Publican antología por los 40 años de la obra del juchiteco


Toledo, el encantador de poetas

Yanireth Israde * ƑQué sensación queda en los ojos después de mirar una pintura de Francisco Toledo? ƑQué vértigos producen sus liebres, sus tortugas, sus criaturas de tremendos falos? ƑQué hace tan fascinante la obra del pintor juchiteco?

Las respuestas pueden hallarse en el volumen Toledo: la línea metafórica, que reúne textos poéticos (en prosa y verso) de más de 70 autores, entre ellos Octavio Paz, Carlos Fuentes, Fernando Benítez, Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis, David Huerta y Gustavo Sainz, quienes en distintos momentos y por diversas fuentes describieron su particular encantamiento hacia Toledo. También se incluye a poetas como Luis Cardoza y Aragón, Macario Matus, Elisa Ramírez Castañeda, Natalia Toledo y Verónica Volkow.

Este libro, publicado por Oro de la Noche Ediciones, es un ''homenaje memorioso'' al artista por sus cuatro décadas de actividad plástica, explica Miguel Flores Ramírez, compilador del texto.

''A poco de cumplirse 40 años de que este fervoroso artista nos venga enriqueciendo con su obra, sólo semejante a la humilde asunción de su prodigalidad, se han reunido voces de estos años que en su momento surgieron en forma de poemas o que se tomaron de prosas que sugerían una revelación poética"

Aclara de inmediato que no se trata de una recopilación de frases y de citas críticas o de ensayo. Es, en cambio, una suma de ''palabras talismanes'' en reconocimiento al pintor y humanista, las cuales convierten al libro en ''una expresión de agradecimiento para este artista que nos reconcilia como humanos''.

Con prólogo de Fernando Solana Olivares y fotografías de Rogelio Cuéllar, el volumen hace del pintor una figura central y fuente de inspiración. Alfredo Cardona Peña, por ejemplo, ofrece una letanía en honor del pintor, y escribe: ''De los sapos que se oyen como bolsas de hule estallando en la noche de los ríos/Viene Toledo; Del viento cuando se emborracha y se desploma como un toro enfurecido embistiendo los techos de las casas/Viene Toledo; De la bruja que recorre el cuerpo de una niña con un huevo porque la niña vio cohabitar a sus padres y está temblando/Viene Toledo".

Carla Zarebska comparte una conmovedora anécdota: ''cuando Toledo tenía 13 años, la familia decide vivir en la ciudad de Oaxaca. En el camino Francisco lloraba, en un momento el padre le pide que calle, que esconda sus lágrimas: guarda silencio porque hace un rato que un venado nos sigue, y eso significa que vas a tener mucha suerte en tu vida''.

Andrés de Luna se concentra en el frenesí del pintor: ''Toledo arrea la realidad hasta desbocarla (...) Hombres y bestias comparten los pecados, los hacen suyos, con un guiño de ojos. En esa circunstancia la verga cobra carta de autoridad, es la dominadora, es la que resucita, y no al tercer día sino cada ocasión que se le requiera; y si no que lo digan las mujeres, las conejas, las vacas, y todas aquellas o aquellos que se ven penetrados por la peligrosa, por la acechante, por la cobriza (casi todas las que aparecen están pintadas en ese color), por la que se esconde para reaparecer. Hermosa y múltiple''.

Luis Cardoza y Aragón no se sustrajo al magnetismo: ''Francisco Toledo es la unidad de su imaginario. Nos da su asombro de cada día. Sabe pintar el asombro asombrosamente asombrado. Nos restituye una existencia que habíamos perdido... nos acerca a una lógica de brujos bajo una cenefa de escorpiones. Nos presta la lujuria de las garras sin recelo del sol: primitivo arte sacro. Es angélico soñador, como suelen ser los demoniacos. Es un instrumento de la luz y el tiempo. Siento que siente como virgen, como sátiro, como ángel, como animal. Y como diría Toledo, según el sapo es la pedrada''.

Así se hilvanan las plumas compartiendo su emoción por el pintor hasta llenar más de 80 páginas, en este libro homenaje que se presenta hoy a las 19:00 horas en el Palacio de Bellas Artes, junto con seis títulos más que conforman la Colección Oro de la Noche, la cual tiene la virtud de amaridar varias artes: la plástica, la poesía, la impresión tipográfica y de imágenes, artes que, por cierto, se acrisolan en Toledo.

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