DOMINGO 4 DE JUNIO DE 2000
Ť Apoya la lucha social
Fue creado el grupo Libertad, en apoyo a presas políticas
Carolina Gómez Mena Ť Debido a la ''incapacidad'' del Estado para entender la lucha social y su subsecuente tendencia a ''criminalizarla'', este fin de semana un grupo de ciudadanas constituyeron el grupo Libertad. Este tendrá como principal objetivo pugnar porque en México se ponga fin al encarcelamiento motivado por la expresión de las ideas, así como abogar por la libertad de las presas políticas.
Al respecto Ofelia Medina, integrante de esta organización, señaló que la causa de esta ''indignante realidad'' se debe a la incapacidad del gobierno federal para entender a la lucha social como un ''motor de cambio'', y agregó que éste responde con ''represión y cárcel'' porque sabe que el sistema político que lo sustenta ''irreversiblemente está muriendo''.
Subrayó que estas manifestaciones que intentan coartar la libertad de expresión son los ''últimos coletazos'' del sistema, pero que no por eso dejan de ser dañinos, y sugirió que primero el Estado mediante la aplicación de deficientes políticas económicas, sociales y educativas propicia el descontento, ''no deja otra alternativa más que las armas y los paros'', y después toma éstas como pretextos para ''reprimir brutal e ilegalmente'' a los grupos inconformes.
En tanto, Ana María Vera Smith, ex detenida política, resaltó la necesidad de luchar contra el ''obsoleto e injusto sistema judicial mexicano''. Especificó que las detenidas en los centros de máxima seguridad para varones viven en celdas de 1.50 por 3.00 metros, espacio en el que permanecen 20 horas diarias. Allí sólo cuentan con una cama de piedra, una regadera y un retrete pegado a las rejas de la puerta.
Sostuvo que las condiciones en que se encuentran las reclusas políticas lesionan su integridad, pues constantemente son expuestas a vejaciones y discriminaciones. Así, para salir de la celda y dirigirse a cualquier otro lugar de la prisión, las detenidas deben caminar con las manos atrás y la vista hacia abajo. Durante el tiempo de visita, reciben a sus familiares en un recinto de 3 por 3 metros vigilado por cámaras y grabadoras y toda la charla es presenciada por custodios.