VIERNES 9 DE JUNIO DE 2000

* En Bancomer, logro y destrucción de un ideal, queda su testimonio


Murió Manuel Espinosa, hacedor de bancos

* Mi vicio ha sido el trabajo * Los negocios se hacen más por impulso que por dinero, decía

Roberto González Amador n Manuel Espinosa Yglesias, uno de los empresarios más influyentes del siglo XX en México, banquero, filántropo, coleccionista de arte, crítico de la nacionalización bancaria y de los mecanismos empleados por el gobierno pasado para reprivatizar las instituciones de crédito, un proceso del que fue excluido, murió la mañana de ayer en su residencia de San Angel, al sur de la ciudad de México. Tenía 91 años de edad.

Apenas el martes pasado, Espinosa Yglesias canceló el acto de presentación de un libro que escribió a lo largo de los últimos años, Bancomer, logro y destrucción de un ideal, en el que cuenta su experiencia sobre la estatización de la banca, decretada por el entonces presidente José López Portillo, el primero de septiembre de 1982.

El empresario falleció de un paro cardiaco a las 9:45 horas, informó su familia. Una prolongada enfermedad lo mantuvo alejado de la vida pública los últimos tres años. La última vez que participó en una ceremonia fue el 14 de septiembre de 1999, cuando el presidente Ernesto Zedillo le rindió un tributo en la Universidad de las Américas, en Puebla, la cual había contribuido a fundar.

Nacido en Puebla el 9 de mayo de 1909, Manuel Espinosa Yglesias quedó al frente de los negocios familiares a los 21 años de edad, al momento de fallecer su padre, el también empresario Ernesto Espinosa, a quien consideraba su figura más admirada.

En 1944 fue nombrado gerente de la Compañía Operadora de Teatros --también expropiada por el gobierno, en 1986-- y seis años después, en 1950, inició su incursión en la banca mexicana cuando fue nombrado consejero del entonces Banco de Comercio S.A. En 1955 asumió la dirección del banco y en 1962 fue designado presidente del consejo de administración.

En 1977 impulsó la fusión del sistema de Bancos de Comercio, un hecho que dio paso a la creación de Banca Múltiple Bancomer S.A., que presidió hasta la nacionalización bancaria.

En 1992, cuando el gobierno del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari lanzó la convocatoria para la licitación de Bancomer, Espinosa Yglesias fue excluido del proceso. El empresario poblano acusó directamente a Guillermo Ortiz Martínez, actual gobernador del Banco de México y entonces encargado de la venta de los bancos, de haberle negado la posibilidad de volver a adquirir la institución. Dirigió la Asociación de Banqueros de México por dos periodos, de 1965 a 1966 y de 1971 a 1972.

En Bancomer, logro y destrucción de un ideal, publicado por Editorial Planeta, Espinosa Yglesias recuerda la reacción que tuvo cuando el primero de septiembre de 1982 seguía por televisión, en su casa y rodeado de su familia, la transmisión del sexto Informe de López Portillo.

''Cuando oí estas palabras (el anuncio de la nacionalización y la frase del ex presidente 'ya nos saquearon. México no se ha acabado. No nos volverán a saquear') no tuve reacción alguna. No sentí nada. Por algunos momentos se hizo un vacío en mi mente y no pude pensar. Ni siquiera pensé que Bancomer, el trabajo de toda mi vida, me estaba siendo arrebatado arbitrariamente. Quizá tuve un bloqueo, como una defensa ante la destrucción que el hecho implicaba''.

Más adelante, en el mismo texto, Espinosa Yglesias refiere: ''...ordené que apagaran el aparato. Se hizo entonces un gran silencio. Todo mundo se quedó callado sin saber qué decir, atento a mi reacción... hice lo único que se me ocurrió y pedí que se sirviera champagne... Cuando todos estuvieron servidos me levanté y subiendo mi copa les dije: --Mi vida como banquero ha terminado. Les pido que brinden por mi nueva vida''.

Después que fue excluido del proceso de reprivatización bancaria, Espinosa Yglesias dedicó su vida a atender algunos negocios y a impulsar su obra filantrópica.

En septiembre de 1995, en una entrevista con La Jornada, fue interrogado sobre sus actividades. Respondió: ''Lo siento, pero no se hacer nada. Ahora me dedico a las fundaciones Amparo y Mary Street Jenkins. Y a envejecer''.

Considerado, hasta antes que perdiera Bancomer como el hombre más rico de México, un calificativo que él aceptaba, el empresario defendía el trabajo y el tesón como el mejor camino para acumular riqueza. ''Mi vicio ha sido el trabajo'', dijo en el curso de esa entrevista. Sin embargo, hombre cercano e influyente en los círculos del poder, mencionaba que ''la gente tiene negocios más que por el dinero, por el impulso. Es como si se tratara de un jugador''. El poder, decía, es imponer los propios criterios. ''El poder es en sí más importante que el dinero''.

Un siglo de fortuna

Contó en esa ocasión que la fortuna de su familia comenzó a forjarse en 1907, en el negocio de las farmacias y la telefonía en Puebla. A finales de los años 30 se asoció con el banquero estadunidense William O. Jenkins, de quien había sido mensajero en su infancia, con el que empezó la construcción de más de 100 salas cinematográficas.

En la entrevista de septiembre de 1995 con La Jornada, planteaba que la gente seguía votando por el Partido Revolucionario Institucional ''porque tiene miedo a la libertad, no está acostumbrada a pensar''.

El empresario poblano fue considerado por la revista Art News, en 1994, como uno de los principales coleccionistas de obras de arte en México. Sus favoritos eran Picasso, Rivera, Orozco y Cuevas.

Desde 1963 presidía la fundación Mary Street Jenkins, una institución que ha realizado a la fecha donaciones por casi 200 millones de dólares a centros educativos, culturales, de salud, asistenciales y deportivos. También ayudó a la construcción del campus Puebla de la Universidad de las Américas, Universidad Anáhuac, el Instituto Nacional de Cardiología, el Instituto Nacional de la Nutrición y del Museo Amparo de Puebla.

''Fue un hombre que contribuyó a la construcción del sistema financiero dándole un peso muy importante a Bancomer, al convertirlo de un banco de mediano tamaño en uno nacional, y consolidó el sistema banco de comercio y lo hizo un gran banco, lo puso un primer lugar'', expresó ayer Héctor Rangel Domene, presidente de la ABM. ''Fue un hombre que construyó, que aportó, que trascendió y que consolidó a Bancomer como uno de los grandes bancos del país. De los múltiples atributos que hay que reconocerle son su sentido práctico, su liderazgo, su capacidad de construcción y de emprendedor'', añadió.