LUNES 19 DE JUNIO DE 2000
Ť Convocan a un encuentro de documentalistas para el 25 de junio en el DF
Promueven red de videoastas latinoamericanos
Ť Se exhibirán 291 obras de 17 países en centros culturales de todas las delegaciones de la capital
Angel Guerra Cabrera, especial para La Jornada Ť Con el video apareció un instrumento potencialmente democrático que eventualmente propiciaría la llegada del documental independiente sobre la problemática social de millones de hogares. Sin embargo, esta alternativa está aún lejos de hacerse realidad en América Latina, donde las trasnacionales han copado el mercado de productos audiovisuales.
Deseosos de cambiar este desfavorable panorama, un grupo de documentalistas mexicanos convocó al Encuentro Hispanoamericano de Videoastas Independientes el 25 de junio en el Distrito Federal. Al mismo tiempo se constituirá una red que agrupará a estos creadores. Durante la reunión se exhibirán 291 documentales de 17 países en instituciones culturales de todas las delegaciones de la capital, de ellos 153 de México. Las obras en concurso podrán verse en Cinemanía. Los realizadores Cristian Calónico y Margarita Suzán, coordinadores del encuentro, hablan sobre el tema.
-ƑEn qué consiste el encuentro?
-Se trata de reunir documentalistas independientes y documentales sobre la problemática social, entendiendo por independientes la independencia de criterio del realizador, no importa que haya recibido financiamiento de una institución. Se convocó a siete categorías: movimientos sociales; defensa de la democracia, la paz, los derechos humanos y la diversidad sexual; indígenas; mujeres; ecología; infancia y juventud, y fronteras. Este último tema, pensando en la conflictiva zona limítrofe entre México y Estados Unidos, aunque podía referirse a problemas de otros países. En esta ocasión hemos recogido trabajos de la última década. La idea es que el encuentro se repita, si es anualmente o cada dos años se decidirá en los próximos días. Muchos realizadores han creído en este proyecto, a juzgar por la positiva respuesta que recibimos. Ahora nos queda esperar la reacción del público, porque un objetivo muy importante es que se vean los documentales. Por eso la asistencia a las proyecciones será gratuita.
-ƑCómo surge la idea?
-En la última década, al menos, no ha habido ninguna reunión de esta naturaleza en América Latina. Primero concebimos un festival mundial, luego uno de toda América, pero la realidad económica impuso dejarlo a nivel hispanoamericano, aunque aceptáramos documentales brasileños que vinieran subtitulados. Aun así era muy grande el universo de potenciales participantes. Comenzamos a trabajar sin disponer siquiera de una base de datos sobre los videoastas de habla hispana, que ahora sí tenemos. Partimos de contactos personales y directorios que fuimos consiguiendo por medio de Internet. Al final pudimos contactar a mil 800 videoastas o productoras de video. Fuimos encontrando patrocinadores como la Universidad Autónoma Metropolitana, el Instituto Latinoamericano de Comunicación Social y el Instituto de Cultura de la Ciudad de México, entre muchos otros.
-ƑY la red?
-La red, como el encuentro, son indispensables para crear un vínculo entre los videoastas independientes de América Latina y para darle continuidad a esta reunión, de modo que sirva para crear un espacio de confrontación, comunicación y de gestación de coproducciones. Para testimoniar eficazmente la historia de nuestros pueblos desde una perspectiva latinoamericana necesitamos hacerlo juntos, para así tener una visión de conjunto y multiplicar nuestras fuerzas. Aunque la producción de video es mucho más barata que la de cine, cada vez se hace más cara debido a las innovaciones tecnológicas.
También queremos lograr que los videoastas de cada país sirvan de enlace para distribuir las cintas en cada una de sus naciones. Hay que idear un vehículo que permita la llegada de las obras desde el realizador hasta el público, sea por la señal de la televisión o mediante videocasete.
"Otra aspiración es crear una videoteca latinoamericana de documental que salve nuestra memoria histórica. Se incluyó una cláusula en la convocatoria pidiendo a los participantes que donaran sus obras para este fin y 80 por ciento de ellos la aceptaron. La filmoteca de la UNAM las tendrá bajo su custodia. También nos proponemos que estos trabajos puedan ser vistos por las personas del ámbito social que los inspiró, imprescindible retroalimentación que no ocurre con frecuencia en la actualidad. Igualmente pretendemos vincular a la academia con la producción. El guión puede ser mucho más completo y eficaz si está escrito o es asesorado por un investigador social sobre el tema en cuestión".