JUEVES 22 DE JUNIO DE 2000

* Rosario Robles inaugurará el nuevo recinto el sábado 24


Jesusa Rodríguez, primera ''capitana'' de la Fábrica de Artes y Oficios de Oriente

* El miércoles 28 la actriz estrenará El fuego, versión actealizada del Prometeo de Esquilo

* Jóvenes y adultos de Iztapalapa podrán poner a navegar su imaginación en el Faro

Mónica Mateos * La actriz y directora de teatro Jesusa Rodríguez es la primera ''capitana" de ese barco cargado de creatividad llamado Fábrica de Artes y Oficios de Oriente (Faro) que el próximo sábado se hace a la mar capitalina al ser inaugurado por la jefa de gobierno capitalino, Rosario Robles. Con el estreno el miércoles 28 de la obra El fuego, una versión actealizada del Prometeo de Esquilo, Rodríguez inicia el proyecto de residencias artísticas en ese recinto.

El Faro invitará periódicamente a un creador para construir quimeras en colaboración con la tripulación a bordo: jóvenes y adultos que viven en Iztapalapa, los que con gran energía e inventiva han asumido el compromiso de poner a navegar su imaginación.

El inmueble cuenta con una biblioteca en forma de camarote, ahí se instalará el artista-capitán, que puede ser un escultor, un músico, un poeta o, como en este caso, un creador escénico que ''en su momento, trabajará cerca de tres meses y organizará ahí su proyecto. Me parece buena la idea de que periódicamente haya un cambio de artistas residentes. Lo lamento porque a mí me tocó trabajar sobre la obra negra, ya no lo hice en el Faro terminado. Pero estuvo padre. Estoy feliz de estar en este barco", señaló Jesusa.

ƑArte sólo para las elites?

El fuego comenzó a encenderse hace tres años, cuando surgió en la actriz la inquietud de llevar a escena Prometeo, de Esquilo, pero en una versión accesible que además mostrara ''la tragedia y la vergüenza de vivir en este país genocida, porque no es posible que se nos estén olvidando las matanzas de Acteal y Aguas Blancas. Con este montaje siento que por fin tengo algo importante que decir, es mi compromiso", explica en entrevista.

Planeada como una puesta en escena coral en la que intervienen casi 80 personajes, Jesusa se dio a la tarea de buscar dónde presentar El fuego, montaje demasiado grande para su teatro La Capilla de Coyoacán. No acudió al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) porque nunca ha estado de acuerdo con la política cultural de esa institución, en particular desde que conversó con Rafael Tovar cuando éste la llamó para pedirle su opinión acerca del proyecto de remodelación de la Unidad Artística y Cultural del Bosque: ''Consideré que ese lugar no debía perder su carácter popular, le pedí al presidente del CNCA que abriera ese espacio como si fuera un ensayódromo, donde los chavos de las colonias populares fueran a expresarse. Me dijo que eso no era posible porque no era rentable, y que pensaba que el arte erudito, el arte excelso como la ópera, sólo era para las elites. Entonces entendí que no tenía caso seguir dialogando con él. Tenemos dos visiones de la realidad cultural totalmente diferentes".

En la iniciativa privada tampoco encontró apoyo para concretar su propuesta teatral, ''porque los empresarios son muy ignorantes". Entonces, acudió con la jefa del gobierno capitalino Rosario Robles, quien en ese momento tenía sobre el escritorio la propuesta del Instituto de Cultura de la Ciudad de México para la creación del Faro como parte de una iniciativa de descentralización de la oferta cultural en el DF. (La Jornada, 5/VI/00). Así fue como ''se juntaron el hambre y las ganas de comer", explica.

El Faro de Oriente fue el espacio ideal donde Jesusa dio rienda suelta a su energía para prender, a llamarada batiente, su obra de teatro. Y más: contó con el entusiasmo de todos los chavos que viven en la colonia Fuentes de Zaragoza y sus alrededores, quienes se han encargado de confeccionar desde la escenografía y el vestuario hasta las máscaras y personajes tan innovadores que sorprenderán al público porque ''no están contaminados por la inercia que ha invadido a varios actores que se llaman a sí mismos profesionales".

Los barrios, fuente de cultura

Rodríguez considera que ''si Rafael Tovar no fuera tan ignorante, hubiera advertido lo que es el mundo. No se da cuenta que el Faro es un lugar que puede ser infinitamente más rentable, ni de que es una respuesta extraordinaria a su política de exclusión de la cultura. Más que todo, este proyecto es una reacción natural, un ya basta de todos esos chavos que no pueden ni pagar el costo del estacionamiento del Centro Nacional de las Artes".

Los cincuenta chavos que actuarán en El fuego, al lado de la propia Jesusa, Isela Vega y Regina Orozco, le metieron tantas ganas al asunto ''que ya quisieran los alumnos de los directores de teatro dizque sublimes, como Ludwik Margules, Luis de Tavira y Héctor Mendoza, que son los que se supone que sí trabajan porque además los otros son güevones, son de televisión, ni hablar de ésos.

''En el Faro se ve la gran libertad de los chavos que están actuando y ante ello no se les va uno a montar encima. Son cuates que de verdad tienen una realidad cabrona y están decididos a trabajar. Son gente que ha salido a la calle desde que nació, que van al mundo y no esperan a que el mundo les llegue en sus sublimes fantasías chaqueteras. La cultura se está dando ahí, en los barrios. Desde que voy a trabajar a lugares como Santo Domingo (cuando realicé el proyecto de teatro callejero con La Chinga) y ahora en Iztapalapa recobré el ánimo que había perdido, de vivir en México", concluyó Jesusa.

(El fuego se presentará en el Faro de Oriente, ubicado en la lateral de la calzada Ignacio zaragoza s/n, entre las calles de Cedros, Pinos y Francisco César Morales, colonia Fuentes de Zaragoza, en el predio conocido como El Salado, los días 28, 29 y 30 de junio y 1, 2 y 3 de julio. El 14 de julio se representará en la Mina de la Luz de San Luis Potosí, cerca de Real de Catorce, en una cueva a la cual el público accederá en locomotora, como parte de las actividades artísticas del Festival del Desierto.)