VIERNES 23 DE JUNIO DE 2000

* Rain of fire, título de su más reciente álbum


La música experimental cedió ante la comercial: Steven Brown

* México ofrece una tierra espiritual, mística y mágica, dice

Angel Vargas * ƑQué hacer cuando ya se ha hecho todo?, se pregunta Steven Brown y, sin pensarlo demasiado, se responde en su español masticado: ''Pues dar gracias a las melodías bonitas".

De esta forma el músico estadunidense, cofundador del grupo de culto Tuxedomoon, enfatiza su convicción acerca de que la búsqueda es un aspecto consumado en el universo sonoro.

''La música que hasta hace cinco o seis años era muy experimental, ahora es muy comercial. En el mercado domina lo que nunca se hubiera pensado. Ya no se sabe qué es lo experimental. A lo mejor, lo único que podría serlo es una pieza sin sonido o con una sola nota", sostiene y, ante tal certeza, justifica que en su más reciente álbum, Rain of fire, su compromiso es más con la música que con la vanguardia.

Saxofonista, clarinetista, pianista y cantante, Steven hace una pausa en un ensayo previo a su concierto de esta noche (20:00 horas) en el Museo del Chopo, el cual forma parte del programa de la decimocuarta Semana Cultural Lésbico Gay. Desenfadado, asume que luego de más de 25 años de trayectoria la esencia de su quehacer sigue siendo la misma:

''Finalmente se trata de estar solo o con compañeros en un cuarto haciendo música, sacando algo bonito de un equipo barato, descompuesto y roto. Por naturaleza sigo estando inconforme con lo establecido."

Su pensamiento regresa a finales de los años setenta a San Francisco, California, y en su castellano muy gabacho o inglés muy meshica afirma que su pretensión nunca ha sido crear arte de culto. Rememora que cuando apareció Tuxedomoon, en 1977, lo único que deseaban hacer era algo fresco, nuevo, porque ''todo mundo estaba harto de todo. Al verlo ahora a través del tiempo, parece que respondió a una necesidad cultural, pero en el momento no estábamos conscientes de eso".

Hastiado de la fama, pues sus tendencias de vida son hacia lo underground, el legendario artista cuenta que hace más de un lustro decidió avecindarse en México, luego de que en un viaje descubrió que ''aquí se podía vivir más chido porque la gente es muy tranquila, tolerante y te deja hacer la vida que quieres. Además, la tierra es muy espiritual, mística y mágica".

Bajo el volcán

En el país halló la tranquilidad que anhelaba, pero en cambio tuvo que enfrentar más adversidades para desarrollar su trabajo: ''Estoy en lo subterráneo de los subterráneo; bajo el volcán. Es cierto, quise cambiar mi vida y lo hice. Aquí no existo".

Steven fundó en 1997 su agrupación mexicana Nine rain, que integrada por Nikolas Klau, José Manuel Aguilera, Juan Carlos López y Alejandro Herrera a la fecha cuenta con un disco (Nine rain) y otro en vías de salir al mercado, bajo el sello de Opción Sónica. La disquera produjo un tercer material, Joe boy in Mexico, con el cual Tuxedomoon celebró su vigésimo aniversario.

Del más reciente álbum, Rain of fire, define que es una mezcla exótica de música mexicana-cubana-tuxedomooniana, cuyas bases fueron grabadas en el DF y el resto del proceso se completó en La Habana, Cuba, en los estudios EGREM, donde nació el proyecto Buena Vista Social Club.

Es algo no experimental sino comprometido con la música; aunque hay ''piezas muy raras que no tienen ritmo ni género fijo, que no son ni balada ni rock ni soul. Se puede decir que es música mutante".

Reitera su conciencia aguerrida y matiza que si bien antes pretendía cambiar al mundo entero, ahora se siente satisfecho si logra hacerlo, con sus creaciones, durante 60 minutos en un pequeño espacio.

Planea que Nine rain se presente en la Expo 2000, de Hannover ųen la cual musicalizó una de las salas del pabellón mexicanoų, así como el reagrupamiento de Tuxedomoon para un gira por Alemania en octubre que se extendería hasta México.

Mahler, en el DF

Angel Vargas * Mahleriano fin de semana viviremos en la ciudad de México, merced a las sendas creaciones de Alma y Gustav ųel matrimonio Mahlerų que interpretarán de forma respectiva la Sinfónica Nacional y la Filarmónica de la UNAM.

En el Palacio de Bellas Artes, la Sinfónica dirigida por Enrique Arturo Diemecke culminará su temporada de Primavera 2000 con un programa que ųademás de la Sinfonía 104, Londres, de Franz Joseph Haydn, y la Misa solemne de Santa Cecilia, de Charles Gounodų incluye el estreno de Lieder, de Alma Maria Schindler (1879-1964), quien en 1901 se comprometió con el célebre compositor austriaco para más tarde adoptar su apellido.

Luego de cumplir con los dos últimos conciertos de la temporada ųhoy y el domingo en los horarios habitualesų, Diemecke recibirá un reconocimiento del Colectivo de Mujeres en la Música, AC, y la Coordinadora Nacional de Mujeres en el Arte ''por su labor como promotor de la obra artística de las compositoras de México y del mundo".

La OFUNAM, en tanto, finalizará el segmento de primavera de su temporada 1999-2000 con Resurrección, de Mahler, en la que intervendrán la soprano Lourdes Ambriz, la mezzosoprano Encarnación Vázquez y el Coro de la Escuela Nacional de Música, bajo la batuta de Ronald Zollman, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario. El sábado, 20:00 y el domingo 12:00 horas.