MARTES 20 DE JUNIO DE 2000

* Astillero *

* Julio Hernández López *

Nunca han sido ajenas las manos del gobierno (Zedillo, Presidente, y Labastida, secretario de Gobernación) al crecimiento del conflicto de la UNAM. Fundado en reclamos justos (el no al aumento de cuotas escolares que la tecnocracia neoliberal quiso imponer de manera insensata y torpe) y apoyado por segmentos genuinamente adversos al sistema, el movimiento universitario fue siendo llevado a terrenos de polarización extrema, en los que fueron cayendo diversas víctimas políticas.

Y ahora, Ƒcon quién se reirá el Presidente?

Los damnificados más obvios de esos fuegos cruzados fueron, desde luego, los rectores Francisco Barnés, ya renunciado, y Juan Ramón de la Fuente. Sobre todo éste, quien ocupaba un decoroso papel en el gabinete presidencial como secretario de Salud y disfrutaba del papel de compañero de juergas humorísticas que luego le asignaba el doctor Zedillo en algunas giras de trabajo. De Barnés casi nada se recuerda ya, y De la Fuente vive en el terrible purgatorio de la indefinición, sujeto a las miopes instrucciones políticas de su grupo político original, el zedillista, que está en declive sostenido desde meses atrás, y copado cada vez más por las presiones de la derecha universitaria.

Otros agraviados por el prolongado conflicto universitario han sido, desde luego, los estudiantes, los maestros, los investigadores y los trabajadores de esa casa de estudios a la que largo tiempo se llamó "máxima". Y, dentro de ese concepto de daño, los jóvenes encarcelados durante las acciones de rescate emprendidas por la policía federal militarizada.

La izquierda, el PRD

Pero, además, y aunque en la tolvanera de las escaramuzas poco se alcance a distinguir con claridad la trascendencia de ese hecho, hubo otra víctima importante: la izquierda de la universidad pública más importante de Latinoamérica. Exhibidos como intransigentes y violentos, divididos por las sospechas de infiltraciones, entrampados en un conflicto que no parece tener fin, los jóvenes participantes en el Consejo General de Huelga perdieron fuerza y autoridad en sus propios terrenos específicos, los de Ciudad Universitaria, y en los de la influencia en la política nacional. Pero no sólo perdieron ellos, sino también el partido que más presencia y fuerza tenía allí, que era el de la Revolución Democrática.

La confrontación entre los ultras (acusados de radicalismo y de anarquía que al final estarían sirviendo a su presunta antípoda, el interés gubernamental, según las acusaciones de sus adversarios) y los moderados (que a su vez serían considerados por sus opositores como reformistas manejados por el PRD), terminó dejando como saldo político neto el desplazamiento del partido del sol azteca del papel importante que tenía en la UNAM y, además, el enderezamiento de cargos políticos contra el candidato Cuauhtémoc Cárdenas, a quien se llegó a tachar como persona "non grata" y cuya presencia en terreno universitario fue virtualmente vetada por esa facción dominante del CGH, la de los llamados ultras.

Ese resultado neto no debe haber molestado ni al grupo zedillista ni a los operadores del labastidismo, entre los que destacan nombres como los de Adolfo Orive, gran timonel del sinaloense y estratega de los empantanamientos políticos de Chiapas y de la UNAM.

En ese sentido, el gran perdedor político del paro de casi diez meses fue el partido del sol azteca, a pesar de los esfuerzos hechos por activistas como Fernando Belanzaurán y Rodrigo Figueroa, y de las acciones desplegadas por directivos y funcionarios como Carlos Imaz, Imanol Ordorika y Antonio Santos.

Acuerdos abortados por amenazas de renuncia

La desesperación injerencista del perredismo ante la pérdida del control del movimiento de izquierda en la UNAM llevó a algunos de sus cuadros destacados a mesas secretas de negociaciones en las que llegaron a acordarse medidas impensables, como la de que el propio PRD y los gobiernos federal y capitalino anunciaran públicamente compromisos para solucionar el conflicto.

