* Bárbara Jacobs *
Los frutos silvestres
Al girar a la derecha para llegar al cementerio, en la cima de la cuesta a la izquierda hay una venta de columpios de estructura roja. Si sopla el viento aun ligeramente, colgantes de sus cadenas los asientos se mecen.
En la ''Historia del manzano", de Henry David Thoreau, me entero de que la manzana aparece en la Tierra poco antes que el hombre. Igual que el olivo, es símbolo de paz según los griegos, que no crearon nombres para objetos de guerra ni de cacería. La raíz de la palabra en muchas lenguas significa todo fruto y hasta ganado y riquezas en general. Inofensiva como la paloma, bella como una rosa, valiosa como una manada y un rebaño. Thoreau estilista, filósofo, historiador; Thoreau botanista y poeta, compara el manzano con un perro, con una vaca, con un caballo. Advierte que el emigrante no trastierra consigo solamente sus aves, cuadrúpedos, insectos, legumbres y pasto; lleva, además, su huerto a cuestas.
Al final de su vida de 44 años, Thoreau cambió de perspectiva. Dejó de ser el centro de su análisis en sus escritos para ceder la palabra a la luz de la luna y a las semillas, a las hojas de los árboles, a los frutos silvestres. Así titulará su manuscrito póstumo: Frutos silvestres. Se convirtió en el vocero del viento y de la lluvia. En la vida a la intemperie encontró el potencial redentor.
''Soy un paquete de esfuerzos inútiles", había escrito; ''atados por un nudo fortuito". ƑQué habrá querido decir exactamente? Cuando en Henry David Thoreau: Un estudio crítico, Mark Van Doren llama egoísta a Thoreau, me pregunto si nos llegamos a entender unos a otros, o si cada quien va entendiendo menos que a medias a los demás y nunca llega a descifrar a nadie en realidad: ''Hay que estar perdidos ųdice Thoreauų y haber perdido el mundo, para empezar a encontrarnos a nosotros mismos, a darnos cuenta de en dónde estamos, y a conocer el alcance infinito de nuestras relaciones con los demás". ƑAlcance infinito"? ƑInfinito? Me ha costado mucho trabajo entender por qué Thoreau es controvertido. Por más que Leon Edel haya retirado la edición de su biografía lapidaria de Thoreau, y me conste que es inencontrable, esa opinión existe.
Para Thoreau, la flor del manzano es la más bella de las flores de todos los árboles, a la vista y al olfato. El manzano, el más civilizado y humanizado de los árboles. ƑNos detendremos a pensar por un instante lo que dijo al decir lo que dice? Quiso registrar su hallazgo individual de lo que significa ser uno su propio profeta, aprender por uno mismo las grandes lecciones de la vida. Se refería a lo que habría de ser su último libro como sus propias Escrituras. Prepraba su Canto al aire libre, su Canción a la Naturaleza, su Concierto de frutas y de tierra. Caminaba, leía. ƑQué día, a qué hora de qué mes, florece el manzano? Perfumaba su pañuelo con el aroma de su fruto, volátil y etéreo. Era místico y científico al sostener que saber pasar un día era todo un arte. El hombre debía ser el sereno, el guardián, el vigilante de la Naturaleza para estar constantemente sobre aviso y encontrar en ella a Dios.
El paquete de los esfuerzos inútiles, atados por un nudo fortuito, se columpiaba de aquí para allá en un poema, sentía que los nudos entre cada esfuerzo del atado que lo constituía eran holgados y amplios, hechos, le parecía, para un clima más benigno.
ƑMás benigno que cuál? Cuando en 1962 sintió próximo su fin, envolvió con un papel grueso su manuscrito, lo ató con un cordón y lo guardó, con literalmente miles de hojas y cuadernos de apuntes, en un armario de madera que, según cuenta Bradley Dean, que preparó los papeles para su publicación ahora, en 2000, se perdió. Que el armario de madera se hubiera perdido, no anula la existencia de los escritos últimos de Thoreau que ni Mark Van Doren ni Leon Edel conocieron y que él dejó, en un orden minucioso que fue desordenado por los diversos coleccionistas a lo largo de unos ciento cuarenta años, de herencia a su hermana en calidad de Biblia.
Me preguntó si llega uno a desenredar cada nudo de su propia vida como para alcanzar a vivir un tiempo indeterminado en claro y de forma holgada y amplia, aun en climas duros. La caligrafía de Thoreau no facilitó la tarea de descifrar el atado de esfuerzos inútiles que llegó a considerarse a sí mismo.