casa por casa pidiendo fotocopias de la credencial de elector como requisito para entregar despensas. Esta práctica se realiza en todo el país y según los estudiosos del tema sirve para medir, de antemano, el número de votos seguros a favor del partido del régimen. ƑEntonces, doctor Zedillo, hay ya un fraude monstruoso o no?
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El PAN también se prepara. Al margen del reporte de Alianza Cívica, otras personas se han comunicado a esta página para denunciar que el PAN se desvive por convertirse efectivamente en el Nuevo PRI, y sus líderes locales recrean las mañas del partido de siempre. Sólo que éstas que vienen son evidencias de fraude a favor de Fox.
Por ejemplo, en Monterrey, las autoridades electorales, controladas por elementos de Acción Nacional, insacularon a los mil 300 presidentes de casilla de la ciudad, pero después del sorteo "capacitaron" a los ganadores y remplazaron a 413 que no eran de su agrado, sustituyéndolos por individuos que, vaya casualidad, resultaron ser familiares de conocidos panistas.
En Ciudad Mante, Tamaulipas, funcionarios del PAN recorren las colonias populares entregando un bono de 300 pesos canjeable por comida a los pobres que de esta suerte se comprometen a votar por Fox. Marrullerías parecidas se han detectado igualmente en municipios de Aguascalientes y Guanajuato, donde gobierna el partido de la derecha católica.
Con estos antecedentes, el 3 de julio habrá en todos los rumbos de México un enconado intercambio de acusaciones de fraude, y los denunciantes serán panistas y priístas, con lo que el proceso, en lugar de ser el más "limpio" de la historia, se volverá el más incierto y confuso que se recuerde, lo que es ya mucho decir...
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A cazar mapaches. Sin embargo, nada está perdido. Es verdad que priístas y panistas han trabajado para acumular un importante número de compromisos de voto, pero esos votos no han llegado aún a las urnas. Para los defensores de la transparencia queda todavía una opción inexplorada, que es la muy deportiva cacería de mapaches. Por ejemplo, si usted ve en su colonia, en su pueblo o en su rancho, que los del PRI, o también los del PAN, reúnen vehículos para recoger y transportar a sus votantes, lo más aconsejable es que se presente una denuncia de inmediato. Impedir que esos camiones o camionetas se desplacen significa frustrar la posibilidad de que el acarreo culmine con éxito.
La cacería de mapaches surgió como práctica democrática en Tabasco, allá en 1994, cuando la inauguraron los partidarios de López Obrador. Después, cuando éste fue dirigente nacional del PRD, fue repetida en algunos estados como Zacatecas, donde gracias a ello en buena medida triunfó Monreal. Hasta donde se sabe, la ley no señala prohibición expresa de entorpecer los movimientos de los defraudadores profesionales de la voluntad popular. Entonces...
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El único y supremo responsable. Todos los analistas coinciden en que el presidente Zedillo tendrá el privilegio de garantizar que, después del 2 de julio, el país no se vea envuelto en un conflicto político de proporciones incalculables. De la palabra del Ejecutivo dependerá la resignación de los perdedores o el caos general.
Las últimas previsiones indican que, a pesar de las encuestas -hechas al gusto de quien las paga-, Cárdenas se ha colocado muy cerca del tercer 30 por ciento de la votación, al mismo tiempo que Labastida y Fox siguen cayendo. En la medida que Zedillo continúe desgastándose con discursos moralmente insostenibles, porque pretende negar lo evidente que es el fraude a favor del PRI, la incertidumbre que sobrevendrá a partir del 3 de julio será aún más grave si el árbitro de la contienda se nulifica a sí mismo.
El Presidente debe entender que el tiempo de hacer campaña a favor de su heredero ha terminado y ahora debe cerrar la boca en beneficio de su propia imagen. Alguien ha de recordarle que, pase lo que pase, la historia simplemente dirá: "Fue Zedillo".