JUEVES 22 DE JUNIO DE 2000

* Evitar problemas en las elecciones, el motivo


Prorrogó el gobierno pagos de deuda para el 2002 y el 2004

* Persistirá la volatilidad en los próximos días: analista del BM

María Esther Ibarra * A fin de evitar problemas en las elecciones presidenciales, el gobierno federal difirió para los años 2002 y 2004 el pago de "varios vencimientos de la deuda externa previstos en este año", aseguró Joost Draaisma, analista del Banco Mundial, por lo cual advirtió que la economía mexicana enfrenta riesgos que no se "pueden ni deben minimizar".

Y aunque descartó que al final de la presente administración se presente el riesgo de una nueva crisis, estimó que continuará la "volatilidad" en los próximos días por la víspera del proceso electoral.

Por eso recomendó que ante un "acontecimiento tan importante como las elecciones, debe predominar la cautela en las decisiones de inversión", pero remarcó que las variables fundamentales de la economía mantienen una "perspectiva favorable en el mediano plazo".

El catedrático de la Universidad de Rotterdam, Holanda, sin embargo, anticipó que quien gane la Presidencia de la República enfrentará el reto del refinanciamiento de la deuda externa, así como el otro "punto crítico" que es el manejo del endeudamiento interno del país, el cual no incluye el monto del IPAB por 844 mil millones de pesos y los intereses que genera.

En ese sentido, las finanzas mexicanas muestran "muchos matices grises", alertó al participar en la Semana de Economía, organizada en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), donde hizo un amplió análisis del comportamiento económico del actual sexenio y los retos en materia económica para el sucesor de Ernesto Zedillo Ponce de León.

Los problemas internos ųanalizó Draaismaų se presentarán particularmente en el periodo 2002 ų2004, pues "habrá una carga muy pesada de refinanciamiento de los pasivos del IPAB, ya que la mayoría de estos fueron colocados en bonos a 10 años", así como mantener la disciplina fiscal y llevar a cabo una reforma en ese rubro para reducir la deuda.

Comentó que el acelerado crecimiento económico en el primer trimestre del año provocó preocupación y nerviosismo en el sector financiero internacional, al explicar que el incremento de 7.9 por ciento del producto interno bruto (PIB) en enero-marzo resulta "riesgoso" para el país.

Lo anterior, dijo, porque "no se ha llevado a cabo la segunda fase de reformas estructurales que requiere México para lograr un crecimiento sólido y sostenido". Por tanto, "si se quiere evitar un crecimiento artificial como el observado en sexenios anteriores, en el segundo semestre del año la economía deberá tener tasas de crecimiento de entre 4.5 y 5 por ciento, pero no más".

Expuso que el análisis de la balanza de pagos al cierre del primer trimestre del año mostró que se mantuvieron firmes los indicadores de sostenibilidad y capacidad de pago de la economía, no obstante que creció 19.5 por ciento el déficit de la cuenta corriente y el aumento de 21.1 por ciento del desequilibrio comercial.