SABADO 24 DE JUNIO DE 2000
Ť El mandatario llama a preservar programas de apoyo a los atletas
Pide Zedillo no presionar ni hacer pronósticos indebidos en JO
Ť En su última visita al COM en calidad de Presidente, recibió el trofeo Puerta Olímpica 2000
Rosalía A. Villanueva y Abril del Río Ť Alentado por el proyecto de garantía económica para el deporte encausado bajo su gobierno, el presidente Ernesto Zedillo confió en que los fondos de CIMA (Compromiso Integral de México con sus Atletas) "den buenos resultados" para los deportistas que participarán en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, aunque advirtió: "Es mi convicción que debemos apoyar, motivar y estimular a nuestros jóvenes deportistas, pero nunca presionarlos con pronósticos indebidos acerca de su desempeño".
Durante su última participación como jefe del Ejecutivo en una asamblea del Comité Olímpico Mexicano, organismo del cual es miembro permanente, Zedillo subrayó que "lo más importante será la continuidad de este tipo de esfuerzos públicos y privados, para dar apoyo a los atletas de alto rendimiento".
Previo a la asamblea, el primer mandatario recibió el Premio de la Puerta Olímpica del Año 2000, que otorga el Comité Olímpico Internacional a los jefes de Estado de cada país.
El discurso presidencial incluyó temas como la creación de las olimpiadas infantiles y juveniles, que este año, en su quinta edición, reunieron a 22 mil participantes de entre 9 y 18 años, y la capacitación de entrenadores deportivos.
Habló sobre el funcionamiento del nuevo Centro Paralímpico Mexicano, destinado a deportistas discapacitados, a quienes se refirió como los representantes deportivos "que tantas satisfacciones nos siguen proporcionando y que tienen ahora un lugar como el que merecían desde hace mucho".
Destacó el apoyo que el gobierno federal ha destinado al Centro Deportivo Olímpico Mexicano y a otros centros de "alta calidad" ubicados en Toluca, Guadalajara y Monterrey, con los que "el entrenamiento ya no se concentra sólo en el Distrito Federal".
Si bien no hizo un recuento total de su gestión, el jefe del Ejecutivo informó que el apoyo directo al deporte federado, contenido en becas, seguimiento de talentos, infraestructura y formación de técnicos, acaparó este año un presupuesto cercano a los 200 millones de pesos.
El presidente Zedillo no emitió una despedida formal hacia los federativos y miembros de la familia olímpica mexicana. Sólo los invitó a "seguir trabajando con el dinamismo, la unidad y el compromiso que han demostrado en estos años, para que México escriba nuevas páginas de éxito en la historia del olimpismo internacional".
Ť Con o sin preseas, estaremos orgullosos de nuestros deportistas: Vázquez
Promesas a futuro, en la asamblea del COM
Rosalía A. Villanueva y Abril del Río Ť Acostumbrados a los pronósticos de cara al compromiso que demandan los Juegos Olímpicos, ayer los dirigentes deportivos guardaron silencio ante la cautela con que se abordó el tema durante la Asamblea General 2000 del Comité Olímpico Mexicano (COM).
Fue una sesión más de costumbres y cumplidos. Todo previamente aprobado en torno al informe anual de Mario Vázquez Raña, titular del COM desde hace 26 años. Sesenta y ocho miembros permanentes y 58 presidentes de federaciones deportivas que escucharon palabras de esperanza y proyectos que prometen frutos a futuro.
Adelantado 20 minutos a la cita llegó el jefe del Ejecutivo, Ernesto Zedillo, quien presenció la mitad de la asamblea, coincidentemente cuando tocaba el turno a Felipe Muñoz Kapamas, presidente operativo del COM, quien se centró en el desempeño de la delegación mexicana en los Juegos Panamericanos de Winnipeg 99, con una evaluación que nadie habría querido recordar.
"La actuación fue buena en general. Se mejoró en nueve deportes y empeoramos en nueve", resumió en una de sus frases matemáticas.
Uno que otro federativo bajó la cabeza, al tiempo que Vázquez Raña decidió improvisar, previo a su discurso, para aclarar que en Winnipeg el deporte mexicano "no retrocedió", y explicó que aunque "México sí bajó un punto en América", la cancelación de algunas disciplinas en el programa repercutió en el medallero, donde terminó en el sexto lugar, siendo el representativo femenil aportador del 43.5 por ciento de las preseas.
Vázquez Raña se concentró en la lectura de su informe, y lo hizo de corrido. Tras los consabidos agradecimientos por el apoyo de la Comisión Nacional del Deporte, la Confederación Deportiva Mexicana y las federaciones nacionales, destacó que la labor de estas instituciones "son las adecuadas, sin duda alguna, para que nuestra representación deportiva en Sydney realice su mayor esfuerzo, a fin de que podamos sentirnos satisfechos y orgullosos de su actuación, con o sin medallas".
Sobre el proyecto de remodelación del CDOM, explicó que no ha podido iniciarse la construcción para no interrumpir la preparación de los deportistas. Dijo que hasta el momento se tiene "en caja, bien etiquetada y sagrada" una cifra de 3 millones 729 mil 423.96 dólares, y prometió que entrará en acción en el 2001, aunque para ello tal vez la instalación deberá cerrarse unos ocho meses o de forma seccionada por etapas.
Vázquez Raña enalteció su labor como promotor de dirigentes mexicanos que ha proyectado hacia diversos cargos de administración deportiva extra fronteras, aunque sólo mencionó a Ivar Sisniega y a Felipe Muñoz. Y aunque no venía al caso, también incluyó en su discurso su participación en la "revolución" planteada en el seno del Comité Olímpico Internacional, luego del escándalo de corrupción que involucró a 16 miembros de ese organismo que fueron expulsados.
En la asamblea se guardaron unos segundos de silencio en memoria de los dirigentes Guillermo Montoya, Julián Núñez Arana, Martha Andrade, y del ciclista Fernando Avila.
Se nombró a tres nuevos miembros del COM: el marchista Carlos Mercenario, la taekwondoísta Mónica del Real y a Pedro Hernández, vicepresidente de la Federación Mexicana de Boxeo.