DOMINGO 18 DE JUNIO DE 2000

* Sicólogos de la UNAM


Violencia familiar, en el 95% de los hogares mexicanos

 

Médicos y sicólogos de la UNAM coincidieron que en el 95 por ciento de los hogares mexicanos ''se ha registrado alguna forma de violencia familiar, ya sea física, sicológica o sexual'' y este tipo de acciones no son exclusivas de ningún nivel socioeconómico. Además, resaltaron, el 90 por ciento de las víctimas son mujeres.

No obstante, el doctor Esteban Jiménez refirió: ''la gente con menores recursos tiende a ser un poco más violenta, porque está sujeta a más estrés, en comparación con las personas con mejor posición económica''.

El médico habló, de acuerdo con un comunicado de la institución, sobre las secuelas de dichas acciones en el comportamiento de los hijos. En los varones, añadió, ''van desde la pérdida de la autoestima, disminución en la masculinidad, temor a las figuras de autoridad o bien reproducción de los esquemas de violencia. A la larga, las víctimas se enfrentan a dificultades para establecer su relación de pareja y con los hijos. La persona que sale de un hogar violento, reproduce la conducta o le teme a esta situación''.

Mientras, en el caso de las mujeres, ''hay una transmisión de generacionalidad de la conducta. Es decir, si ellas asumen la violencia en forma pasiva al ver que su madre la acepta, se acostumbran a este comportamiento como un patrón válido y lo reproducen''.

Pese a todo, aclaró, ''la mujer también tiene una carga de hostilidad muy fuerte que cuando está reprimida tiende a manifestarse por episodios y sin control, de forma inconsciente con los hijos, con el marido y después alternándose con períodos de sumisión. Las formas más frecuentes de expresarse ante la violencia es autoagrediéndose, enfermándose, cayendo en la depresión y la angustia''.

Por su parte, la dirección del Programa de Atención Integral a Víctimas y Sobrevivientes de Agresión Sexual, de la Facultad de Psicología de la UNAM, agregó que a los hombres ''se les enseña desde muy pequeños a resolver todas sus diferencias de manera violenta. Además ven en casa que el papá tiene una prerrogativa y aprenden a ser violentos, como una forma altamente efectiva para dirimir las querellas''.