Tan desproporcionada intención fue frenada con energía por grupos del propio perredismo, a los que asustó el tamaño de la pretensión de asumirse abiertamente como aliados de acciones gubernamentales en un presunto plan de distensión. Andrés Manuel López Obrador llegó a plantear la posibilidad de renunciar a su candidatura a jefe de Gobierno capitalino si se daba tal paso. Igual amenaza expresó cuando ciertas voces interesadas pretendían enfilar a las autoridades del Distrito Federal a endurecer la mano para reprimir excesos de los estudiantes llamados ultras.

La visita a CU

Ahora, en el final de un proceso electoral de importancia verdaderamente histórica, el candidato Cárdenas ha tomado la decisión riesgosa de asistir, este jueves, a un acto público en CU. Será una oportunidad preciosa para que la provocación gobiernista trate de hacerlo tropezar aunque, por lo demás, las condiciones políticas han cambiado: no conviene a los intereses del PRI, de Labastida, que Cárdenas disminuya electoralmente, sino lo contrario, para que así el caudal opositor foxista sea menor.

No son pocos los signos de alerta que se advierten. Ayer mismo, dirigentes del CGH se manifestaron contra la visita del ingeniero michoacano y hoy se reunirán en asamblea general en la Facultad de Arquitectura, para definir la postura que asumirán. Frente a Rectoría, impidiendo su paso al interior, está la llamada Asamblea de Padres de Familia de la UNAM, exigiendo la exoneración de los 219 procesados por el paro de actividades de meses atrás. También han aparecido carteles y volantes en los que se recuerdan los golpes propinados por granaderos del gobierno capitalino a estudiantes el 4 de agosto del año pasado. Por otra parte, presuntos empleados de rectoría habrían despegado miles de carteles de invitación al acto cuauhtemista.

La necesaria tolerancia

En tales circunstancias es importante hacer votos por que los gérmenes de intolerancia violenta que sembró el CGH no le hagan el juego a las posturas de la derecha universitaria y de los grupos más cerrados del labastidismo y el priísmo. Cuauhtémoc Cárdenas es el único de los candidatos a la Presidencia que sostiene un programa que coincide con la mayoría universitaria, no sólo en cuanto a la gratuidad de la enseñanza superior, sino también en cuanto al modelo de país por el que se lucha. No es Cárdenas el vocero de los ánimos privatizadores y neoliberales que comparten Labastida y Fox, ni su presencia ofende a una comunidad que debe cultivar y defender el debate de las ideas, el raciocinio, el liberalismo y la tolerancia.

Astillas: Al inaugurar la Semana del Empresario, el presidente Zedillo insistió en defender la limpieza de las próximas elecciones y aseguró que "no demuestra voluntad ni convicción democrática quien siembra desconfianza en las instituciones responsables de organizar y calificar las elecciones, haciendo caso omiso de su experiencia probada". Tanta insistencia podría sonar, a los escamados oídos de los mexicanos, de manera contraria a la buscada por el doctor que pronto dejará de vivir en Los Pinos... Nuevos movimientos en la composición accionaria de Televisa. Alejandro Burillo se ha quedado con el diario Ovaciones y con la empresa de telecomunicaciones Pegaso, dejando libre el camino para que las familias Aramburuzabala y Fernández entren en condición minoritaria a los terrenos de Emilio Azcárraga Jean. Ahora, la estructura del capital social del Grupo Televicentro, que es la entidad controladora de las acciones de Televisa, quedó con el joven Azcárraga como mayoritario, con 53.94 por ciento; Carlos Slim, mediante Sinca-Inbursa, con 25.44 por ciento, y los recién llegados, la familia Aramburuzabala, con 16.70 por ciento, y la familia Fernández con el 3.92... Sólo en México pueden pasar cosas así: el embutido llamado PARM se ha quedado sin candidatos a la Presidencia de la República y a jefe de Gobierno de la capital del país y ha decidido, šsorpresa!, adherirse al carro priísta. Semanas atrás, las siglas del tal partido bonsai danzaban en sospechosas fiestas de presunta lucha por la democracia; ahora se les tacha de lo que ha sido su estigma, de paleras...

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