JUEVES 15 DE JUNIO DE 2000

 


* José Steinsleger *

Coliseo catódico

Años atrás, cuando los llamados reality o talk shows empezaron a incursionar en la pantalla chica latinoamericana, uno de los programas fue dedicado al despertar sexual de los adolescentes. Sentados frente a las cámaras junto a madres que lucían ataviadas con sus mejores y humildes trapos, los chicos explicaron sus historias, con natural timidez y recato.

Pero Fredy, de doce años, se negaba a hablar. Tiernamente, la conductora del programa lo animó: "ƑPor qué no quieres hablar? Tienes igual derecho que los otros". El público aplaudió, y la madre, temiendo el papelón en el barrio, le pegó un codazo: "Anda, díle a la señora lo que te pasa". Entonces Fredy musitó algo y la diva le pidió que hablara más alto...

Sin darle tiempo al "bip" de la censura, el niño exclamó: "Me gustaría coger a Madonna". Demudada, la mamá lo tomó de la oreja, Fredy se echó a llorar, el público estalló en carcajadas y la conductora, con cara de bulímica constreñida, flexionó el pulgar apuntando a la cámara: "šGuau!, me voy a comerciales y regreso, no me toquen ese botón".

La conductora regresó y le encomendó a la "psicóloga" del panel que explicase "el caso". La indicada habló de "las fronteras entre lo público y lo privado", "de los límites entre lo que puede ser dicho o revelado" y, en medio de más aplausos e intervenciones al alimón del público, aseguró que Fredy vivía en un hogar sin amor aunque el chico sostenía lo contrario y la mamá juraba que tenía una noviecita de "familia decente" y a pesar de esto "se fija en esas cosas".

Para los gobiernos de América Latina, tres de los temas fundamentales de nuestra realidad son tabú: el saqueo del Fondo Monetario Internacional, el papel de los medios de comunicación y los multifacéticos asuntos de la sexualidad humana. Si el sentido común y las investigaciones demuestran que tales temas se retroalimentan porque de ellos depende nuestra salud material y emocional, la realidad revela que la negativa a tratarlos con seriedad dista de ser casual.

ƑNo será que la pobreza planificada, el embrutecimiento mediático y el reforzamiento de los prejuicios sexuales representan las formas más eficaces del sometimiento moderno? En un atinado artículo, Claudia Benassini Félix asegura que estos programas equivalen a la versión moderna del Coliseo romano (Talk shows: la realidad como espectáculo, Milenio, 12/06/00).

En efecto, cuando la decadencia se mostró irreversible y la gente empezó a rumiar el descontento, los emperadores de Roma recurrieron a la fiesta popular eterna. Pan y circo. Para ganarse el favor del partido popular, Roma empezó con los juegos florales, en honor de la diosa Flora, a fin de obtener su protección.

Después siguió con los de Baco (o bacanales) y los juegos plebeyos, suerte de tercera vía que buscaba la reconciliación de los pobres y los patricios. Por último, echó a los esclavos a las fieras. Pero Roma daba la oportunidad de morir luchando. En cambio, el FMI nos condena al circo sin pan y a ser espectadores pasivos de lo que pasa con las "cosas de la vida, hasta en las mejores familias".

El pensador Antonio Gramsci (1891-1937), concibió la idea de "hegemonía", que va más allá del poder coactivo del Estado. Gramsci estudió el poder de la cultura y la forma en que la clase dirigente gobierna y organiza la sociedad: una cultura oficial, la Iglesia, la escuela y la prensa, pronosticando el papel de los medios que hoy, a través de la televisión, refuerzan la acriticidad y el embrutecimiento que se justifica en nombre de la "libertad de expresión".

No se trata de censurar. ƑPero el Estado tiene algo que decir?, ƑCuán lesivo es para la "libertad" la exigencia de un mínimo de cuidado en la fiscalización de las empresas de comunicación, premiadas por el Estado con la concesión de canales altamente rentables y perversamente desviados de su función recreativa?

En tanto "la voz de los que no tienen voz" se transmuta en rostros-mercancía, los talk-shows reducen a cenizas, seis días a la semana, todo el año, los ingentes esfuerzos de psicólogos, funcionarios y pedagogos que aún creen en la dignificación de la especie. La gloria se ha democratizado. Pero si así están las cosas... "Ƒpor qué no figura en la crónica roja el asesinato del alma por envenamiento?" (Galeano).

ƑQué habrá sido de Fredy? ƑHabrá concretado su obsesión o la hermana acudió en su consuelo? A nadie le importa ya. Sin embargo, los descerebrados productores y conductoras de los talk shows continúan ejecutando el papel que el poder asigna a los medios: hacernos ver que existimos. Porque si nos acostamos con nuestra cuñada, le damos palizas al cónyuge o sufrimos por la dimensión de las pompis, la tele es prueba cabal de que la fama también puede rozarnos.