DOMINGO 4 D E JUNIO DE 2000
Ť Se requieren políticas ambientales acordes con lo social y económico: PNUMA
Pobreza y desigualdad, origen del deterioro ecológico
Al destacar la necesidad de que "las políticas ambientales de los países estén a la misma altura que las políticas sociales y económicas" el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advirtió que "la pobreza y la desigualdad de ingresos son la principal causa del deterioro ambiental".
En su informe GEO América Latina y el Caribe: Perspectivas del medio ambiente 2000, presentado el viernes, el director de la oficina regional del PNUMA, Ricardo Sánchez Sosa asevera que a pesar de los esfuerzos multilaterales, que han contribuido a aumentar la conciencia ambiental a unos considerables esfuerzos institucionales hace un cuarto de siglo, queda mucho por hacer, y por ahora los programas diseñados para la lucha contra la pobreza generalmente no tienen relación con las políticas ambientales.
Para el PNUMA, son tres los principales problemas de la región en materia medioambiental, el primero se refiere al medio urbano, y recordó que casi tres cuartas partes de la población vive en zonas urbanas, en condiciones de hacinamiento y con severas carencias de servicios básicos.
Un segundo gran problema, agrega el PNUMA, es el agotamiento y destrucción de los recursos forestales, especialmente en la cuenca del Amazonas, y la amenaza que ello representa para la diversidad biológica. Sólo en la Amazonia brasileña fueron destruidas 15 millones de hectáreas entre 1988 y 1997, precisa el organismo, aunque indica que si bien la deforestacion en esa región se duplicó entre 1994 y 1995, con 2.9 millones de hectáreas de bosque talado en 1995, la tendencia se ha revertido en los últimos años y para 1997 se estima la pérdida de1.3 millones de hectáreas de ese importante pulmón del planeta.
Tras considerar que la desertificación provoca pérdidas que pueden elevarse a los 975 millones de dólares anuales, monto que sumado a las pérdidas generadas por las sequías se eleva a 4 mil 800 millones de dólares anuales, el PNUMA expone que "en América Latina y el Caribe, el estado de degradación del suelo alcanza la categoría de desertificación fundamentalmente en Chile, Perú y México. Según estimaciones, las zonas desérticas de estos países cubren una extensión total de unos 252 millones de hectáreas (el 13 por ciento del territorio regional)".
Pero añade que "las zonas áridas y semiáridas de la región se extienden también por Brasil y Bolivia, países que junto con Chile, Perú y México reúnen el 97.3 por ciento del total bajo esta condición: 457 millones de hectáreas, aproximadamente el 23 por ciento del territorio regional".
El tercer gran problema que el PNUMA destaca se refiere al posible impacto regional del proceso global de cambios climáticos a través de fenómenos como los incendios forestales, desastres originados por huracanes e inundaciones y la tendencia al aumento en el nivel de mar, que pone en peligro a muchas ciudades ubicadas en zonas costeras, así como a los estados isleños.
En su informe, el PNUMA hace un recuento en el incremento de los incendios forestales y la ampliación de los periodos de sequías e inundaciones derivados del fenómeno climático de El Niño, que afectó a la región entre 1997 y 1998, y precisa que en Bolivia "en sólo siete días, el 6 al 12 de octubre de 1999, 351 incendios forestales arrasaron con más de 3 millones de hectáreas".
Entre otros datos incluidos en este documento se menciona que el uso de la leña para la combustión representa 78 por ciento de la producción maderera en la región, y alerta que mil 244 especies de animales vertebrados se encuentran en peligro de extinción.
El PNUMA afirma que "las tendencias recientes en América Latina apuntan hacia altas tasas de crecimiento, nuevas oportunidades para la participación pública y una mejora en ciertos aspectos de la calidad de vida. Sin embargo, la región todavía se caracteriza por grandes y crecientes desigualdades, tanto en la distribución de la riqueza como en el acceso a las oportunidades. Aunque hay mejoras significativas en algunos indicadores de salud, la creciente brecha de la pobreza esta provocando un resurgimiento de enfermedades contagiosas".