JUEVES 22 DE JUNIO DE 2000

* Presentaron en el Marco de Monterrey el libro que le escribió Poniatowska


Uno se inventa una vida y es la que cuentan, pero no es la real: Soriano

* Biografía del pintor y escultor a partir de las conversaciones que sostuvo con la periodista

* Se me hace un poco escandaloso llegar a 80 años, como que se me fue la mano, bromea

José Garza, especial para La Jornada, Monterrey, NL, 21 de junio * Es verdad, cuando Juan Soriano habla no le quita a la persona los ojos de encima. Es directo, concentrado y no vuelve la cabeza. También parece un chamaquito: pequeño, menudo, lleno de entusiasmo, alegría y vitalidad a sus casi 80 años. Y es un ser formidable.

ųYa me siento muy anciano, muy cansado, pero no me siento mal, más bien no me doy cuenta; me parece lo mismo que cuando cumplí 20 años, 30 años ųdice el dibujante, pintor y escultor jalisciense.

''Uno llega a una edad en la que se analiza lo vivido y lo irremediablemente perdido para siempre, quedando los recuerdos y los deseos de arrancar los clichés que uno hace de su propia vida; uno inventa una vida y es la que cuentan, pero no cuentan la verdadera.''

Más allá de los tres grandes

Es Elena Poniatowska, periodista y escritora, quien cuenta la verdadera historia de este creador en el libro Juan Soriano, niño de mil años (Plaza & Janés, 1998), presentado la noche del martes en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, el Marco, distinguido con una de las más hermosas esculturas monumentales de Soriano, La paloma. Se trata de la biografía del artista a partir de las conversaciones que ha sostenido con Poniatowska desde 1953.

Soriano aparece en el libro como es: habla de su vida íntima, de su condición de homosexual; de sus gustos y pasiones, de sus contradicciones y de la idea de pasar la vida pin-tan-do; de sus ideas artísticas y políticas, de su rechazo a la Escuela Mexicana y su crítica a los grandes del muralismo nacional.

ųEl libro se debe al carácter de Elena, muy jovencita, muy bonita, muy preguntona ųdice el artista. Lo que preguntaba, uno le contestaba. Era muy atrevida, pero hicimos una amistad muy grande.

ųPreguntas atrevidas, respuestas audaces. ƑEnfrentó algún conflicto la publicación de esas entrevistas en su momento?

ųAlgunos, pero nunca me importaron. Cuando uno es muy joven eso no le importa. A veces me hablaban y me decían: ''Esas cosas no se dicen". Pero yo estaba convencido de que había más rutas que la de ellos (los muralistas).

Soriano dice que, por fortuna, ya se arraigó la idea de que el arte está fundamentado en la libertad del individuo. ''Aunque todavía en las grandes exposiciones internacionales, en los catálogos, dan preferencia a Rivera, Orozco y Siqueiros; existe una imagen falsa de México porque siempre que se habla de pintura mexicana tiene que referirse a este grupo. Cuando hicieron Esplendores de treinta siglos llegaron hasta Frida Kahlo; es horrible, pues los que hemos luchado durante años por mantener la tradición de la pintura en el país, con muchas dificultades, no existimos porque todo termina con Frida".

ųƑEl arte mexicano se encuentra sometido a clichés?

ųSí, exactamente.

Patadas de ahogado

Es muy conocida la angustiosa vida que ha tenido Juan Soriano, su trotar por el mundo en busca de mejores condiciones de vida. Ahora está tranquilo. Y tiene un lugar entre los que han hecho algo por México, una obra que se disfruta: grandiosos los retratos a los famosos de la cultura mexicana y fantásticas sus esculturas zoológicas. Le acompaña, como siempre, el polaco Marek Keller, quien desde hace muchos años se propuso crear en torno de Soriano un ambiente agradable; le organiza su vida y su agenda de artista.

ųƑQué momento de su vida ha sido el más pleno, maestro Soriano?

ųCuando cumplí 50 años. Me di cuenta que vivir hasta entonces había sido una gran fortuna, porque fue un poco suicida; vivía las cosas de manera tan exagerada y sin forma, dando patadas de ahogado.

''Al llegar a los cincuenta me tranquilicé y traté de hacer una vida que me gustara.''

ųƑCómo asume lo inevitable?

ųNormal, y no me gustaría que se prolongara mucho. Ya se me hace un poco escandaloso tener 80 años, como que se me fue la mano, Ƒno? Pero como no me siento mal, y tengo ganas de trabajar, estoy contento.

''Nunca he visto un león pintando"

Hace diez años, antes de colocar La paloma en la plaza de acceso al Marco, Soriano presentó una exposición, Animalia, con originales sobre papel a partir de textos de Alfonso Reyes. Cuando la inauguración de la muestra, en el centro cultural de la calle de Padre Mier, José Emilio Pacheco ofreció una espléndida conferencia. Fue una gran noche, memorable para la cultura regiomontana. Lástima que ya no exista ese espacio en el que se organizaban cosas formidables, como en el Museo de Monterrey, hasta parece que los asuntos del arte son por antojo, Ƒno?

ųEs una lástima ųdice Soriano sobre el cierre de esos espacios artísticosų. El arte es lo que nos hace diferentes a los animales. Nunca he visto un león pintando.

Soriano dice ser muy feliz cuando visita la capital de Nuevo León, pero la presencia de esta ciudad en su memoria se remite a la amistad entrañable con personajes regiomontanos como Alfonso Reyes y José Alvarado.

Inolvidables son, dice, las juergas que tuvo con Alvarado y con otros colegas del grupo Los Divinos, Octavio Paz y Carlos Fuentes, visitando cantinas y otros lugares non gratos como el prostíbulo La Casa de la Bandida en la ciudad de México. Eran los años cincuenta, cuando Soriano participaba en el grupo de teatro Poesía en Voz Alta haciendo la escenografía y se encargaba también del vestuario.

ųEn esa época existía la moda de ir a los lugares más tremendos de la ciudad de México a emborracharse ųrecuerda Sorianoų. Se tenía una idea muy romántica de que ese mundo era como la raíz de todo para la creación, pero no, era un mundo peligroso; llegó un momento en que ya no fue divertido y escapamos.

ųƑEstá arrepentido de esas noches?

ųNo, sólo de las crudas que tenía luego. Además, llegaba a casa y mi madre me esperaba para echarme un balde de agua bendita: ''šQue se te salga Satanás!", me decía y yo, pues, me hacía el purificado para que ella creyera en eso. Pero todo eso se acabó.

ųƑQué sigue, maestro Soriano?

ųLo único que espero es que no exista Dios y que no haya cielo, todo eso me parecería espantoso. Quiero morir y se acabó, como cuando te desmayas, pero otra vida y con el cuerpo que tiene uno a mi edad, con puras arrugas, muchas gracias.

(El martes 27, en el Museo Rufino Tamayo, se abrirá Juan Soriano. La creación como libertad, muestra del polifacético creador en el contexto del homenaje nacional que se le rinde con motivo de sus 80 agostos. Después, el artista volverá a Monterrey con esta exposición.)