MIERCOLES 7 DE JUNIO DE 2000
Ť Molière, pieza de la dramaturga que se presentó en forma de libro
Berman: de las butacas al escenario el teatro deviene arte terrorista
Ť Desde hace mucho el escritor de tragedias es más valorado que el de comedias, señala
Ť ''No hay recetas, pero si se alarga una sílaba o una pausa ya no sucede la risa''
Nueva colección
Luego de varios años en los que el teatro mexicano no contó con el apoyo de editoriales con amplia capacidad de difusión, ahora el sello Plaza & Janés ha decidido tomar la estafeta y ofrece al público lector su nueva serie, Son de teatro. Los dos primeros títulos, Molière, de Sabina Berman, y La Malinche, de Víctor Hugo Rascón Banda, dan el banderazo de salida a la colección. La solidez de ambos escritores es garantía de los títulos por venir.
César Güemes Ť La pluma de Sabina Berman alcanza para muy variados registros, de la novela al reportaje, por lo pronto, aunque lo natural en ella sea el teatro, que bien pudo ser la pintura. Entre su obra es posible leer novelas como Un grano de arroz o La bobe; en su dramaturgia, Muerte súbita o Entre Pancho Villa y una mujer desnuda, mientras que como periodista ha hecho al alimón con Denise Merker el reportaje Mujeres y poder. Su pieza Moliére, llevada a escena en 1988 bajo la dirección de Antonio Serrano -y que se presentó en forma de libro la noche de ayer- es una de las dos con las que comienza la serie Son de teatro, bajo el sello Plaza & Janés.
El privilegio de una vocación
-De manera regular das a conocer trabajos. ƑQué hay detrás de esa perseverancia?, Ƒpasión, contratos establecidos?
-Disciplina y pasión. De niña quería ser pintora porque observaba cómo trabajaban los pintores: terminan un lienzo y siguen con el otro, no hay tanto escándalo cuando finalizan una labor. Es algo parecido lo que intento hacer. Paso de un proyecto al siguiente. No me aburro. Es un privilegio tener una vocación y ganarse la vida con ella.
-Hablar contigo es dialogar con la autora de Entre Pancho Villa y una mujer desnuda. ƑTe incomoda que así suceda?
-No sabía eso. Desde entonces para acá he estrenado tres obras. Eso que dices es perturbador. Hago un trabajo que me agrada mucho. A veces las obras tienen éxito y a veces no, es algo en función del azar.
-El teatro leído implica convenciones que la prosa no requiere. ƑPensaste en ello al dar el libro a la editorial?, Ƒhiciste ajustes?
-Hace más de diez años decidí que mis textos deberían ser legibles y poderse disfrutar aunque no se representaran. Me encantan las convenciones del teatro. Cuando leía de niña me saltaba las descripciones y me iba directo a los diálogos. Pero cuando descubrí que ahí estaba el teatro, en esas acotaciones, me percaté que eso coincidía con mis necesidades de acotación y dialogación. De cualquier modo leer teatro es sencillo, aun cuando se desconozcan las convenciones. Una obra se lee en dos horas. El autor de teatro descarta mucho material y hace un ejercicio de síntesis. Ahí cabe un mundo completo. Me gustaría que las personas se atrevieran a leer teatro.
-Llegas a Molière luego de una trayectoria reconocida, Ƒla creación teatral se te ha vuelto una tarea pacífica?
-No. Acabo de terminar una obra, Feliz nuevo siglo, doctor Freud, y estoy preocupada por levantar la producción. En el teatro mexicano nadie es considerado una garantía. Nuestros productores van a Nueva York a ver teatro y ya cuando ven las obras montadas, que ya obtuvieron el Pulitzer, es cuando deciden hacerlas en México. Eso es una lástima. En el estreno de Molière, en camerinos, consumimos dos botellas de ron en media hora, hasta que al director, al productor y a mí se nos pasó el miedo. El teatro es un arte terrorista de las butacas hacia el escenario. No puedes negar lo que sucede o no sucede con el público. Cuando das a conocer un libro el éxito o el fracaso es más lento. En el teatro uno se da cuenta la primera noche y si a las dos semanas no hay público, ya no hay obra.
