PAGINA 9 Ť Lourdes Galaz
Negocios son negocios
Ť Por unanimidad, la CFC falló contra la fusión Bancomer-Banamex Ť Roberto Hernández habría blofeado en el caso del megabanco Ť Slim enfrentó a Zedillo y sus amigos Ť Los Fox, en problemas con los bancos
Como aquí mismo se lo contamos, la intervención de Carlos Slim llegó a poner en un brete al mismísimo presidente Zedillo cuando, sin querer queriendo, soltó que el gobierno sería responsable de las consecuencias de una megafusión bancaria. La Comisión Federal de Competencia tendría que probar su razón de ser y resolver el conflicto de la fusión Banamex-Bancomer. Usted recordará que aquellas declaraciones de Slim (15 de mayo) causaron escozor en el ambiente político y, por supuesto, en el sector financiero. Tanto fue así que los días posteriores a lo comentado por Slim, fuentes allegadas a Los Pinos dirigieron mensajes contra las presuntas prácticas monopólicas de Telmex, Telcel y el Grupo Carso, que apenas si causaron una mueca de satisfacción en el rostro del hombre más rico de Latinoamérica. Había logrado su objetivo. Y es que Slim, como buen libanés y mejor apostador en los negocios, se dio cuenta del bloff de Roberto Hernández, el presidente de Banamex. El banquero amigo de Ernesto Zedillo pretendía controlar Bancomer con una aportación muy pequeña de recursos en efectivo y hasta presentó una mejor postura que los capitalistas hispanos del Banco Bilbao Vizcaya y Argentaria. Duplicó la oferta, sólo omitió aclarar que financiaría la fusión con créditos del Chase Manhatan Bank y otros bancos estadunidenses. Y todavía más, el habilidoso Hernández publicitó una encuesta que se habría realizado entre los usuarios de Bancomer y, según la muestra, 83 por ciento de los clientes estaría feliz con la fusión... Como entre gitanos no se lee la buena ventura, el millonario libanés percibió la audaz jugada de Hernández y acusó que ponía en riesgo al sistema bancario, en el que Slim también tiene fuertes intereses. Sabe usted que en las oficinas de Inbursa (el banco de Slim) se llegó a dimensionar el riesgo de la fusión Banamex-Bancomer así: "si el nuevo megabanco quebrara, el país tendría un Fobaproa elevado a la tercera potencia".
Aunque se mantuvo en secreto, desde el jueves 8 de junio la Comisión Federal de Competencia que preside Fernando Sánchez Ugarte, por unanimidad, falló contra la fusión propuesta por Hernández. Como lo advirtió Slim, el megabanco sería un gran monopolio en el sector financiero mexicano: concentraría 84 por ciento del mercado de tarjetas de crédito, 70 por ciento de los préstamos al gobierno, 63 por ciento de los préstamos hipotecarios y 62 por ciento de los créditos destinados al consumo. Y esto viene a cuento porque los directivos del BBVA, Emilio Ybarra y José I. Goirigolzarri, se entrevistaron (11 de mayo) con Zedillo para solicitarle su intervención, a sabiendas de la gran amistad del mandatario con el banquero del sexenio, como le llaman a Roberto Hernández. Y el presidente les comentó que no era de su competencia intervenir, pues se trataba de un "asunto privado, no de gobierno". Fue entonces cuando los hispanos buscaron al mejor aliado: Slim Helú, quien, como se sabe, ya hace buenos negocios en España y toda la Unión Europea. Si Zedillo estimó que la fusión bancaria no era más que un negocio privado, al paso de los días la Comisión Federal de Competencia resolvió que sería un riesgo concentrar buena parte de la actividad financiera del país en un megabanco y decidió, por razones de carácter público, que no privadas, no autorizar la fusión Bancomer-Banamex. Y como el fallo de la CFC quedó en secreto, el lunes pasado el Consejo de Administración de Bancomer aceptó la oferta -ampliada hasta 2,500 millones de dólares, y de ellos 1,400 millones en efectivo- del Banco Bilbao Vizcaya y Argentaria (BBVA). Y ahora, los dos bancos mexicanos más grandes y con más operaciones en el país están asociados con capitales hispanos. Serfin-Santander, que preside Carlos Gómez y Gómez, y Bancomer-BBVA, que presidirá desde el 1 de julio Ricardo Guajardo Touché , del Grupo Bancomer, que tendrá 67.8 por ciento de las acciones, y su asociado, el BBVA, 32.2... Por último, le cuento que la mayor operación financiera del país que dio paso al banco número uno de México y al dos de Latinoamérica conjunta a poderosos grupos de capitalistas hispanos y nacionales. De los de acá, los vicepresidentes del nuevo grupo bancario serán José Madariaga Lomelín ( dirigió la Bolsa Mexicana de Valores en el salinato) y Juan Carlos Braniff. El actual presidente de la Asociación Mexicana de bancos, Héctor Rangel Domene, será el responsable del manejo de comunicación e imagen. Y los hispanos tendrán a su cargo, además de la dirección de finanzas, la gerencia de recursos humanos, que dejarán en manos de Alfredo Ghisholt Orozco, quien tendrá que entenderse con el líder del sindicalismo bancario, Enrique Aguilar Borrego, por aquello del esperado recorte de personal, previsible con el desarrollo de la banca electrónica que tan bien tiene integrada el BBVA.
Y a propósito de asuntos financieros, vale traer a cuento que según informaciones confirmadas en la Procuraduría General de la República, en una acción apresurada y oportuna, Juan Pablo Fox Quesada, el hermano menor del presidenciable, habría saldado su adeudo de 100 mil dólares (más 25 mil dólares de intereses) con el First National Bank, que presentó una demanda por fraude ante el Ministerio Público Federal. Pero la emproblemada familia Fox no resuelve aún todos sus conflictos con la justicia. Queda pendiente el caso de la empresa Vegetales Frescos. Sin embargo, el asunto más grueso es el que involucra a Cristóbal Fox. El Departamento del Tesoro tiene abierta la averiguación, y fuentes ligadas a la embajada de EU y a la PGR aseguran que el caso tendría que ver con un presunto lavado de dinero. Se sabe que la Secretaría de Hacienda y la PGR ya investigan las operaciones de 1998 y 1999 de dos casas de cambio: Consultoría Internacional y Casa de Cambio Monex; esta última habría sido dirigida por Jorge Rangel de Alba (hermano político de Carlos Medina Plascencia, líder de los diputados panistas) hasta hace seis meses, cuando fue ofertada a un grupo de inversionistas estadunidenses. De confirmarse que Cristóbal realizó operaciones financieras y transferencias de capitales irregulares por 36 millones de dólares, y si esa suma millonaria llegó al financiamiento de la campaña de Vicente, el asunto sería preocupante, aunque no quedara totalmente al descubierto antes del 2 de julio. Y la historia se repite: en Washington se guardan las intimidades, la vida y milagros de los políticos mexicanos y si llegan al poder, los secretos, como los favores y las deudas, tienen precio... šQue la Guadalupana nos ilumine y proteja!
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