Juan Moreno Pérez
El rescate de Serfin/ I
El costo del rescate de Banca Serfin alcanzó en abril pasado la insólita cifra de 172 mil millones de pesos. Ese monto contrasta con los 123 mil millones de pesos que la prensa había manejado. Muchos comentaristas se empezaron a preguntar de dónde salieron esas cifras. En el presente artículo me propongo aclarar cómo se estimó el costo del mayor rescate bancario en la historia de México.
Como señalé en mi artículo El gran desfalco de Serfin (La Jornada, 24 de mayo de 2000), la estimación de 172 mil millones de pesos se obtuvo de "una revisión exhaustiva de los documentos disponibles", considerando subestimada la otra cifra difundida, ya que "resulta de agregar los valores nominales de apoyos efectuados durante los últimos cuatro años, sin incluir algunos de ellos y sin considerar su valor actual".
El costo total de rescate de Serfin a la fecha de su venta (abril del 2000), resulta de sumar el valor actualizado de los cuatro pagarés en poder de ese banco, y los apoyos otorgados desde 1996, a precios actuales. El valor actual de los pagarés, emitidos en junio de 1995, enero de 1996, enero de 1997 y julio de 1999, fue estimado por el IPAB en cien mil 84 millones de pesos. Los diversos apoyos efectuados, tanto por el Fobaproa como por el IPAB, ascienden a 72 mil 303 millones de pesos.
El pagaré emitido en junio de 1995, conocido como Tramo I, tuvo un valor original de 4 mil 940 millones de pesos, correspondiendo a créditos que Serfin no pudo recuperar y que fueron "comprados" por el Fobaproa. Al emitir ese pagaré, Serfin tuvo que registrar reservas por 29 por ciento del valor de los créditos, y comprometerse a una participación en perdidas ("loss sharing") de 30 por ciento. Acumulando los intereses, el valor de ese pagaré a diciembre de 1999 alcanzó 17 mil 242 millones de pesos (ver página del IPAB en Internet, www.ipab.org.mx).
El segundo pagaré, Tramo II, de enero de 1996, ampara créditos no recuperados por un valor original de 19 mil 968 millones de pesos. A diferencia del primer pagaré, las condiciones impuestas por el Fobaproa se flexibilizaron de manera alarmante, al aceptar una reserva de sólo uno por ciento y reducir la participación en pérdidas a sólo 25 por ciento. El valor de este pagaré a diciembre de 1999 capitalizando los intereses devengados, ascendió a 55 mil 122 millones de pesos.
El tercer pagaré, Tramo III, registrado en enero de 1997, resultó una "compra" de créditos hipotecarios por 12 mil 300 millones de pesos, de los cuales 5 mil cien se pagaron en efectivo, y los restantes 5 mil 200 millones correspondieron al citado pagaré. El Fobaproa no exigió reservas y se pactó una "obligación contingente" por 466.5 millones de dólares, que se pagaría a futuro con 5 por ciento de las utilidades que fuera generando Serfin. El valor del pagaré a diciembre de 1999 llegó a 10 mil 897 millones de pesos.
El cuarto pagaré fue emitido por el IPAB en julio de 1999, al momento de intervenir formalmente a Serfin. Este, con un valor original de 13 mil millones de pesos, se utilizó para compensar las partidas ficticias, permitidas hasta entonces por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), y que habían ayudado a disimular la quiebra de Serfin hasta que Michael Mackey terminara de realizar su examen. Un ejemplo de esas partidas ficticias es el rubro de "impuestos diferidos", que alcanzó a representar más de 80 por ciento de capital contable de banco. El valor de este pagaré se situó en 14 mil 394 millones de pesos a fines de 1999.
A la fecha en que se inició el proceso de venta de Serfin (30 de enero del 2000), los cuatro pagarés tenían como fechas de vencimientos las siguientes: el Tramo I, junio de 2005; el Tramo II, enero del 2006; el Tramo III, enero del 2007; y el pagaré emitido por el IPAB, como crédito simple, julio del 2000. Estos pagarés mantenían el compromiso de capitalizar los intereses, es decir, pagarlos hasta el vencimiento de cada papel. Lo anterior se puede confirmar consultando el listado de pagarés a diciembre de 1999, incluido en la citada página de Internet del IPAB.
Hasta el 31 de marzo, las anteriores características de los pagarés no se habían modificado, como se puede ver en el documento Alcance al informe sobre los apoyos financieros otorgados al Grupo Financiero Serfin con base en el Programa de Saneamiento, entregado por el IPAB a la Cámara de Diputados a principios del mes de abril.
Estos pagarés se restructuraron el 13 de abril, después de que el IPAB anunció una ampliación en el plazo para presentar posturas en la licitación de Serfin. El cambio en las características de los pagarés, que se hizo para facilitar la venta de ese banco y probablemente a propuesta de los mismos compradores, consistió en aumentar en medio punto la tasa de interés; reducir a la mitad la fecha de vencimiento; y pagar mensualmente los intereses, en lugar de la capitalización pactada.
Esos cambios, como señalé en mi artículo Rescate Bancario y Gasto Público (La Jornada, 2 de junio de 2000), junto con la emisión de un pagaré por 11 mil cien millones de dólares a favor de Bancrecer y con vencimiento en 2004, han impuesto una preocupante restricción presupuestal al gobierno que resulte de las elecciones del próximo 2 de julio.