DOMINGO 18 DE JUNIO DE 2000
* José Antonio Rojas Nieto *
La marcha del mercado petrolero
Este viernes los precios del crudo llegaron al nivel más alto de los últimos días: 32.85 dólares por barril para el West Texas Intermediate (WTI), 30.52 el Brent del Mar del Norte y 30.18 la canasta OPEP, que entre sus siete componentes, incluye al mexicano Istmo que este viernes registró 30.29 dólares por barril, con lo que la mezcla mexicana de exportación prácticamente alcanzó más de 27 dólares por barril. Hay que notar, sin embargo, que se llega a este nivel luego de tres semanas de relativa estabilidad de precios. La canasta OPEP se mantuvo en el límite superior de la franja fijada por los productores para modificar ųcuando este promedio se registre durante 20 días continuos y hacia arriba en 500 mil barrilesų su plataforma de producción: 28 dólares (el límite inferior es de 22, que implica una baja en la producción de 500 mil barriles, siempre que el precio promedio inferior a 22 dólares se reporte durante 20 días). Hasta hoy no se ha registrado ese requisito de la OPEP para aumentar o disminuir producción, por lo que sólo hasta la reunión que se realizará esta semana sabremos la determinación de unos productores menos presionados que hace un trimestre. Seguramente mantendrán su plataforma actual con la misma banda de control o acaso la incrementarán un poco. ƑPor qué? En primer lugar porque se han revisado a la baja las expectativas de crecimiento de la economía de Estados Unidos, lo que también supone un crecimiento más bajo de las economías, como la de México, fuertemente vinculadas a ella y, con ello, un menor crecimiento de la demanda de crudo. En segundo lugar porque los márgenes de beneficio que han obtenido las refinadoras de todo el mundo, aun antes de la elevación de precios, han sido muy importantes, por lo que existe menos presión en el ambiente petrolero internacional. Esto no quiere decir que no se siga especulando con los inventarios, similares en términos absolutos a los de hace tres o cuatro meses, pero menores en términos relativos respecto a una demanda que tiende a subir en los trimestres tercero y cuarto. Esta sería una tercera razón para no incrementar la plataforma de producción o elevarla un poco, no más de 300 a 400 mil barriles. Lo cierto es que México (šno podría faltar en estos momentos!), Noruega e Irán ya manifestaron su intención de ampliar su producción; Irak, por su parte, sigue haciendo lo propio, aunque su actuación en estos momentos no ha desestabilizado el mercado como en otras ocasiones. Un cuarto elemento que hace pensar en la estabilidad de la producción o en un incremento muy modesto acorde a precios cercanos a 26 o 27 dólares en promedio mensual para la canasta OPEP es la gran aceptación entre los industriales de maquinaria y equipo, perforación y desarrollo de pozos, y diversos servicios a la industria petrolera, el nivel de precios de este año, que les ha permitido superar las condiciones depresivas de principios de 1997 a fines de 1998 en que los precios cayeron continuamente: puntualmente de 24 o 25 dólares a ocho a nueve dólares en el caso de la mezcla mexicana.
Hay un hecho que ilustra esta nueva situación del mercado petrolero; se trata de un fuerte debate tanto en Estados Unidos, como entre la OPEP y los grandes consumidores. En el vecino país se habla de unos sospechosamente altos precios de la gasolina, sobre todo en Chicago, derivados de la especulación de las refinadoras que, sin duda, transfieren a los consumidores más, muchos más, de lo que se han elevado los precios del crudo, con el pretexto de la producción de gasolinas reformuladas por la política ambiental. Mientras que en los productores OPEP han hecho un gran esfuerzo para mostrar a los consumidores de Asia-Pacífico, Europa y Estados Unidos que altos precios de gasolinas se explican no sólo por el alza de los precios del crudo, sino por las altas tasas de impuestos que incluyen las gasolinas y demás destilados en esos países, lo que, por cierto, también sucede en México, para el caso de gasolina y diesel.
Como muestra de este nuevo ambiente está Singapur, donde, al cierre de las operaciones bursátiles, los precios a futuro del petróleo Brent descendieron del nivel de los 31.47 dólares para entrega en agosto en el que habían estado desde principios de la semana a sólo 29.18 dólares para entrega ese mismo mes y a 28.17 para septiembre. Lo cierto es que, pese a los altos precios derivados de la especulación previa a la reunión OPEP, el mercado está mucho más estable y más conciente de que no puede derrumbar los precios como en otras ocasiones.