La Jornada miércoles 7 de junio de 2000

Arnoldo Kraus
Fox y los otros

Si gana las elecciones Vicente Fox, Ƒqué haremos los que no pensamos como él? ƑQué haremos cuando sea él el poder y ya no sean necesarios los dobles discursos? Si gana Fox, la diferencia será amenaza.

En las últimas décadas, la alteridad, la otredad y la tolerancia han crecido a nivel mundial como respuesta a las desmesuras de izquierdas y derechas, como acto necesario y probatorio de que deben existir espacios para lo otro, para los Otros. México no es la excepción. La presencia "de lo otro" es palpable en diversos ámbitos: el movimiento zapatista, las voces y presencia de grupos gay, la cerrazón en algunos estados de la República que prohíben la exhibición de "arte erótico", los movimientos que vindican, sobre todo en relación al aborto, la autonomía del ser humano, son, tan sólo algunos escenarios. Todas éstas, y otras referencias, son manifestaciones que han costado grandes esfuerzos y vidas.

Algunas facetas del discurso de Fox alarman. No sólo por el doble discurso --hoy sí, mañana no-- sino por su vehemencia y cerrazón. Algunas de sus ideas, en rubros sumamente delicados como homosexualidad, laicidad o aborto, invitan a la reflexión. Lo mismo puede decirse de su "demasiada certeza", como la ejercida el martes negro antes del segundo debate, donde demostró que todos los que no piensan como Fox, aun sin ser labastidistas o cardenistas, están equivocados. Ver para creer. Y recordar para cuestionar. Dos ejemplos.

El parteaguas foxiano, en relación al Estado laico, la enseñanza de la religión en las escuelas o la libertad religiosa, se sitúa cuando ondeó el estandarte de la Virgen de Guadalupe ante sus simpatizantes. El hecho, aunque sea aislado --no se repitió por las múltiples discusiones que generó y porque violaba principios de la Constitución--, es grave por no pocas razones.

En una nación profundamente religiosa, cuyas mayorías son pobres, la arenga política utilizando iconos sagrados es detestable. Y no sólo eso. Es éticamente incorrecto aliarse con figuras religiosas para promover la propia imagen. Es, a la vez, inadecuado, porque al incluir, excluye. Todos los que no profesamos el catolicismo, en caso de que Fox gane y se arrope con la religión, Ƒtendremos el mismo espacio, la misma voz que ahora? ƑO seremos, acaso, parcialmente culpables de la crisis que vive México? No es necesario inventar escenarios: la historia los ha creado sin cesar. Buen número de carnicerías humanas han nacido así. Precisamente así: con lo que parecía ser un acto sencillo, irreflexivo --se alegó que el emblema se lo habían regalado sus hijos recientemente.

Separar religión ha sido una de las grandes virtudes de los Estados modernos. La máxima "cada cosa en su lugar" se aplica perfectamente en este apartado. La mezcla de ambos ha tenido consecuencias funestas: ahí está el fundamentalismo musulmán o el nauseabundo poder que los ultras religiosos han alcanzado en Israel. En México, la visión de Fox dice así: "Es algo tonto el marco jurídico que prohíbe a los políticos hablar de religión, de Dios, y las leyes que establece el Estado laico... Siempre despido mis concentraciones políticas con un 'Dios te bendiga', aunque las leyes no lo permitan. Ustedes saben que las leyes nos tienen prohibido sacar el estandarte de la Virgen de Guadalupe. Entonces lo llevamos aquí, en el corazón. Por ley, tontamente está prohibido hablar de Dios y utilizar la bendición" (palabras dirigidas a la agrupación católica Gente Nueva. La Jornada, 5 de marzo de 2000).

En relación al aborto, en el caso de la niña Paulina, quien, después de haber sido violada, parió tras la confabulación de las caras más oscuras, del oscurantismo más inimaginable en Baja California, Fox comentó en Canal 40: "a la mera hora, esa chica está enamorada de su hijo. Así es, me consta... Pero además salvamos una vida, una vida que está en el vientre de una madre. Yo creo en eso, creo en la vida desde el momento de la concepción".

En el caso de Paulina, la ley le permitía abortar: por haber sido violada tenía ese derecho. Además, es menor de edad y el agresor, drogadicto. Pequeño renglón merece también la posibilidad de transmisión de enfermedades infectocontagiosas, y quizá, la probable imposibilidad de criar al vástago.

La tolerancia es un ejercicio muy complejo. La noción del Otro no es gratuita y sus filósofos no son sujetos de la serendipia. La filosofía de Fox desconoce algunos de estos espacios. Hace algunos meses preguntaba, Ƒqué harán los homosexualesjudíosmujeresvioladasymujeresnovioladascomunistas que son los Otros de Fox? ƑQué haremos todos los que no pensamos como Fox?