* Cumplió tres días la requisa


Aeroméxico labora normalmente: SCT

Carolina Gómez Mena * Al cumplirse tres días de la requisa, Aeroméxico ha trasladado dentro de los márgenes establecidos a 15 mil 448 pasajeros en 206 vuelos nacionales e internacionales, informó ayer Gerardo Ruiz Esparza, administrador general de la requisa. En comunicado de prensa de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), el funcionario añadió que los usuarios de la aerolínea han sido trasladados a los 35 diferentes destinos nacionales en los que opera la empresa, sin mayores contratiempos y con los habituales índices de seguridad, eficiencia y calidad.

Ruiz Esparza sostuvo que las actividades y las operaciones de Aerovías de México, SA de CV, han continuado con normalidad y dentro de los márgenes aceptables de puntualidad, gracias al apoyo de los sobrecargos, trabajadores y funcionarios de la empresa, quienes han reiterado su colaboración a la administración de la requisa, para así seguir garantizando el óptimo funcionamiento de Aeroméxico.

En tanto, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), los sobrecargos en huelga proseguían custodiando los mostradores de la empresa, en espera de que el próximo martes continúen las negociaciones.

 


 

* ''No somos meseras ni muñequitas de aparador''


Guarderías y jubilación, demandas básicas de sobrecargos

* Por su labor, con frecuencia sufren de várices, malos tratos y falta de respeto de sus hijos

Fabiola Martínez * ƑPor qué es tan importante para los y las sobrecargos de Aeroméxico una guardería especializada para este gremio y un programa de jubilación? Aquí algunos testimonios que dan cuenta de las razones de una huelga sometida por el gobierno federal desde el momento mismo del estallamiento, por considerar que la aerolínea es importante para la seguridad nacional.

También relatan aspectos de su trabajo, el esfuerzo peculiar que deben realizar a diario en una labor a miles de pies de altura, las satisfacciones y las consecuencias físicas y emocionales que de manera cotidiana viven. En principio atajan: ''ni meseras ni muñequitas de aparador, somos encargadas de la seguridad y también, con gusto, damos servicio a bordo''.

El inicio

Patricia Arreola: A diferencia de algunas de mis compañeras, mi máximo sueño no era ser sobrecargo. Fue mi mamá la que me alentó a solicitar el empleo cuando tenía 19 años; me tardé ocho meses en trámites de ingreso porque te hacen toda clase de exámenes físicos y psicométricos, debes tener un mínimo de estatura, hablar inglés y tener estudios mínimos de preparatoria. Yo sí llegué con esa idea de que los sobrecargos la pasaban siempre muy bien, viajando por todos lados, pero de inmediato me di cuenta que aquí cero glamur; a bordo tienes una gran responsabilidad en cuestión de seguridad. Si algo pasa en el avión, un sobrecargo es la persona indicada para resolver cualquier conflicto, desde un equipaje mal puesto hasta un incendio o dar respiración cardiovascular a un pasajero, por ejemplo. En mis inicios, cuando veía la cabina llena me estresaba muchísimo, de plano a veces me metía a llorar al baño y murmuraba para mí misma: šno voy aguantar esto!.

Alicia Ortiz: Yo tardé dos años de trámites para entrar a Aeroméxico. La señora que hacía las entrevistas de ingreso sólo volteó a verme y me dijo: ''usted no entra porque lo digo yo''. Intenté nuevamente seis meses después y lo mismo: ''a qué viene, ya le dije, usted no va a entrar'', pero después logré ingresar a la empresa y 13 años más tarde aquí estoy.

Cuando ocurrió la quiebra de la empresa anterior (Aeronaves de México) fue un golpe muy difícil porque estaba con el lío de las deudas y tarjetas de crédito, y de repente te encuentras con que ya no hay trabajo. Es injusto que la empresa no reconozca la antigüedad que teníamos en la otra empresa, cuando fue justamente ese personal el que logró echar adelante esto y que tampoco acceda a un programa de jubilación en parámetros similares al que tienen los pilotos.

Alicia Manzano: Cuando estás chica dices: ''šay qué bonitos uniformes!, cuando sea grande quiero ser como ellas''. Para ser sobrecargo necesitas disposición de ayudar a la gente. Al principio, la verdad te imaginas que es muy fácil el trabajo, pero en realidad tienes muchas responsabilidades. Después de los vuelos llegas tan cansada que lo único que pides es cama. Ahí me di cuenta que no es fácil firmar (entrada) a las cinco y media de la mañana o volar en la noche. Mucha gente te dice ''qué bonito trabajo, Ƒcasi no hacen nada, verdad?'', pero no es cierto, aquí hay que levantarse sábados y domingos a las cuatro de la mañana, dejas familia, fiestas, tus amigos se olvidan de ti porque nunca estás. A mí me encanta mi trabajo pero al mismo tiempo es triste que de repente estés en un cuarto de hotel sola sabiendo que en tu casa están festejando un cumpleaños o navidad. También tienes experiencias padrísimas, conoces muchos lugares, te permite darle muchas satisfacciones a tu familia.

