VIERNES 23 DE JUNIO DE 2000

* Se cierra el cerco sobre Alfredo Stroessner


Podría condenar tribunal de Roma a militares represores

* Posible cadena perpetua a ex generales Suárez Mason y Riveros

Stella Calloni, corresponsal/I, Buenos Aires, 22 de junio * Al tiempo que el abogado y profesor paraguayo Martín Almada comienza desde Estados Unidos una campaña para que se haga justicia en el caso del ex dictador Alfredo Stroessner, quien gobernó Paraguay durante 35 años pero ahora vive en asilado en Brasil, la mano de la justicia de Italia se extiende hacia un grupo de ex militares argentinos acusados de secuestro y desaparición de ocho ciudadanos de ese país europeo durante la última dictadura militar argentina.

Los ex generales Carlos Guillermo Suárez Mason y Omar Santiago Riveros podrían ser condenados en ausencia a cadena perpetua por un tribunal de Roma, junto a otros cinco oficiales también juzgados, mientras nuevos testimonios involucran al general retirado Luciano Benjamín Menéndez.

El paraguayo Almada, quien descubrió los llamados Archivos del Terror en una sede policial de Asunción en diciembre de 1992, advirtió recientemente desde Washington, donde realiza una gira, sobre la posibilidad de que Stroessner escape de Brasil, donde vive asilado desde 1989, para evitar un eventual juicio promovido por un grupo de diputados brasileños.

En el marco de la movilización en Brasil tras la divulgación de algunos archivos que confirman el involucramiento de los militares locales en la Operación Cóndor --el plan criminal conjunto de las dictaduras que gobernaron en el Cono Sur en los 70 y 80--, Stroessner ya no parece encontrarse a salvo en su mansión de Brasilia.

Almada, quien reclama que Washington abra todos los archivos que posee sobre la Operación Cóndor, señaló en conversación telefónica con La Jornada que Hiram Delgado von Leppel, ex presidente de la Corte Suprema durante el stroessnismo, así como abogado y administrador de los bienes del ex dictador paraguayo --que ascenderían a unos 5 mil millones de dólares colocados en distintos países-- prepara el plan para impedir el juicio a Stroessner.

"La fuga, que no sería tal sino un plan determinado, podría ser similar a la que protagonizó Lino Oviedo al salir de Argentina (donde estaba asilado)", aunque el polémico militar acusado por el asesinato del vicepresidente paraguayo Luis María Argaña fue detenido recientemente en Brasilia.

Es conocido el apoyo que brindó el ex presidente Carlos Menem a Oviedo, cuando simuló un traslado desde su lugar de asilo en el sur del Argentina a una base en Buenos Aires, desde donde el ex general paraguayo se "fugó pocos días antes de que su amigo dejara el poder", señaló Almada.

La diferencia ahora es que Stroessner no contaría con ningún tipo de ayuda del presidente Fernando Henrique Cardoso, dijo.

"Stroessner quiere eludir la justicia brasileña porque ya no cuenta con el firme apoyo de su ex socio, el ex general Joao Baptista Figueiredo, ideólogo de la nueva clase rica militar brasileña (...) intenta repetir la hazaña de Pinochet, que pudo eludir la justicia española, en un hecho aberrante cuyos protagonistas fueron el gobierno británico (que liberó al ex dictador chileno por razones humanitarias) y los militares chilenos", recordó el ex preso político.

El plan de la supuesta fuga estaba preparado para agosto próximo, pero se aceleró "ante las declaraciones del diputado brasileño Marcos Rolim advirtiendo que Brasil tiene jurisdicción legítima y el deber ético de juzgar al ex dictador", agregó Almada.

En los Archivos del Terror y en documentos descubiertos en Brasil aparecieron suficientes cartas y comunicaciones con pedidos de capturas y seguimientos de disiden- tes políticos de ambos países, en una acción conjunta de represión. Esto ha puesto al hombre que con mano de hierro gobernó Paraguay 35 años en el ojo de la tormenta, lo que hace tambalear su idílico asilo.

Pero Stroessner no es el único que tiembla, ya que los juicios abiertos en Italia para esclarecer la desaparición de ocho ciudadanos italianos durante la dictadura que gobernó Argentina (1976-1983), han provocado una verdadera estampida entre los ex militares juzgados por el tribunal de Roma.