VIERNES 23 DE JUNIO DE 2000
* Intercambian acusaciones en torno al conflicto en el País Vasco
Reunión entre Aznar e Ibarretxe; no hubo acuerdos
Armando G. Tejeda, corresponsal, Madrid, 22 de junio * El presidente del gobierno español, José María Aznar, y el jefe del gobierno vasco, el nacionalista moderado Juan José Ibarretxe, se reunieron hoy, por primera vez en siete meses, durante dos horas en las que mantuvieron sus diferencias en torno al conflicto vasco.
Aznar, quien ha acusado al gobierno de Ibarretxe de colaborar con el nacionalismo radical vasco, dijo que no detectó una "voluntad inequívoca de cambio" en Ibarretxe, pero que a pesar de ello tomará medidas para "fortalecer un diálogo institucional" con el gobierno vasco.
Ibarretxe, quien en días pasados tuvo conversaciones con todos los partidos políticos de la región para relanzar el proceso de paz en una nueva mesa de diálogo, afirmó que "hay un problema de convivencia frustrada (entre Madrid y el País Vasco) que dura 160 años y que hay que resolver".
Aznar y su ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, quien además será candidato del conservador Partido Popular al gobierno vasco en las próximas elecciones, han acusado al Partido Nacionalista Vasco, de Ibarretxe, de ser "parte del problema" de la violencia en el País Vasco, al acusar a la formación de "mantener pactos con ETA y Herri Batasuna", la coalición considerada brazo político del grupo armado. En diciembre pasado ETA rompió una tregua de 14 meses, y desde entonces se le han adjudicado cinco asesinatos.
El encuentro entre Aznar e Ibarretxe concluyó sin ningún acuerdo. Aznar exigió nuevamente la disolución del Pacto de Lizarra, foro democrático abierto, formado por partidos políticos, sindicatos y demás organizaciones nacionalistas, así como la ruptura de pactos municipales entre el PNV y Euskal Herritarrok, nombre electoral de Herri Batasuna.
El vocero del gobierno, Pío Cabanillas, señaló que el gobierno "no ha constatado una voluntad inequívoca" de Ibarretxe por "un cambio de rumbo en la política del País Vasco" y agregó que, aun así, Madrid apostará al "fortalecimiento del diálogo institucional".
En el documento leído por Cabanillas, se afirmó también que "no puede haber espacios equidistantes" entre el gobierno central y los autonómicos que, dijo, deben defender el marco constitucional y estatutario, "único instrumento posible de normalización política".
Ibarretxe, a su vez, hizo una declaración institucional al término del encuentro en la que sostuvo que prevalecieron las diferencias políticas, y aseguró que el jefe de gobierno español "se equivoca gravemente cuando dice que el objetivo del Estado es neutralizar al nacionalismo vasco, ese planteamiento es una barbaridad".
Ibarretxe agregó que protestó ante Aznar por las acusaciones de su gobierno contra el PNV y el gobierno regional vasco de las últimas semanas y aseveró: "Esta estrategia puede tener réditos electorales, pero también podría provocar una fractura social".
Ibarretxe defendió su intención de establecer una nueva mesa de diálogo entre los partidos vascos, convencido de que este será un nuevo foro para reconducir el proceso de paz en el País Vasco.