Los estragos

Patricia: Pareciera que nada más estamos ahí paradas, pero la verdad es impresionante todo lo que caminamos en la cabina. La inclinación propia del avión y la presurización te agota muchísimo y obligas a tu cuerpo a un esfuerzo extra para realizar sus funciones. Cuando terminas una jornada de ocho o 10 horas de vuelo, te juro que te duelen los pies, los tienes hinchados, no te entran los zapatos de tacón y al rato pues ya tenemos juanetes, problemas en la columna, várices. Siempre estás contra el tiempo. Por ejemplo, en un vuelo a Guadalajara el itinerario te marca 50 minutos pero después del despegue tienes que esperar diez minutos y entonces sólo tienes 20 minutos efectivos para dar el servicio; si en el vuelo se da alimentos calientes tienes que poner a calentar los hornos, sacarlos y meterlos al carrito, preparar el café, ahí también surgen problemas en la columna por estarse agachando en pleno vuelo o no faltan los dolores en las manos por agarrar cosas calientes y frías casi al mismo tiempo.

Alicia Ortiz: Es común padecer sobre todo de las piernas, muchas de nosotras tenemos várices porque te la vives parada, sólo te sientas para despegar y aterrizar. Este trabajo también te afecta el ciclo hormonal; cuando yo empecé tenía la menstruación dos veces al mes y es cuando te preguntas: Ƒqué está pasando? Por ejemplo, cuando hacemos el (vuelo) París o Madrid de repente dices ''bueno, por qué no tengo sueño, por qué no tengo hambre'', ante ello opté por tomar una pastillita muy ligerita para dormir, para que te acostumbres al cambio de horario tan drástico, pero luego regresas y a volver a cambiar el ritmo de sueño. Mira, de repente despiertas en el hotel y dices ''a ver qué día es hoy, dónde estoy''.

Alicia Manzano: Aquí es frecuente la depresión porque dejas a tu familia mucho tiempo, de verdad, te sientes sola. Físicamente acabas con várices en las piernas, gripas, problemas en los oídos; algunas compañeras ya tienen enfermedades crónicas, es decir, nunca están bien, pero así tienen que volar. En dos ocasiones he llegado a pensar que estoy embarazada, por los mareos. A diez años de volar ya no es lo mismo, vives en un estrés constante porque tienes mucha responsabilidad a bordo; no sólo es servir alimentos y bebidas, en todos los despegues y aterrizajes tienes que estar en posición de alerta. La gente piensa que ganas mucho con los viáticos que dan pero ese dinero es para comer, comprarte ropa adecuada para cada clima y además andar siempre bien vestida, con la uña bien arreglada, que no se te vea la raíz del cabello si lo traes pintado, todo ello por gusto y porque así lo requiere la empresa. Para todo eso tenemos una encargada de imagen del personal, pero finalmente todos son gastos, no somos muñequitas de aparador, ni varitas de nardo, pero sí tenemos que cumplir con una imagen y aunque andes corriendo andas bien maquilladita, eso sí, te tienes que dar tiempo para correr al salón de belleza para que la gente te vea bien.

La crianza de los hijos

Patricia: En lo personal fue muy difícil porque de repente piensas en tu hijito de dos meses de edad que lo dejaste al cuidado de otra persona. Cuando nació mi hijo me levantaba a las tres de la mañana para hacer pañalera, arreglarme yo y al niño. Luego se lo llevaba a esa hora a mi mamá, que vive muy lejos de mi casa y de ahí, de regreso al aeropuerto porque firmaba a las cinco y media de la mañana. Por supuesto llegaba a casa cansadísima porque había hecho tres o cuatro aterrizajes. Cuando contraté una nana la angustia era la misma porque llegaba y el bebé ya estaba rosado o con fiebre o sencillamente le daban una leche que no era la correcta. Me desesperaba, lloraba mucho, mi preocupación constante era Ƒquién cuidará a mi hijo? Llegué a faltar los domingos porque de plano no había quién se quedara con el niño. Sufrí mucho y así o peor están actualmente muchas de mis compañeras que dejan a sus niños con la nana pero al rato tu hijo ya no te reconoce, no te respeta, sencillamente porque tú no lo estás criando. Ellos saben que tú eres su mamá pero de repente con la que les gusta estar es con la señora que los cuida.

