MARTES 13 DE JUNIO DE 2000
Ť Nerviosismo oficial tras el concierto por la paz
Movimiento militar poco usual en torno de los Aguascalientes
Ť Reportan activa presencia de la PFP y el Cisen en la zona
Hermann Bellinghausen, enviado, San Andrés Sacamch'en, Chis., 12 de junio Ť Afectando que en estas tierras la situación es normal, pacífica y existe "gobernabilidad", según autoridades civiles que uno supondría bien informadas, como el secretario de Gobierno y el propio gobernador, los desplazamientos y las acciones del Ejército federal y la Policía Federal Preventiva se han incrementado de manera poco usual en los Altos y las distintas regiones de la selva Lacandona, en particular en las inmediaciones de Montes Azules y en torno de los Aguascalientes zapatistas.
La realización del Concierto por la Paz, de Oscar Chávez en Oventic, con la asistencia de miles de indígenas de San Andrés, Magdalenas y El Bosque, así como visitantes de la sociedad civil nacional, pusieron en movimiento al Ejército y las policías. En estos días, en el lado del gobierno todos lucen muy nerviosos.
A la hiperactividad de los convoyes castrenses, con frecuencia muy grandes, y siempre apuntando sus cañones y ametralladoras abrumadas de balas colgándoles del lado izquierdo del tirador, se suma la presencia casi omnímoda de la PFP en sus distintas corporaciones; las policías de Caminos y Migración, así como los agentes del Cisen, y la policía preventiva y militarizada, propiamente dicha.
En este municipio de San Andrés, los agentes del Cisen, mezclados con la tropa en los puestos de control de la Sedena, retratan a los visitantes de manera prepotente y burlona.
En días pasados, en el vecino municipio autónomo Magdalena de la Paz se efectuó una incursión militar y de la PGR. Con el pretexto de destruir plantíos de mariguana, incursionaron en las comunidades de Atsamilhó y Saclum, pertenecientes al poblado de Santa Martha.
Según denuncian las autoridades autónomas de Magdalena de la Paz, en el corazón de la región tradicional tzotzil, "por vía de Chalchihuitán vinieron sobrevuelos rasantes de helicópteros y un gran número de soldados, judiciales y Seguridad Pública".
Aunque los plantíos que presuntamente serían destruidos pertenecen a la comunidad priísta Los Plátanos, conocida sede paramilitar y base de operaciones de la Policía Judicial, quienes recibieron trato de culpables fueron los indígenas de Atsamilhó y Saclum. "Señalamos que el objetivo de las fuerzas represivas no es la destrucción de los plantíos, sino que vienen a provocar divisiones, confrontaciones y la violencia entre comunidades", agregan los autónomos.
"En realidad, los soldados y la PGR son cómplices con los que siembran, y no investigan al dueño del terreno porque saben que es priísta. Exigimos a los señores Ernesto Zedillo y Roberto Albores Guillén que la destrucción de los sembradillos de mariguana se haga a través de las autoridades municipales, y que ellos castiguen a los culpables, porque sólo así podemos prevenir la siembra, ya que hasta ahora no ha habido sanciones conforme a la ley", afirman los representantes de las comunidades inconformes, que son Magdalena, Santa Cruz, Cotsilnam, Saclum, San Antonio Caridad, Mijoj, San José, Xuchén, Atsamilhó, Jolxic, Colonia Belisario Domínguez y Santa Martha.
Donde la "ingobernabilidad" no existe
Durante el fin de semana y el día de hoy los indígenas reportan movimientos poco usuales de la Seguridad Pública entre Santa Martha, San Andrés, y especialmente El Bosque.
A fines de mayo, las administraciones priístas de más de diez municipios oficiales en la zona de conflicto empezaron a hacer agua por problemas financieros. Desfalcos millonarios, denunciados por priístas y por opositores, pusieron en entredicho a los ayuntamientos de Ocosingo, San Cristóbal las Casas, Trinitaria, Tila, Yajalón y Altamirano, entre otros. En Ocosingo y Altamirano, los alcaldes fueron desconocidos por sus cabildos.
El secretario de Gobierno, Mario Lescieur Talavera, salió al paso asegurando que no existía ingobernabilidad en el estado. No obstante, otra protesta municipal provocó el cierre de un puente fronterizo sobre el río Suchiate, y en la región fronteriza de Las Margaritas, Trinitaria y Frontera Comalapa hubo movilizaciones de priístas a causa de una distribución desigual e irregular del Procede y otros programas asistenciales del gobierno.