-ƑEres muy diferente de la Sabina Berman que escribió Muerte súbita?
-Sí, en parte porque esa obra la hice hace diez años. Me dio mucho gusto ver que exista, pero soy otra. Me veo menos respetuosa con el estilo, me gusta romper los parámetros. En Muerte súbita todavía hay una preocupación por el estilo y el género en que estaba ubicada.
-También ha cambiado, quizá, el número de personajes en una obra de antes a las de ahora.
-Así es y eso me alarma. Hoy me resultaría muy difícil hacer un texto sólo para tres actores.
El ''caso Dora''
-Aunque puede haber una constante, la referencia a personajes reales, Molière, Freud, Francisco Villa. ƑEso proviene de una investigación o de tus inclinaciones de lectura?
-Siempre he tenido algunos personajes a los que voy siguiendo, de los que compro todos los libros que hablan de ellos. Me puedo dedicar a escribir sin hacer una investigación previa. Aunque después, cuando encuentro el conflicto para la obra de teatro, trato de documentarme. Esto más reciente de Freud, por ejemplo, nace de mis estudios de sicología, de cuando leí el ''caso Dora", escrito por Freud. No podía creer lo que leía. Pues me quedé desde entonces con una vaguedad interior y, ahora, muchos años después cuaja en un tema. Entonces regreso y releo el ''caso Dora", en mi libro que ya está lleno de fotos, anotaciones y artículos que fui endosando.
-El humor ácido que manejas define tu trabajo. ƑCómo te sientes dentro de una comedia como Molière?
-Bueno, comencé a escribir comedia y advertí que me iba mejor con el público y peor con la crítica. Me pregunté por qué la comedia tenía tan mal prestigio y vi que es algo histórico. Desde hace mucho es más valorado el escritor de tragedias que el de comedias. Aristófanes se queja de que a Eurípides lo consideran mejor porque los hace llorar y él los hace reír. Ahí supe que tenía colegas ilustres y muy simpáticos. Esto lo fui documentando también en el teatro mexicano, que no es una excepción. Busqué a los personajes para ejemplificar lo que sucede. Pensé en Cantinflas, que en cierto momento se volvió un hombre muy importante y dejó de ser un buen cómico. De Molière leí sobre su vida, releí sus textos y dije, pues ya ni modo, será él aunque siendo mexicana corra cierto peligro.
-ƑCómo haces para hacer reír al público? Los disparadores internos de la risa son diferentes en cada quien, a diferencia de los de la tragedia.
-No es una ciencia.
-No será exacta, en todo caso.
-Resulta algo orgánico, lo sientes. Y cuando lo hablas con los actores, te dicen que en comedia no pueden hacer una pausa larga, por ejemplo. No hay recetas, pero es verdad que si se alarga una sílaba o se hace una pausa extensa, ya no sucede la risa. En la comedia el trabajo tiene que ser muy preciso. Decía que no es una ciencia porque es una labor muy intuitiva. Además, sólo desde el placer puedes hacer comedia.
Hugo Argüelles, intensa actividad
La presencia internacional de uno de los hombres fundamentales de la actualidad cultural mexicana, el dramaturgo Hugo Argüelles (Veracruz, 1932) se intensifica: a partir del 26 de este mes participará en el Congreso de Literatura Latinoamericana, que se realizará durante cinco días en la Universidad de Salamanca, España. Representarán también a nuestro país Silvia Molina, Jorge Volpi, Ignacio Padilla y Gonzalo Celorio.
En agosto se estrenará en la capital argentina uno de los clásicos de Hugo Arguelles, Los cuervos están de luto, en una puesta en escena a cargo de la Compañía Teatral La Usina, dirigida por Ana Ter-Akopov.
Más adelante, durante la primera semana de octubre será presentada su obra Concierto para guillotina y 40 cabezas en Aruba, con el grupo La Cueva que dirige Francisco Peredo.