Alicia Manzano: Los primeros vuelos después de que se te acaba la incapacidad (licencia materna) me iba llorando, pero tenemos que trabajar aun cuando ellos estén enfermos. De repente cuando estás lejos hablas a tu casa y te dicen ''tu hijo se cayó o está muy enfermo'' y no te queda más remedio que llorar por allá donde andas. Mis hijos los cuida una nana. Creo que las sobrecargos, en especial, somos las mamás más consentidoras por el mismo remordimiento de dejarlos solos tanto tiempo. Por eso la guardería es muy importante, sobre todo para aquellas compañeras que no tienen ni siquera una nana o que tienen a sus hijos en otras ciudades con tal de que los cuide su mamá. Hasta ahora no hay ninguna guardería que satisfaga nuestras necesidades, sencillamente porque a veces los tenemos que dejar días enteros.

Tere Orozco: A mi niña de año y medio la cuida una muchacha de toda mi confianza, pero nunca estás tranquila pensando en que no verás a tu bebé en muchas horas o días. Además, tengo que pagarle a la nana 500 pesos a la semana y eso también desfalca. No es cierto que los sobrecargos ganemos millonadas y que podamos tener un personal adecuado para el cuidado de nuestros hijos. Si me toca ir de ida y vuelta pues atiendo a la niña en la tarde o en la noche, pero si no, qué haces si de repente se enferma, es muy pesado, de verdad. Hace dos años la empresa prometió la construcción de la guardería, hoy nos dicen que ponen menos de la mitad del dinero que se necesita para ponerla a funcionar y que dentro de dos años continuarían su construcción. Nosotras volamos diario y aunque tenemos nuestros cinco días intocables (de descanso corrido) al mes y 30 días de vacaciones, creo que no es suficiente para que nuestros hijos sean debidamente atendidos.

El pasaje

Patricia: La verdad sí te encuentras con gente muy grosera y te preguntas Ƒcómo me pueden tratar así?, es ahí cuando te puedes llegar a sentir como un objeto o una persona que está para servir café. Yo no soy eso, a mí me capacitaron para emergencias, para dar primeros auxilios y dar seguridad a los pasajeros. Siempre nos han llamado aeromozas, término que no es el correcto para nuestras funciones; somos sobrecargos, reconocidos como personal técnico aeronáutico. Yo no soy mesera, damos el servicio con mucho gusto pero yo estoy aquí para ayudar a la gente en los asuntos de seguridad, poniendo los cinco sentidos para que todo salga bien a bordo. Cuando estás en una turbulencia severa y ves cómo salen volando todas las cosas te impacta mucho porque si pasa algo allá arriba nos pasa a todos.

Alicia Ortiz: Aquí te vuelves sicóloga, conoces al viajero desde que se sube al avión. Ante una persona poco amable yo les digo a mis compañeras ''no les digan nada, sonrían, sonrían, aunque las hagan enojar, vénganse a la cocinita y aquí griten, muerdan, pataleen, lo que quieran, pero afuera no''. Muchos pasajeros creen que están en un bar y así te quieren tratar, pero tú estás consciente que no, que esa no es tu función. En un vuelo Nueva York-México uno me dijo ''anota tu teléfono, no te hagas, todas son iguales''. En otra ocasión, que hice un vuelo tecolote (toda la noche) Tijuana-Tepic-México-Aguascalientes-México-Aguascalientes šveníamos muertasš; y al empezar el servicio de líquidos le pregunto a un pasajero ''Ƒquiere algo de tomar?'' y al momento que me responde que jugo de naranja, me volteo al carrito y le pregunto ''Ƒgusta azúcar y crema?''. El pasajero se rió entonces y me dijo ''šuy, se ve que estuvo buena la fiesta!''. Los pasajeros creen que tú también te acabas de subir al avión pero a veces, aunque hagas tu mejor esfuerzo, de verdad que a esa hora ya no te sale la sonrisa.

Alicia Manzano: Una vez una señora que traía un maletín chiquitito que podía perfectamente colocarlo arriba me pidió que subiera yo su equipaje; ''quiero que usted lo cargue'', me dijo. Por más que yo insistía en que con mucho gusto una de mis compañeras lo haría, la señora aferrada a que yo fuera a colocar su maletín. También llega a tocar el pasajero que se pone mal o le da un paro cardiaco en pleno vuelo y afortunadamente nosotros estamos capacitadas para los primeros auxilios, con reconocimiento oficial de la Cruz Roja. De repente, no falta el que se sube alcoholizado, diciendo groserías y tú, con sonrisa y todo, lo bajas del vuelo. En otra ocasión, un señor iba dormido y el carrito de los líquidos le pegó en su asiento y lo despertamos; fue tal su furia que agarró el carrito y lo aventó como si fuera hulk. Ahí sí, yo y mis compañeras nos quedamos frías, no supimos qué hacer; dijimos: šesto no venía en el manual!