DOMINGO 4 DE JUNIO DE 2000
Ť Delimitar la zona de perforación pone a salvo la riqueza petrolera: legisladores
Estudiará el Senado el acuerdo de límites marítimos
Andrea Becerril Ť Una vez firmado el tratado para la delimitación de la frontera marítima entre México y Estados Unidos, el Senado de la República deberá dedicarse a los estudios necesarios para su ratificación, puesto que la presión de las fracciones opositoras fue determinante para que se dieran las negociaciones que permitieron llegar a ese acuerdo entre ambas naciones, señalaron legisladores del PRD y del PAN.
Resaltaron que el tener perfectamente delimitada la zona marítima de cada una de esas naciones pone a salvo la riqueza petrolera mexicana del Golfo de México, particularmente en el polígono occidental conocido como "hoyo de dona".
El perredista Jorge Calderón dijo que su partido advirtió en el Senado la urgencia de que México preservara plena soberanía sobre sus recursos energéticos y logró que se le tomara en cuenta en una negociación finalmente satisfactoria para el país.
Por separado, el senador del PAN Luis Mejía Guzmán sostuvo que la conclusión de esas negociaciones y la firma del tratado en los próximos días se deben en buena parte a la lucha de José Angel Conchello, el legislador fallecido que denunció infinidad de veces en tribuna la posible explotación de los yacimientos petroleros del Golfo de México por empresas extranjeras.
La primera ocasión en que Conchello dio la voz de alerta fue el 28 de mayo de 1996 y lo siguió haciendo hasta que pereció en un accidente automovilístico. A él se sumaron legisladores de otros partidos, dijo, y finalmente la presión ejercida llevó a que el 24 de octubre de 1997 el Senado de Estados Unidos ratificara, después de 19 años, el tratado de límites marítimos con nuestro país.
A raíz de ello, añadió Mejía, en diciembre de ese mismo año la cancillería anunció el acuerdo con EU para iniciar conversaciones sobre los derechos ribereños de ambos países en un polígono de aguas internacionales ubicado más allá de las 200 millas y que el gobierno de Clinton daba por canceladas las licitaciones para explorar en esa zona.
Lo negociado, agregó el senador del PAN, es importante, toda vez que se concluyó que a México le correspondería 62.8 por ciento del territorio en disputa, es decir, del "hoyo de dona". Además, se acordó también crear una zona de "protección" en un área de cinco kilómetros entre ambas fronteras marítimas, que no podrá explotarse en un lapso de 10 años, con la finalidad de que México tenga tiempo de planear la explotación petrolera y adquirir la tecnología necesaria.
Igualmente, precisó, el acuerdo establece que en caso de eventuales controversias, éstas serán dirimidas entre ambos gobiernos y no entre el gobierno mexicano y una empresa estadunidense.
Tanto Calderón como Mejía Guzmán coincidieron en que estarán pendientes de que el texto del tratado sea remitido al Senado de la República -en cuanto se firme en Washington- para llevar a cabo en forma ordenada y seria el análisis del mismo, con miras a su ratificación.
"Espero que se convoque a audiencias públicas para que haya un amplio conocimiento de los temas que incorpora el tratado", precisó Calderón Salazar. Resaltó asimismo que esta negociación es la única en que el gobierno mexicano consultó con el Senado de la República aspectos estratégicos de la misma y ello debiera ser norma y principio en materia de acuerdos internacionales.