Chiapas es prioridad nacional, y aunque en San Cristóbal, Ocosingo y Trinitaria los faltantes de dinero "desaparecido" eran de varios millones de pesos, el gobierno "paró la bronca".
En hora prelectoral, aumentan las necesidades de impunidad para las administraciones priístas que, a la vista de todos (basta leer la prensa local), han alcanzado niveles de corrupción impresionantes. Y eso sin considerar el continuo uso con fines electorales de los recursos municipales y estatales.
La creación forzada de nuevos municipios oficiales por parte del gobierno alborista, en presunto y portentoso "cumplimiento" de los acuerdos de San Andrés, han creado nuevos problemas incluso entre priístas, y han creado condiciones para una mayor presencia y control del Ejército federal, las policías judiciales del estado y federal, y la PFP.
El nuevo municipio Maravilla Tenejapa, sede de militares y paramilitares en la frontera, ha sido impugnado por muchas comunidades priístas. Nuevo San Juan Chamula y Río Blanco demandan ser también cabeceras municipales.
Por el lado de la selva, el municipio de Lacandona, con cabecera en Palestina, ha servido para proteger el saqueo de maderas preciosas de Montes Azules, para controlar a los lacandones que quedan mediante administraciones que les son ajenas, y también para que el candidato priísta a la gubernatura, Sami Savid, efectúe actos de campaña de manera "segura" dentro de la selva.
En tanto, las colas de indígenas en los bancos y oficinas de la ciudad de Ocosingo crean patético paisaje de multitudes reunidas para extender la mano y recibir cheques, "estímulos productivos", utensilios de cocina y juguetes de los más baratos que se consiguen en los mercados.
Después de casi un mes de estar semiparalizada por los maestros inconformes, la capital del estado, Tuxtla Gutiérrez, parece en calma. Hasta se permiten chistes en la prensa local. El día de hoy, en una columna política, Cuarto Poder cuenta un chistorete de temporada:
"-Oí que estaba tomado el Palacio de Gobierno.
-No, vos; el que estaba tomado era el gobernador".
Esto, después que el plantón magisterial impidió llegar a una celebración de la libertad de prensa al Ejecutivo estatal, el pasado día 7.
La PFP y el espionaje
La lógica de guerra de baja intensidad y control de las fuerzas sociales (que no ha dejado de escalarse desde 1994), ahora en vísperas de las elecciones federales, y ante la descomposición política de los ayuntamientos oficiales, convierten a la PFP en una nueva pieza de la pinza militar que rodea a las comunidades en resistencia y apunta a la realización de operativos "eficaces", en un medio donde el sistema político, nadando en millones de pesos y en las aguas del descrédito, no garantizan ninguna eficacia.
Cuando se habla de PFP, Ƒde qué corporaciones se está hablando? De una suma de corporaciones con diversas funciones. Las llamadas Fuerzas Federales de Apoyo (grupos militares de elite), junto con militares que ya hicieron labores policiacas, y fueron entrenados por los Gafes, forman el núcleo de la Policía Federal Preventiva que se denomina como tal.
Se incorporó a la PFP a las policía Federal de Caminos, Fiscal y de Migración, con lo cual la corporación controla aeropuertos, aduanas y carreteras. Al agregarse unos 800 agentes del Cisen, antes pertenecientes a la Secretaría de Gobernación, se sumó el cuerpo de espionaje político propiamente dicho.
El comisionado para la PFP, vicealmirante Wilfrido Robledo Madrid, y otros mandos procedentes de la Marina, indican también la presencia de dicha arma. Se han sumado Grupos Aerotransportados de Fuerzas Especiales, antes del Ejército federal, que son grupos tipo comando, "de tarea", entrenados para operaciones sofisticadas.
Después de la incorporación de al menos 5 mil soldados de la Sedena, algunos analistas calculan en al menos 17 mil los miembros de la PFP.
Un número no determinado de ellos, pertenecientes a todas las corporaciones y armas del amplio abanico especializado, han penetrado en el territorio chiapaneco, y se encuentran en condiciones de efectuar toda clase de acciones represivas, de infiltración, control y desalojo. Oficialmente no existen agentes de la PFP en Chiapas, pero se sabe que en los Altos existe al menos un campamento de Pantelhó, y en la Reserva de la Biosfera Montes Azules otro, en el ejido Ojo de Agua; en cualquier momento habría otro en Candelaria, cerca de Pichucalco, Amador Hernández, Nuevo Israel y San Gregorio.