* Abruma la militarización en la zona: habitantes


El Ejército rodeó Las Limas, Unión Progreso y Los Angeles

* Afirman que hay rumores de que los atacarán por la noche

Hermann Bellinghausen, enviado, San Juan El Bosque, Chis., 17 de junio * La militarización que se ha abatido sobre este municipio es abrumadora, a raíz de la matanza de policías en las proximidades de Las Limas, el pasado día 12. Hoy, la cabecera municipal, valga decirlo, parece acéfala. Sólo tropas y Seguridad Pública tienen funciones de gobierno.

Junto con la proliferación de tropas y destacamentos de la PFP y la PGR, se incrementó la tensión y el ambiente de riesgo en las comunidades en resistencia, que son la mayoría en este municipio, llamado constitucionalmente El Bosque, y San Juan de la Libertad por los autónomos.

Unión Progreso es rondada desde ayer por elementos de la Seguridad Pública, guiados por paramilitares del vecino pueblo de Los Plátanos. "Nos andan espantando. Llegan rumores de que nos van a atacar de noche. Son rumores".

Esta tarde, durante la celebración de la Trinidad, patrona de Unión Progreso, un grupo de representantes de la comunidad declararon para La Jornada: "Están buscando la forma, los priístas y la policía, de acusarnos y tener el pretexto".

En Las Limas la situación es mucho peor, pues la ocupa el Ejército federal completamente. La gente, tanto priístas como autónomos, está refugiada en sus casas, mientras recorren la comunidad las tropas y las policías federales. La comunidad de Los Angeles hoy fue rodeada por el Ejército federal durante varias horas, mientras en otras partes del municipio los campesinos impidieron el paso a tropas, como en los ejidos Yuquil e Isidro.

La cabecera de San Juan fue ocupada violentamente por la Seguridad Pública hace más de dos años, para "reinstalar" al edil priísta en el ayuntamiento donde gobernaban los autónomos en 1998. Después de aquel "desmantelamiento", el Ejército federal estableció aquí un campamento. Esta semana ha sido el punto de abasto para los centenares, quizá miles de efectivos que se han desplazado sin cesar desde Tuxtla Gutiérrez.

Tan intenso ha sido el paso de grandes vehículos, sobre todo para traslado de tropas, que una tubería que cruza la carretera se rompió a la entrada de la población. Así, el paso está cerrado.

A pocos centenares de metros, tres camiones, con unos 130 soldados armados y apuntando hacia los lados de la carretera, inician el patrullaje entre San Juan y Las Limas.

En la Presidencia Municipal no se ve más autoridad que una feria de pueblo instalada en la plaza central. A pocas cuadras, en la que fue oficina del alcalde priísta hasta el "desmantelamiento" es un cuartel de la Seguridad Pública. En sus accesos, voluminosos carteles de arena parapetan a unos policías nerviosos, con sus armas apoyadas en las barricadas.

Por todas las calles de la cabecera brotan los anuncios electorales de Francisco Labastida, y el pueblo está todo pintado de PRI. No hay propaganda de ningún otro partido. Es difícil encontrar un Pablo entre tanto Sami acabado de colgar.

No obstante, aquí, la mayoría de los que podrían votar, respaldan al municipio autónomo San Juan de la Libertad. Pero esto no es lo que se ve en el escenario actual.

Hora de refrescar amenazas de represión

La gente de Unión Progreso, en las tierras bajas de este municipio tzotzil, celebra este fin de semana su fiesta patronal, con música de cumbia, iglesia nueva y constante preocupación. Desde el pasado día 10, antes de la matanza de Las Limas, fueron rondados por la Policía Judicial. Mientras la comunidad conmemoraba los dos años de la matanza de indígenas aquí mismo, abriendo su nuevo templo católico, varios campesinos fueron interceptados y detenidos en la desviación de la carretera, amenazados por los judiciales y Seguridad Pública por ser zapatistas.

Dos días después, en la distante población de Las Limas, un grupo aparentemente paramilitar masacró con método a policías y civiles. Desde entonces, se dejan oír disparos al aire desde la carretera, que atribuyen a los paramilitares de Los Plátanos y a la Seguridad Pública.

A la vez, desde Tuxtla se ha reactivado la acusación contra tres indígenas de Unión Progreso, en relación a una emboscada en los Plátanos, en el marco de una disputa entre priistas, que es lo único que hay en dicha comunidad.

Los han amenazado con una incursión policiaca para ejecutar las órdenes de aprehensión que todo mundo sabe infundadas desde hace dos años, pero que ahora podrían resultar bastante útiles para mover el tapete al cuarto para las doce de las elecciones.

A pocos metros del hermoso retablo guadalupano que les regaló la pintora Carmen Parra, en una esquina del templo, los representantes de Unión Progreso sobreponen sus voces sobre el aguacero que cae estrepitosamente.

"Dicen los policías que aquí hay más dirigentes y los van a venir a buscar. ƑDirigentes de qué? Aquí no tenemos dirigentes, somos nuestros propios dirigentes".

"Dicen que se van a meter a desarmar a la gente. ƑA cuál? Aquí no tenemos armas, que se las busquen a los paramilitares".

"Nos quieren agarrar sospechosamente distraídos. Meterse en la noche para que nos encuentren a todos".

"Aquí hay tres familias de priistas que todo el tiempo nos están buscando la provocación. Siempre van con los de Seguridad Pública, son sus amigos. El señor Guadalupe Gómez Méndez, es el 'dirigente' de esas familias".

"Hace pocos días otro de los priistas, Vicente López Pérez, les salió en el camino a unos compañeros con un machete diciéndoles de pelear. Venía con su hijo Jesús. Pero los compañeros no cayeron en la provocación".